lunes, 18 de septiembre de 2017

TERCERA SENTENCIA

III

A continuación, el autor de las sabidurías nos explica la causa por la que las ciencias son amplias para los llegados y no para los caminantes, y ES porque los primeros no se detienen en la contemplación de las luces sino que han rasgado el velo hasta alcanzar la luz de las luces. Lo contrario ocurre con los caminantes que son paralizados por las luces, las necesitan y están poseídos por ellas.

Recordemos que llamamos llegados a los que parten de Allah. Por su lado, los caminantes o viajeros son los que dirigen hacia El. Y recordemos también que llamamos luces a lo que genera el conocimiento, para los primeros es Allah mismo, la luz de las luces, mientras que para los segundos la luz es todavía el mundo creado y sus signos.

Ihtada r-râhiluna iláihi bi-anwari t-tawáÿÿuhi
Los viajeros se guían hacia El por las luces del enfocamiento,
Wa l-wasiluna láhum anwâru l-muwwaÿaha
Mientras que los llegados poseen las luces del cara a cara.
fal-áwwaluna lil-anwari
Por lo tanto, los primeros son para las luces
Wa há-ulâi l-anwaru láhum
Y éstos, las luces son para ellos
li-ánnahum lillâhi la li-sháy-in dûnahu
porque ellos son para Allah y no para otra cosa a parte de ÉL:
qúli llâhu zúmma dzárhum fi jáudihim yál'abûn
"Dí : Allah, y después déjalos jugar a sus polémicas".

Las luces del enfocamiento son las luces de la obediencia exterior e interior, mientras que las luces del cara a cara son las luces de la reflexión y la mirada. O bien puedes decir: las luces del enfocamiento son las del Islam (la Rendición) y el Iman (la Apertura), mientras que las luces del cara a cara son las del Ihsan (la Excelencia).

O bien: las luces del enfocamiento son las de la Shari'a (la Ley) y la Tariqa (el Método), mientras que las luces del cara a cara son las de la Haqiqa (La Esencia Unitaria.). O bien: el primer caso es el de los que realizan esfuerzo y sufren estrechamiento, y el de los segundos es el de los que encuentran contemplación y palabra directa .

La explicación de lo anterior es la que sigue: Cuando Allah quiere hacer llegar hasta ÉL a alguien, primero se dirige a esa persona y deposita en ella la luz de la dulzura de la acción exterior que es el Grado de la Rendición. Esa persona comienza a afanarse en actos -con los que busca complacer a Allah- hasta extinguirse en ellos y saborea entonces su dulzura. A continuación, Allah se dirige hacia esa persona inspirándole la luz de la dulzura de la acción interior, que es el Grado de la Apertura, y así, esa persona se esfuerza por alcanzar la pureza de intención , la sinceridad, la calma , la intimidad con Allah y la soledad espiritual aún en la compañía . Esa persona comienza a afanarse en la depuración de su mundo interior hasta que se extingue en ella y saborea su dulzura hasta el afianzamiento en la vigilancia -estando completamente pendiente de Allah en todo momento- Esta luz es mucho más grande que la anterior.

A continuación, Allah se dirige a esa persona iluminándola con la luz de la dulzura de la contemplación , y esa persona empieza a realizar la acción del Espíritu , y ésta es ya la primera de las luces del cara a cara: esa persona es arrebatada por la estupefacción, la perplejidad y la ebriedad . Cuando despierta de su ebriedad y su arrebato y se afianza en la atestiguación -que es más profunda que la contemplación, existiendo ésta gradación: shahada, mushahada, shuhud- y reconoce al Rey Enfocado desde el principio, volviendo a la permanencia tras la extinción , a partir de ese momento esa persona es para Allah y sostenida por Allah, y prescinde de la luz en la contemplación de la luz de las luces. Es más, se ha convertido en pura luz y las luces son suyas - pasando a ser por tanto , maestro - Y es que , antes de su llegada, (cuando necesitaba de guías para su caminar), pero ahora es libre porque ha alcanzado el grado de la máxima sujeción a Allah y es un 'abdullah. Su apariencia es la sujeción pero su estado interno es el de libertad.

En resumen, el aspirante, mientras camine hacia Allah, se guía por las luces del enfocamiento (él enfoca a Allah y Allah lo enfoca a él), y necesita de esas pistas a las que llamamos luces. Cuando alcanza el grado de la contemplación es iluminado por las luces del cara a cara, y ya no necesita de nada, porque él ya es para Allah y no está para ninguna otra cosa. Los viajeros de la sentencia son los caminantes, los que se inician en la senda, mientras que los llegados son los que están de vuelta y no necesitan de nada.

Al final de la sentencia, el Sheij anota una aya cuyo comentario es el que sigue: Di: Allah... con el corazón y el espíritu, y auséntate de todo lo que no sea El y deja al resto de la gente que jueguen a sus polémicas... es decir, abandónalos a su afirmación de ídolos: tú, debes destruir los tuyos.
Ayib.