lunes, 15 de octubre de 2012

ANTES DEL MENSAJE; LA PROFECÍA EN FAMILIA...

Terminamos la semana pasada con una iluminación del resplandor de la profecía de Muhammad, sobre él la paz, y proseguimos hoy con el "Antes del Mensaje y la profecía en la familia y conciudadanos del Profeta", sobre él la paz, con cinco esplendidos ejemplos y señales.
El primer ejemplo, en esta antología de iluminaciones que hablamos, lo hallamos en la protección que Dios concedió en todo momento a la esfera familiar del Profeta, sobre él la paz, quien dice, en este aspecto:"Yo soy hijo de los dos sacrificados"...Al decir esto, alude, sobre él la paz, a su antecesor lejano Ismael, (PyB) Profeta de Dios y ancestro de una parte de los árabes, y a su padre Abd-Allah..La alusión reúne a ambos progenitores en razón de ciertas vicisitudes que les son comunes. En particular, estuvieron a punto de morir antes de haber podido engendrar hijos...La historia de Ismael, sobre él la paz, viene en el Corán: "Entonces, cuando los dos se hubieron sometido (a la voluntad de Dios) y estaba Ismael tendido sobre su frente, he aquí que llamamos..."¡Abraham! Has confirmado la visión..De este modo, recompesamos a quienes hacen el bien..En verdad que esto es una prueba manifiesta".. Lo rescatamos con un generoso sacrificio..(Sura 73, Al-Saffat, Los ángeles alineados, 103-107)..Cuando ya todas las razones de la existencia se mostraban agotadas; Cuando ya todos los indicios señalaban el momento de abandonar la vida terrenal, Dios decidió que la vida de Ismael continuase su andadura en este mundo..De esta forma, Dios protegió a Ismael y le otorgó una gran dignidad y una enorme gracia..Algo semejante sucedió con Abd-Allah, el padre del Profeta, sobre él la paz....Cuando Abd-Al-Muttalib, abuelo paterno del Profeta, sobre él la paz, estaba excavando la fuente de zam-zam, los quraish se reunieron en torno a él para ver si les era posible conseguir algo de la excavación. En esa época, Abd-Al-Muttalib no tenía hijos y mientras cavaba solicitó de Dios que le concediese descendencia masculina. Su voto fue el de degollar uno de sus hijos, el elegido por Dios en su momento, si el Señor de los Mundos le agraciaba con diez hijos varones...Dios aceptó su ruego y Abd-Al-Muttalib vió aumentar sus hijos varones hasta el número por él marcado...Y siendo como era un hombre de palabra, se dispuso a cumplir la parte del compromiso que le correspondía...Echó a suertes la vida de cada uno de sus diez hijos y, en cada ocasión en que lo hizo, el resultado señalaba al mismo vástago: Abd-Allah, futuro padre del Mensajero de Dios, sobre él la paz,..Pero mientras eso ocurría, la gente de quraish se había arremolinado a su alrededor y cuando se disponía a efectuar el sacrificio de Abd-Allah, se lo impidieron..Expusieron que.."No vamos a dejar que mates al chiquillo...El muchacho es nuestro, nos pertenece por sangre y por filiación...No permitiremos que un padre mate a su hijo en un ritual de sacrificio a Dios...No lo haremos, pues tememos que ello pueda convertirse en una práctica cotidiana y seguida por otros padres y así la Tierra se corrompa por su causa"...Tras el debate se llegó al acuerdo de rescatar la vida del muchacho ofreciendo en su lugar la "diya" o precio de sangre previsto para las indemnizaciones en caso de homicidio entre grupos tribales...La "diya" estaba tasada, en ese momento, en diez camellos..Echaron a suertes para ver si Dios aceptaba el trueque y la indemnización..Pero no fué así..Abd-Al-Muttalib añadió otros diez camellos a los diez primeros...Y probaron otra vez..siendo negativa de nuevo...La cifra llegó hasta cien camellos..Tras tres pruebas..Dieron a favor del muchacho..En ese instante Abd-Al-Muttalib se alegró de que Dios aceptara el rescate de los camellos en lugar del muchacho...
Esos cien camellos que Dios aceptó como rescate de Abd-Allah era todo el capital que tenía Abd-Al-Muttalib..."No tenía más que esos", dijo él mismo...¡Como no sería la protección que Dios hizo descender sobre el Profeta, sobre él la paz, que hasta en el precio del rescate de su progenitor no quiso que participase otro capital que no fuera el de la propia familia del Profeta, sobre él la paz, los bienes particulares del abuelo Abd-Al-Muttalib. Tal fué la misericordia de Dios para con él, sobre él la paz, al tasar la vida de Abd-Allah, en el valor de todo lo poseído por Abd-Al-Muttalib...De ese modo, resguardó Dios los orígenes del Mensajero de Dios, sobre  él la paz,...Y si ello tuvo lugar antes de nacer...¿Como sería el amparo que le proporcionó durante su existencia terrena?..."Y Dios te protege de la gente..." (Sura 5, Al-Ma´ida, la Mesa, 67).
