! Pero ¡..
Muchos sabios no son ermitaños retirados en lúgubres cuevas y penosos desiertos..
Las condiciones ambientales del espacio-tiempo es un cofre en el que no hay que encerrarse.
La observación y el razonamiento, el conocimiento y la contemplación hacía el éxtasis metafísico, no tiene que estar en cuarentena del mundo exterior por un periodo indefinido. Todo es cuestión de practicar las teorías y estar en contacto con el mundo, pero sin adquirir sus impurezas sociales.
El sabio aislado pierde la frescura cambiante de la realidad y se sumerge en la rutina, con el consiguiente fracaso y escepticismo.
Las esencias separadas no son discursivas ni instructivas.
No sólo se trata de aprender la fe religiosa o encontrar al hombre piadoso.. Hay que conocer los secretos del mundo y las emanaciones de Allah SWT para alimentarse de esa fuerza y aplicarla en el camino de la felicidad.
Ninguna doctrina tiene como principio el aislar al hombre de la humanidad, cuando el hombre, pertenece al mundo de los cuerpos.
El sabio y religioso tiene que ser también como un alquimista para mezclar todas las tinturas madre y hacer una fórmula en la medida exacta.. Con la lógica gnóstica sucede lo mismo, hay que tomarla en su justa medida para que resulte su eficacia.