viernes, 9 de marzo de 2018

LOS GRADOS DE LA CONTEMPLACIÓN DESDE EL RECOGIMIENTO.

La seguridad del cuerpo radica en comer menos; la seguridad del alma radica en dormir menos; y la seguridad de la religión está en el constante recuerdo y la sublime oración.
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Son los adelantamientos o ingresos del conocimiento espiritual, y de un cierto amor sabroso en contemplar las grandezas divinas, en cuanto éstas son al entendimiento objeto de la verdad, y a la voluntad de la suma bondad; Así que, creciendo la persona devota en el conocimiento, y en el Amor de las cosas divinas, se levanta un alto grado de sobrenatural contemplación. La criatura racional puede crecer siempre más al infinito en el conocimiento y en el Amor divino.
Los grados de la contemplación activa son infinitos.. nadie (excepto Allah SWT) puede restringirlos ni sublimarlos en determinaciones ni etiquetar la experiencia en ningún libro; más para entender el método de exposición, conviene saber, que los grados son claros y distintos, como por ejemplo: las visiones, locución, revelación, etc. En los cuales, se entienden claramente y en particular, las verdades que la divinidad manifiesta, y se ven claramente los indistintos que nos ponen en una cierta oscuridad luminosa, que consisten en los actos de la fe en la cercanía de las cosas divinas, pero con la aclaración de los dones de la sabiduría y el entendimiento, por los que el alma se acerca al Supremo, y ésto es la contemplación en perfecta unión mística con Él.
Por ese proceder, se ordena y separa en grados.
La preparación es paulatina, como subir escalones, uno sube al otro y Allah SWT es el que puede levantar al alma, y una vez la levanta, al grado superior, no importa el tiempo. Por eso, parece bien ponerlos en orden entre sí, comenzando por el ínfimo hasta el supremo; con lo cual, el ejercicio de la contemplación activa y la dependencia que tienen unos grados con los otros, y los adelantamientos que puede hacer el alma caminando ordenadamente por ellos; no obstante, todos se comunican con la unidad en cualquier grado de elevación en que se encuentren; por lo tanto es oportuno recogerlos entre lo sobrenatural e infuso.
El murid sabe cómo purificarse para entrar en el camino perfecto de la contemplación activa con recogimiento; aunque la potencia interior ayuda con sus fuerzas, la gracia ordinaria es la que llega a Él; no se trata de forzar nuestra potencia natural sobre objetos exteriores, sinó que el retiro subitaneo y suave debe ser interiormente, en lo íntimo del alma, donde Allah SWT se manifiesta con verdadera fe. Esto se hace por medio de una cierta luz y suavidad que Allah SWT infunde en el entendimiento y en la voluntad, y derramándolos en los sentidos interiores, los une todos y los detiene dulcemente delante de Él en aquel íntimo del alma, donde Él se manifiesta por medio de dicha luz. A éste recogimiento purificador se le conoce por Jalwa y práctica en los sentidos internos en retraimiento o reconcentración de los sentidos externos, los cuales parece que también quieren entrar en aquel centro en el que se hallan las potencias espirituales y los sentidos internos; como nota, los ojos se cierran, aunque no quieran cerrarse, el oído se cuida de no escuchar cosa alguna y el tacto se abstiene de moverse; el cuerpo entero mismo no quiere moverse.
Éste es el mejor recogimiento (Jalwa) por la seguridad de la obediencia y la inestimable ayuda de la sumisión en humildad, pues todo se detiene en dicho retiro interiormente. Así, Allah SWT, con el resplandor de Su luz, y con la suavidad de Su presencia, como guía del alma, se unifican con la semejanza del imán, que puesto en medio de alfileres, hace que todos se revuelvan y se le adhieran.. Así, cuando Allah SWT, desde lo íntimo del alma, hace sentir a las potencias Su presencia, que todas se revuelven y se fijan a Él.  Es entonces cuando la Vagabunda memoria se aquieta y el entendimiento lo contempla dentro de sí, donde ya sabía de antes, que allí habitaba,  pero no lo reconocía con claridad por causa de los velos. La voluntad descansa en Él con afecto tranquilo y delicioso; los sentidos exteriores se alejan de los objetos y sus ocupaciones, y se esfuerzan lo mejor que pueden en el retiro  propio para entrar ellos también en aquella habitación interior para ver, oír y gustar bien del alma.
Éste recogimiento atrae a las potencias al modo dicho, y ésto, se hace para llevar al alma a la soledad interior del corazón. En realidad, el alma comienza a recibir los primeros favores, luces y dulzuras, antes de sustentar el vigor en el espíritu que le otorga la soledad de su alimento, y se va en pos del camino de la virtud del Jalwa por su sobrenatural y extraordinaria ayuda en la gracia.
