viernes, 2 de noviembre de 2012

EL QUE NO MIENTE A LOS HOMBRES, NO MIENTE ACERCA DE DIOS. Los primeros musulmanes.

En nuestro relato de la vida del Profeta (S.A.W.S.) llegamos a los preámbulos de la misión pública y de la llamada manifiesta al Islam. Y llegados a este punto nos interesa recalcar dos aspectos del mismo. Por un lado la calidad humana de los que creyeron, en primera instancia, en la misión profética de Muhammad, sobre él la paz, y le siguieron. Por otro lado, están los métodos educativos y de elevación de la fe y la creencia que fueron utilizados por el Islam o el Mensajero, sobre él la paz, para guiar las almas de los creyentes en su verdad. Aquí vamos a ocuparnos del primer punto: La calidad humana de los primeros creyentes, los primeros musulmanes.
La primera figura que nos sale al paso en nuestra evocación de la vida del Profeta, sobre él la paz, es Jadiya, la primera esposa del Mensajero de Dios, sobre él la paz, . Cuando éste volvió enteramente conmocionado de su entrevista con Gabriel y repetía nervioso: "¡Tapazme..Tapazme!"; ella le confortó y tranquilizó diciendo:"¡Por Dios, que El no te va a abandonar; Socorres al huérfano, colmas la necesidad del desahuciado y ayudas a soportar los embates del destino!". Vemos como la fe de Jadiya se encarna en un estilo especial. Cuando el terror del Mensajero, sobre él la paz, se reduce, Jadiya indaga lo que le ocurrió en realidad y en detalle. Siendo como era una mujer mayor que su esposo, hubiera sido natural que creyera a pie juntillas en su marido, hombre joven...y no buscara otro punto de vista u otro juicio para explicar todo lo que aconteció. Pero no lo hizo. Por el contrario, siguió todos los caminos lógicos para construir una hipótesis verosimil del episodio que Muhammad, sobre él la paz, había vivido. No contestó la llamada de la ternura conyugal o el reclamo del amor matrimonial hacia la pareja. Conociendo como conocía Jadiya la verdadera naturaleza del Profeta, sobre él la paz, sus modales y su temperamento, no podía sino reflexionar sobre el asunto y darle una explicación racional.
Tal era la influencia de la personalidad del Profeta, sobre él la paz, en su esposa, a la que había conocido y con la que había convivido, por espacio de años, con anterioridad a su elección como el último de los Mensajeros de Dios, sobre todos la paz, que al actuar de esa manera, Jadiya no hacía sino aplicar una de las reglas que iba a establecer el Islam y que puede ser considerada como regla general para toda la humanidad y su existencia terrenal; "Aquel que protege a Dios, Dios le protegerá a él". Con tal postura, Jadiya interrogó al Mensajero, sobre él la paz, para cerciorarse de la realidad de los hechos..."¡Infórmame de lo que te pasó!" le dijo Jadiya al Profeta, sobre él la paz, una vez que se hubo tranquilizado del nerviosismo que le produjo la primera revelación.. No hay que olvidar, que Jadiya estudiaba con Waraqa ben Nawfal y que los temas espirituales y más los relacionados con la profecía y el adviento del profeta del siglo, no le eran extraños ni lejanos.