El segundo destello vino después de haber sido salvado Abd-Allah del sacrificio para el que había sido elegido...Abd-Al-Muttalib lo casó con Amina Bint Wahb.
En su camino hacia la fiesta nupcial, Abd-Allah se encontró con una mujer que le habló:..¿No fuistes tú al que rescataron con cien camellos de ser sacrificado?...¡Si!..respondió Abd-Allah...Yo te doy lo mismo si te entregas a mí.."le propuso la mujer"..."No puedo, mi padre me espera", fue la respuesta de Abd-Allah..Tras la boda, y pasado cierto tiempo, Abd-Allah recordó ese episodio y buscó a la mujer...Esta vez quería aceptar su propuesta..Cuando se encontraron, Abd-Allah le recordó a ella su ofrecimiento anterior...Pero ella se negó, diciéndole:"Ya no tienes la luz que llevabas en tu rostro el día en que te hice mi propuesta. Ha desaparecido. Y yo te quería por esa luz"...Así guardó Dios la honra de todos los antepasados de su Mensajero, sobre él la paz, para dignificarle en todos los aspectos...Y Decretó, que el Profeta, sobre él la paz, proviniese de una descendencia pura, salida de una ascendencia pura.
El tercer destello viene reflejado, por lo que algunos testigos de la infancia del Profeta, sobre él la paz, relatan acerca de él, sobre él la paz...Y así, Fatima Bint Abd-Allah, nos cuenta cómo, al tener en sus brazos al Mensajero de Dios, sobre él la paz, sentía algo completamente distinto a lo que sentía con otros niños..Amina, su madre (PyB) relata que, cuando estaba embarazada del Mensajero, sobre él la paz, oyó una voz que decía:"Vas a dar a luz al mejor de las gentes...Y le pondrás por nombre Muhammad..Protégele con el favor de Dios de todo mal de cualquier envidioso."
Abd-Al-Muttalib tuvo una visión en sueño:.."Vi como que en mi espalda salía un árbol que crecía hasta llenar los Cielos y la Tierra"...Comenté el sueño a una gente...Todos coincidieron en afirmar," que de mí descendencia saldría alguien a quien admirarían las gentes del Cielo y al que seguirían las gentes de la Tierra".
Cuando el Profeta, sobre él la paz, nació, su madre, Amina, vió como toda la casa se llenaba de luz...La luz de la Profecía.
Un cuarto destello o señal, lo proporciona el hecho de que, cuando nació el Mensajero de Dios, sobre él la paz, todos los ídolos de la Kaaba cayeron de bruces desde sus pedestales haciéndose añicos.
El quinto esplendor que recogemos de la infancia del Profeta, sobre él la paz, se contiene en su orfandad y durante el delicado periodo de su primera educación.
La muerte temprana de su padre y de su madre fueron concebidos para que sus meneras y modales no pudieran ser adjudicados sinó a un origen Divino...¿Quien te educó?..Le preguntó Abu Darr, una vez, al Profeta, sobre él la paz,..."Me educó mi Señor e hizo que mi educación fuera esmerada"...respondió, sobre él la paz. "Y en verdad, tienes unos magníficos modales", dice Dios en su Libro, (Sura 68, Al-Qalam, el cálamo, 4).
Dios eligió a Muhammad, sobre él la paz, como Profeta le educó, construyó su personalidad, lo dotó de las cualidades necesarias para el buen desenpeño de su misión...Y cuando el proceso de formación hubo concluido, a los cuarenta años de edad, lo hizo su amigo íntimo y le ordenó predicar su mensaje.
La calidad de Profeta no proviene de la casualidad, ni de la inspiración sorpresiva, ni de la iluminación momentánea...Tampoco resulta una condición a la que pueda aspirar, o que pueda disfrutar, cualquier persona o ente creado.
La profecía exige unas cualidades y unas características y una coyuntura personal determinada, cuyo control se haya, siempre, en manos del Señor de los Mundos. Y todo ello sin menoscabo de la realidad humana, única y exclusivamente humana, de la persona del Profeta, sobre él la paz...:"Di, Yo sólo soy un ser humano como vosotros al que se le ha comunicado una revelación divina"..(Sura 18 Al-Kahf, la caverna, 110).
La educación del Profeta, sobre él la paz, será una cuestión para la próxima charla entre vosotros, los que escuchais.
Assalamo aleikum barematulage wabarakatuju.

Ahmad Salah As-Sufi.
2003-London Live.