Más no se puede decir, que sea grado de perfecta contemplación, sinó antes bien, que es un principio para dispersar el alma en la elevación sobrenatural de la contemplación perfecta.  Luego claro, la meditación y el discurso deben cesar cuando se alcanza éste grado particular de serenidad y de paz, para que nada turbe la comunicación.
Los efectos son experimentados íntimamente, y esa gracia y bien del alma,  se recoge en desapego mundanal y para desprenderse de todo lo vano, pues ya ha comenzado a experimentar los favores de  Allah SWT y torna al retiro (Jalwa) con voluntad, frecuencia y mayor ánimo de perseverancia.
Introducida el alma en ésta dinámica, crece el Amor en la soledad, por medio de éste grado de estar a solas con Allah SWT, dentro de los secretos del corazón, en el cual se encuentra en un completo reposo interior.
El maestro espiritual debe advertir, que en  éste recogimiento sobrenatural, las potencias del alma no están suspendidas,  sinó que pueden obrar libremente sus actos; y así, como el entendimiento puede ejercitarse en reflexión y diálogo, así puede el alma agradecer y humillarse ante Allah SWT y entregarse con amor a Su voluntad y Majestad para el mejor servicio   divino. Todo ésto debe ser con voluntad amable y deber de practicar esos efectos con mucha tranquilidad, para que el alma no se afane en ejercitar los actos con ansias y conato en las potencias, que pueda disipar el haz de luz en que se encuentra ilustrada con aquella serenidad que contienen las potencias interiores; por eso, el maestro espiritual debe proveer suavemente en la medida procedente, éstos actos contemplativos del murid, para que no surjan persuasiones de recibir con esfuerzo. Si el murid fuese llamado al retiro (Jalwa), éste retiro interno debe tener el cuidado del maestro, para que no sea apagado el espíritu evocador, y sí algo sirve de estorbo, en el recogimiento, está en su obligación para dispersar la devoción y trabajo a realizar en el ejercicio y que nada pueda distraer al espíritu durante el recogimiento.
El alma recoge las grandes cosas de éste retiro, apartada de distracciones y de las rutinas del mundo, podrá llegar al estado y condición interior, en la medida en que esté dispuesta. Es necesario un ejercicio de oración, dikr que aumente el desapego generoso, y el alma debe estar dispuesta para aceptar recibir todos los favores que Allah SWT le quiere hacer. Éstas almas, son llamadas al interior (de manera extraordinaria) por Allah SWT y deben procurar el recogimiento con pureza, retirándose con sus potencias en el Jalwa  efectivo.. Allah SWT recogerá esas potencias con suavidad y las incrementará en el grado de cada cual, pero nunca dará más de lo que cada cual pueda soportar, pero sí en mayor calidad y mayor realidad.
El silencio espiritual (en suspensión del Jalwa) es en efecto una potencia del alma que no se pierde y queda fijada delante de la divinidad, ésto es, que la voluntad no queda detenida, pero sucede que la pretensión es de recibir la creciente luz y el entendimiento de dicho recogimiento, con incremento del Amor y admiración de Allah SWT desde la voluntad entregada a Su Amor, sin que ninguno de los dos procedan a otros actos propios de las potencias. En éste caso, el entendimiento y la voluntad deben quedar suspendidas en el acto de admiración y de amor, en que dulcemente se detienen para no distraerse con otros objetos. Todo lo anterior procura, que el entendimiento y la voluntad se encuentran en la Unión perfecta y desde la cual se pueden ver y ejercitar las potencias.
En ese tiempo de silencio sobrenatural, la imaginación queda expectante y la fantasía recibe el consuelo de que el entendimiento y la voluntad están recibiendo datos. El entendimiento no anda discurriendo y la voluntad se encuentra satisfecha y descansada en Su Amor. El apetito sensitivo está calmado y la tranquilidad goza de las potencias racionales; Así, todo el hombre interior se hace silencio suave y delicioso. Éste silencio interior es la luz y el Amor; porque  una vez ilustrado, la abundancia de la admiración otorga sus frutos y que el alma justa vé en el silencio y gustar de la suavidad de Allah SWT.
En éste estado, el alma ahora puede Ver, puede oír lo que sucede en el interior del corazón, en el que habita Allah SWT..
Se infunde así al alma, las cosas del palacio celestial y se suprimen las vanidades del mundo terrenal, pues ya no habita entre el barro, sinó en el palacio, en la Cámara Real de la grandeza y de ésto resulta un desapego a lo mundano y una mayor determinación en el servicio a Allah SWT.
"La seclusión (Jalwa) es la preparación ideal del alma para llegar a Allah SWT. Es en el estado de soledad en que el alma contempla los atributos de Allah".  
[Rabia Basri (ra)]


El hombre mundano ama lo terrenal, pero el hombre espiritual ama lo espiritual.


Muchos alcanzaron más sabiduría por la oración, contemplación y demás virtudes, que por el estudio.


Siempre será Allah SWT el que sabe más y mejor sobre todas las cosas.
Amin.

Assalamo aleikum.
Shaykh Ahmad Salah As Sufi.