"Cuando veas lo que dices ver...¡Avísame!", le pidió Jadiya al Profeta, sobre él la paz.  En el momento en que Gabriel volvió a mostrarse ante el Mensajero, sobre él la paz, éste advirtió a Jadiya de la presencia del ángel..."Siéntate en mi muslo derecho" le dijo Jadiya al Profeta, sobre él la paz, y así lo hizo..."¿Lo sigues viendo?", preguntó Jadiya.."Si" dijo el Profeta, sobre él la paz,.."¡Siéntate en mi muslo izquierdo!" le dijo Jadiya al Mensajero de Dios, sobre él la paz,...¿Lo sigues viendo?...insistió Jadiya..."Si", respondió el Profeta, sobre él la paz...."¡Siéntate ahora en mi regazo!", indicó Jadiya al Mensajero, sobre él la paz..."¿Lo sigues viendo?"..."Si", contestó el Mensajero de Dios, sobre él la paz...Entonces, Jadiya descubrió sus cabellos y preguntó..¿Lo sigues viendo?..."No", confirmó el Profeta, sobre él la paz..."Puedes estar seguro de que no se trata de ningún demonio", afirmó Jadiya..Ella sabía que se trataba de un ángel porque los ángeles, como seres espirituales puros que son, no pueden permanecer en un lugar donde las mujeres se descubren el cabello...Ven de otra forma distinta a la nuestra...casi, diría, tridimensional..y el cabello suelto en las mujeres les dá miedo...por eso no se acercan. Se comprueba, pues, como Jadiya utilizó su razón y su condición natural para asegurarse de lo que se le transmitía. Pero no satisfecha con esto, se apresuró a reforzar su opinión por otros medios. Antes que la noticia fuera conocida por los conciudadanos del Profeta, sobre él la paz, se apresuró a solicitar la opinión de alguien sabio para contrastar la suya propia y llegar a una mayor seguridad en las conclusiones. De este modo se decantaba por la opción lógica siguiendo un método único. Cuando tuvo los resultados que quería, su fe se convirtió en una fe firme e inquebrantable, una fe animada y animadora.
Y así vemos como Jadiya, que jamás vió constituirse el  estado Islámico en Medina, como esa mujer mimada en un ambiente de bienestar y lujo, comería las hojas de los árboles y bebería el agua turbia de los charcos, cuando los quraish impusieron su embargo económico y social a los musulmanes de la Meca y como Jadiya soportó las penalidades derivadas del embargo sin queja alguna, contenta y tranquila. Todo el tiempo que los quraish incrementaron la persecución al Profeta, sobre él la paz, sus insultos y ofensas, ella, Jadiya, lo recibía con una sonrisa y alimentaba su aguante con palabras de amor y paciencia, consuelo y alivio. Y así hasta el final de sus días en la Tierra. ¡Dios mio, estáte satisfecho de ella y colócala entre aquellos de los que te sientes orgulloso de ellos, tanto de los primeros como de los últimos!.
De la misma casa del Profeta, sobre él la paz, parten también dos chispas de luz espiritual: Ali ben Abi Talib y Zayd ben Al-Harita. Ambos fueron criados y educados en el hogar que iba a recibir la profecía. Cada uno de ellos tiene su propia historia y sus circunstancias particulares. Ali, hijo de Abu Talib, tutor del Profeta, sobre él la paz, en su niñez, fue recogido en casa de Muhammad, sobre él la paz, un año en que la sequía y la necesidad azotaban a los quraish. Abu Talib estaba cargado de deudas, su penuria era grande y sus hijos numerosos. Abbas, su hermano y tio del Profeta, sobre él la paz, y el mismo Mensajero, sobre él la paz, decidieron hacerse cargo de alguno de los hijos de Abu Talib..¡Dejad conmigo a Aqil y a Talib, y llevaros a quien queráis! les concedió éste y Abbas se quedó con Yaafar y Muhammad, sobre él la paz, como hemos visto con Alí.
