viernes, 2 de febrero de 2018

AMIGOS OPUESTOS

Desde la visión del universo en las apariencias, el ser humano interviene con su capacidad de percepción e imprime su voluntad. Ambas están motivadas tanto por la necesidad legítima de aprender como por el ámbito de sus necesidades y deseos. De ésta forma, se convierte en el verdadero seguidor de los conceptos subjetivos del bien y del mal, que aislan de un Todo compuesto por multitud de facetas aparentes; es a través de las que se nos hace presente el Ser Único. En la Creación, el Ser Único es intuido y progresivamente percibido por la consciencia intelectual –de donde quiera que surja–, como un reflejo que dimana de Ese mismo Ser y a donde retorna.  Tener comprensión de todo ésto, deriva en algunos de los principios básicos del Sufismo/Tasawwuf referidos al dominio sobre el ego, (nafs), como parte [que es] de la confusión, (para algunos), y como herramienta de aprendizaje, (para otros). Es a través del ego, y por medio de la consciencia del ser, como la persona aprende e interpreta lo inestable como estable, y puede quedar apegado por el «mulk», (el mundo de las apariencias), al que pertenecen los deseos, ó bien evolucionar hacia el objetivo de su existencia. En cada parte de la existencia se encuentran las fuerzas antagónicas, representadas por el nacimiento-muerte, construcción-destrucción, placer-dolor, etc. Pero el ser humano, si todavía está dominado por el nafs, (como velo de la ignorancia), las percibe como un drama de dolor en lo mas íntimo de su propia naturaleza, como enemigas confrontadas  y no como aliadas en un mismo proyecto. Cuando la persona permite, (no importa por qué causa), que una de las fuerzas opuestas, (que no antagónicas), se quede con el dominio, se produce desequilibrio y  causa la aparición del "velo" que obstruye la visión del conjunto. Así mantiene un  estado de "ceguera" y pasa a formar parte de "los velados". Esto pone en riesgo el objetivo de su creación, como ser intelectivo, al propiciar la regresión hacia la naturaleza animal y atrofiar así una de las cualidades que le constituyen como persona. Es así como en parte se cumple el dicho: 'homo lupus hominibus est' (el hombre es un lobo para el hombre). El  transitorio ego, (nafs), también relacionado por los antiguos Maestros con Iblis, (encarnación del mal), se agarra con gran fuerza a la existencia prestada durante la ficción de su tiempo. Por ello, siendo intuidor del atractivo poder de la eternidad (atributo del Ser Único), que percibe en el Ser de Luz de su naturaleza arquetípica, desea, (no importa por qué medios), ocupar el papel de indispensable y «quiero-todo» protagonista. Es un esfuerzo imposible del nafs, capaz de crear la inmortalidad del alma, para adueñarse de una eternidad que no le pertenece. Es una lucha siempre perdida, en cuya trampa aduladora caen tantas personas seducidas por la deformación religiosa ó por el sistema de vida que han elegido llevar. Cada persona es siempre  consciente del drama de su lucha interna; «si quiero/no quiero, voy por éste camino o por aquél otro». De un lado forma la ambición sin límites del propio ego, (nafs), que pugna por la permanente autosatisfacción, por librarse de todo control y disciplina. Del otro lado la íntima convicción de que "todo" no puede ser igual a "poco". Que la transitoriedad, no le  satisface lo suficiente y que tienen que existir otras respuestas no vinculadas al mito ó al engaño. Esto lo perciben todas las personas, no importa el nivel de entendimiento, pero algunas, seducidas por el nafs, abandonan sus inquietudes como "tonterías" propias de gente inmadura. Otras en cambio, las afrontan incansables en la búsqueda y con su esfuerzo van dando respuestas que marcan las rutas de la evolución integral en la historia del ser humano. Quien no avanza, retrocede, pero no existe el ostracismo, la quietud, pues el movimiento es necesariamente permanente en una u otra dirección. Decir aquello de : "yo no quiero saber nada, a mi no me interesa nada, que me dejen tranquilo, tengo otras preocupaciones del día a día", es una postura, que antes o después, (de una u otra forma), no tendrá como consecuencia el estado de paz, ni la desaparición de la inquietud interna. Cuando nos cerramos a un factor evolutivo, su opuesto, se fortalece  produciendo siempre un desequilibrio, y el dolor como resultado. Pero como siempre, si hay movimiento cada persona puede reconducir el trazado de su propia ruta. En cambio, cuando el ser humano, como consciencia intelectiva, resta protagonismo al ego y lo utiliza como quien utiliza una herramienta, se produce el equilibrio entre los opuestos. Durante el periodo de aprendizaje, y como Ser de Luz, se inicia en el gobierno de sí mismo, desde la Sabiduría, haciendo el uso adecuado y coherente de todas esas herramientas que más tarde tendrá que  abandonar. Éste gobierno en armonía es lo que posibilita la evolución y por lo tanto el avance hacia el verdadero Conocimiento de la Propia Naturaleza. Lo mismo sucede con todo el Universo por la aportación de cada fuerza y según su propia cualidad en el objetivo común del desarrollo y por medio de los procesos naturalmente evolutivos en los que toma  colaboración. Por ésto decimos que, todo cuanto existe, es "Abd" (dócil a la acción creadora) y en ruta hacia el momento definitivo, aquel en el que (también para la consciencia que reside en el ser humano) se habrá cumplido el gran objetivo del viaje. Al igual que cada uno de los demás seres temporales, cada persona tiene su propio objetivo, desde el momento en que, como conjunto de los atributos de la Naturaleza Divina, (única Naturaleza real), se desprende de la voluntad Creadora. Hasta "aquel punto y momento" en el que se disgrega, y cada componente regresa al Origen que le dio la existencia como criatura concreta, después de haber crecido y dado sus frutos por la vía del Conocimiento. Entonces descubrirá lo que ya conoce el Ârif, (sabio), que en realidad nunca se fue de "Allí", y en ese estado se producirá el último "Faná" la fusión total a la Unidad, de la que creyó que estaba separado.

Ddo.
Bened Aybar (Muhammad)
Miembro de la Noble Tariqa Sufiyya España.
Muride del Shaykh Ahmad Salah As Sufi.
Zaragoza, 4 de Enero del 2018/1439 hg.