jueves, 1 de junio de 2017

POEMA TITULADO

. POEMA  DE  ABŪ  MADYAN.

El  gozo de  la  vida  solo se  encuentra  en compañía  de  los  fuqara.
Ellos  son  los  sultanes,  los  líderes  y  los  emires.
Por  tanto, guarda  su compañía  y  sé  cortés  en  las  reuniones;   olvida  tu suerte  cuando  te  empujan  hacia  delante.
Atrapa  el  momento y  reúnete  siempre  con ellos.
Sabe  que  la  satisfacción es  para  los  asistentes.
Guarda  silencio  a  menos  que  te  pregunten. Si  te  preguntan, di:  «Carezco de  conocimiento»,  y  escóndete  en  la  ignorancia.
Fíjate  solo en  tus  propias  faltas, son evidentes  aunque  parezcan ocultas. Agacha  la  cabeza  y  pide  perdón  sin motivo, no te  escondas  y  discúlpate.
Si  cometes  una  falta,  reconócela  y  discúlpate  por  lo que  has  hecho.
Di:  «¡Oh  fuqara!  Este  insignificante  esclavo necesita  vuestro  perdón, sed amables  y  perdonadme».
Son dignos  de  virtud, es  su naturaleza, no esperes  reprimenda  ni  daño  por  su  parte.
Muéstrate  siempre  generoso  con los  hermanos, con todo tu ser, y  no te  fijes  en sus  errores.
Observa  con atención  al  maestro en  sus  estados, quizás  se  manifieste  en  ti  una  muestra  de  su  agrado.
Ofrécele  tu seriedad  y  ponte  a  su  servicio, quizás  esté  satisfecho,  ten cuidado  y  no dejes  de  agradarle.
La  satisfacción del  Creador  es  la  satisfacción del  maestro y  tu obediencia. Así  estará  satisfecho contigo, guárdate  de  abandonarle.
Sabe  que  el  camino de  la  comunidad sufí es  oculto; mira  cómo son quienes  lo  fingen. 
¿Cuándo y  dónde  veré  a  los  fuqara?   ¿Cuándo tendré  noticias  de  ellos?  ¿Quién soy  yo? 
¿Cómo  podría  acercarse  alguien  como  yo a  las  fuentes  puras  en  las  que  se  reúnen? 
Les  quiero y  trato  amablemente, y  les  ofrezco todo mi  ser, a  algunos  más  que  a  otros.
La  fragancia  permanece  en el  lugar  donde  estuvo sentada un grupo de  nobles  cualidades.
De  sus  virtudes,  el  sufismo regala  preciosidades.
Mi  mirada  se  deleita  en su  camaradería.
Mi  cariño y  afecto es  para  quienes llevan con orgullo el  vestido de  la  magnificencia.
Ojalá  me  reúna  con  ellos  en Allah, y  que  Él  olvide  y  perdone  mis  faltas.  Bendiciones  sean sobre  el  Elegido, nuestro maestro Muhammad, el  que  mejor  cumplió y  se  entregó.