jueves, 30 de julio de 2020

EL MAESTRO DEL CORAZÓN.

EL MAESTRO DEL CORAZÓN.

No es otro, que aquel que forma a cada discípulo uno por uno, para que todos sean sabios, pues quien aprende vive y quien enseña igual.
Forma Allah SWT todos los corazones, no sólo según la sustancia, sinó también según la piedad, lo cual hace que cada uno sea un instrumento del espíritu en Su sabiduría y ciencia; y aunque en todos los tiempos, la divina piedad haya instruido el corazón del hombre, es preciso llenarlo de  limpieza para que los ojos vean al Preceptor y los oídos escuchen tras de sí.. Éste es el camino, camina por él.. Éste es el maestro, haz promesa de aprendizaje con él.. Pues vengan todos a la escuela y aprendan.
Es la enseñanza un magisterio que da testimonio del maestro que enseñó; pero los tesoros depositados están dentro de la doctrina celestial de Allah SWT.
¿Quien será aquel que salte de alegría por haber hallado un maestro?.. Aquel que confía. Pero muchos discípulos, tienen sus empeños, (en exceso), y miran más por la fama del maestro que por las lecciones que reciben, y eso no forma en absoluto ni aumenta en nada el bien obrar, sinó que se forman más, en el ansia de la fama del maestro, que en mostrar el aporte de las lecciones que deben mostrar con humildad de corazón.. ¿Qué ejemplo puede dar la charlatanería?.- Es fácil precisar quién es un discípulo en una escuela y quiénes son los excluidos de la sabiduría.
Un corazón de piedra ni verá ni podrá escuchar ninguna lección. Las palabras deben penetrar hasta lo más profundo del alma para que sean vivas y eficaces; cambian los ánimos con dulzura y es prudente en los modales del carácter. El discípulo, tiene que tener la pureza y la suavidad del maestro para disfrutar de la fragancia escogida; pues las palabras dignas son íntimas del corazón y rebosantes en fragancias de virtudes; más las palabras de un charlatán no harán ver la contemplación, aunque pueden derretir al alma con las brasas que no aportan nada. La sabiduría no se clama a voces. Las palabras del maestro son ajustadas y no se halla nada malo en ellas; son rectas para los que entienden y son justas para los que saben.
Escucha discípulo, tienes que ser prudente y esperar en la puerta al que vive con la sabiduría; aquel que es diligente con la doctrina del corazón y la enseña.
De poco provecho serán miles de palabras, si Allah SWT no os abre los oídos del corazón. A éste modo, muchos verán, después de que se disipe la polvareda, quienes van montando un caballo y quiénes van en un pollino, y dónde está la eficacia de todo lo que aprendió.
El amante es tan recatado, que no te mostrará nada si alguno no aprendió bien; Ésta es sin duda la vela del corazón, (la que abre la puerta sin diplomas), con la piedad y la insinuación sobre el estado del corazón, aunque sin el abrigo de la cabeza. ¿Porqué estás a la puerta si no llamas para que te puedan abrir?. 

"Así hablaba el mendigo"                                 Sheykh Ahmad Salah As Sufi.