Zayd ben Al-Harita era un esclavo que tenía Jadiya. Cuando Muhammad, sobre él la paz, se casó con ella, lo manumitió y lo adoptó como hijo. Cualquiera podría decir que fue el deseo de tener hijos varones lo que empujó al Profeta, sobre él la paz,  para la adopción de Zayd. Pero la historia de su adopción desmiente tal suposición y corrobora cuál era lo elevado de los valores presentes en la persona del Profeta, sobre él la paz. Zayd pertenecía a una de las tribus de la confederación norteña de Tai. Al oír su padre y tio de su paradero en la Meca, vinieron hasta el Mensajero, sobre él la paz, y le ofrecieron el precio que él mismo estipulara para la liberación de su hijo y sobrino. Pero el Mensajero, sobre él la paz, les contestó:"Os propongo algo mejor. Que venga Zayd y decida, por sí mismo, si quiere marcharse con vosotros o si prefiere quedarse aquí conmigo. Si decide partir, no quiero nada en compensación". Presentada la propuesta ante Zayd, éste respondió:"¡Por Dios que no eligiría a nadie en tu lugar, pues he convivido contigo durante bastante tiempo y te conozco y sé como son tus modales y maneras!".."Y yo no elegiría a otro en lugar de aquel que me eligió a mí"..agregó el Mensajero de Dios, sobre él la paz. Dicho esto, el Profeta, sobre él la paz, fue hasta la Kaaba, frente a la cual se reunían los notables de la Meca y tenían lugar asambleas generales de la tribu y anunció su designación oficial de Zayd como hijo y heredero según las costumbres del derecho de los árabes pre-islámicos. Por lo que hace referencia al padre y al tio de Zayd, regresaron satisfechos de la situación en la que dejaban a su hijo y sobrino.
Podemos observar, cuán importante fue la influencia recibida por Zayd de parte de un educador de la talla del Profeta, sobre él la paz. La noticia de la manifestación de la profecía en casa de Muhammad, sobre él la paz, se supo cuando alguien contempló a éste y a su esposa Jadiya en postura de adoración. Alí fue el primero en preguntar por la razón de esa actitud en sus dos progenitores adoptivos. Tras la respuesta, aceptó el Islam. Y así fue como se extendió el Islam entre los miembros de la familia, hasta que todos fueron musulmanes. El espíritu personal y el talante educador de un cabeza de familia como Muhammad, sobre él la paz, explican el por qué se desarrollaron los acontecimientos de la manera que venimos relatando. Este poder de convicción constituye, también, la mayor prueba de la perfección y la majestuosidad que alcanzó el portador de la revelación en sus caracteres personales.
Muy pronto el Profeta, sobre él la paz, empezó a llamar al Islam a sus amigos y allegados. Entre ellos estaba Abu Bakr, que en el momento de la primera revelación y de la difusión del suceso, estaba de viaje. A su regreso encontró que la gente de quraish se hallaba vivamente interesada en el asunto de Muhammad, sobre él la paz. Abu Bakr le visitó: "Te eché en falta entre tu gente y vine a ver que era de tí"...El Mensajero, sobre él la paz, respondió:"He de informarte de que Dios me ha elegido como Profeta y me ha enviado a tí y al resto de la Humanidad para guiaros". En ese mismo instante, Abu Bakr creyó en la misión del Profeta, sobre él la paz. Fue tan rápida su reacción que el Enviado de Dios, sobre él la paz, siempre lo recordaría:"No ha habido nadie al que haya invitado a abrazar el Islam sin que haya dudado un instante, excepto Abu Bakr, quien no titubeó ni se excusó ni fue remiso en aceptar el Islam".
La fuerte amistad que se tenían el Mensajero de Allah, sobre él la paz, y Abu Bakr, estaba alimentada por los buenos modales y exquisitas formas del Enviado, sobre él la paz. Esta elevada ética personal del Mensajero, sobre él la paz, fué la que convenció, al momento, a Abu Bakr y sin ningún tipo de dudas en  la misión de Muhammad, sobre él la paz...¿Como iba a mentir sobre Dios quien no miente a los hombres?...Imposible.
Otro día hablaremos un poco más de Abu Bakr y su posicionamiento en el Islam.

Cuidense mucho y cuidado con las carreteras...no correr..paciencia...corazón sereno...hombres piadosos musulmanes somos y no locos en ésta sociedad.
Assalamo aleikum warematulage wabarakatuju.

Ahmad Salah As-Sufi
2003-London Live.