sábado, 1 de agosto de 2020

EXAMINANDO CERTEZAS.

Todo el individuo es natural con aquello que participa en el ser, la jerarquía de perfección que se encuentra en los entes (en cuanto los entes inferiores que aspiran y tienden a acercarse a los superiores como para alcanzar la participación de sus perfecciones: por afinidad ontológica que hace del mundo un todo en si mismo ordenado, y que puede ser indicada con el término del principio de la continuidad de los entes). Esa jerarquia, se reduce en definitiva a una graduación en el ser. "En la jerarquía de perfección que se encuentra en las cosas, en los entes (más allá de su aspecto formal: diferencias especificas o genéricas), se presenta una graduatoria en la posesión común de una perfección que es originaria de las otras perfecciones y fundamentos: la perfección diversamente participada del ser."
El ser, en estado puro, (fitrah) acoge en si a todas las perfecciones, y se encuentra participado en grados distintos en las cosas: grados de perfección del ser, que contienen virtualmente todas las perfecciones del ser inferior. El Acto de ser que se da en grados de menor a mayor intensidad desde las realidades más imperfectas hasta Allah y Sólo Allah es por esencia; todo lo demás, es por participación. La jerarquía de entes en el universo, es la progresiva graduación de perfecciones que poseen las cosas, desde el reino mineral -con sus elementos hasta sus estructuras más complejas-, ascendiendo por las diversas formas de vida -vida vegetal, animal y espiritual hasta llegar a Allah es, en definitiva, una graduación en todo el ser "Toda nobleza en cualquier cosa es proporcional a su ser y ninguna dignidad le vendria al hombre por su sabiduria si no fuese sabio por ella, y así de los otros entes. Por consiguiente, según el modo en que una cosa tiene ser, así es el modo de su nobleza: pues se dice que una cosa es más o menos noble segun que su ser se contraiga a un modo especial de mayor o menor nobleza.
Contexto.
Aclaraciones de algunos aspectos importantes.               
--Nuestro estudio del alma, ha estado siempre marcado por un cierto misterio y dificultad para las mentes materialistas sin miras espirituales. Ha llegado el momento de meternos dentro de nosotros mismos, para ver el habitat donde está la verdad. Pues bien, al volver hacia nosotros mismos, y percibir que sentimos, entendemos, y ejercemos las demás operaciones vitales, percibir que tenemos alma. Aunque el conocimiento de la naturaleza del alma sea muy difícil y exija una investigación diligente y sutil, sin embargo, experimentamos ya en nosotros mismos que tenemos alma, que el alma existe al percibir sus actos.

La Experiencia inmediata y cierta es que el hombre tiene el principio de sus operaciones..

Al entender o sentir algo, percibimos que entendemos y sentimos. Y percibiendo nuestros actos vitales, percibimos la existencia del alma. Pero es evidente que ésta existencia percibida en nuestra experiencia interna es algo más que la mera existencia, pues percibimos la presencia del alma como un principio fundamental para operaciones vitales. Luego, en la percepción contemplativa existencial del alma entrevemos ya la "consistencia" del alma como plenitud desde la que brota toda la operatividad humana, y que indudablemente no se puede reducir al mero hecho de existir. 

La percepción existencial del alma fundamenta el conocimiento esencial del alma. Es imposible aprender la naturaleza del alma sin recurrir a nuestra experiencia interna (introspección). 

Hemos traspasado ya el umbral de ese ejercicio que nos proponemos. Ya tenemos asegurada la existencia del alma, así como las huellas para rastrear en su perfección del ser en sus operaciones propias, que nos mostrarán perfectamente su naturaleza. Por alma, todos entienden el primer principio de vida (principio vitae). En la excelencia del vivir, de las operaciones vitales (las formas accidentales, como acto se manifiestan en primer principio como forma sustancial primera) que trasciende en perfección y dignidad a las substanciales de los no vivientes. Por eso, empleamos otro prisma, para designar la forma substancial de los vivientes. 

La forma no es el ser, (sino que entre ambos hay un cierto orden), pues la forma se compara con el ser como la luz se compara con el brillar, o la blancura con el ser blanco; además, porque el ser con respecto a la forma es acto. Por eso, en los compuestos de materia y forma, a la forma se le llama principio de ser, ya que es el complemento de la substancia, cuyo acto es el mismo ser; (asf) es la diafanidad, como es para el aire el principio del lucir, porque le hace sujeto propio de la luz. Luego en los compuestos de materia y forma, ni a la materia ni a la forma se les puede llamar lo que es ,(ni ser).  A la forma se le puede llamar, (por lo que algo es), en cuanto es principio de ser; a la misma substancia completa, (lo que es); y al ser, (por lo que a la substancia la llamamos ente).  El ser es acto; pero no es una forma, porque toda forma es acto restricto, ésto es, que se constituye como un modo de ser determinado. El ser, en cambio, es acto irrestricto, (acto sin más), plenitud de perfección que hace ser a toda forma constituyéndola como una capacidad determinada de ser.

En el orden (trascendental) del ser, ninguna criatura es simple, sino que está compuesta de esencia y ser. Pero en el orden (predicamental) de la esencia creacional, si pueden darse criaturas simples, (esto es), constituidas por una esencia que recibe su acto de ser propio sin necesidad de materia alguna. Será el caso del ente singular concreto y puramente espiritual. En los entes habitantes del corpóreo, el nivel formal o predicamental estará compuesto por la forma sustancial, las formas accidentales y la materia. Allah SWT sabe más.
PROPIO DE LA FORMA.
COMO ACTO POR SU RELACIÓN CON EL SER.
En todo supuesto se da la composición trascendental de la esencia y acto de ser, donde la forma (substancial) es el elemento determinante de la esencia, que la configura como ésta esencia y no como otra. La forma es, pues, determinativa del mismo ser. Es propio participante del ser. Luego toda forma se resuelve en ser como potencia de ser: la forma con la materia, en el caso de los entes corpóreos, donde la materia participa del ser mediante la forma que la actualiza, o la forma sola, en los entes espirituales, (donde la forma), es directamente y sin necesidad de materia- potencia del ser. Asi, en los entes corpóreos, la forma da el ser, pero como acto de la materia, y juntamente con ella, es constituida por el ser como potencia del ser, de manera que el participado no es sólo de la materia o sólo de la forma, sino del compuesto. En cambio, en los entes espirituales, es la forma sola debido a su mayor nobleza y grado de perfección por su proximidad al Primer Principio la que es constituida por el ser como potencia de ser, sin necesidad de una materia que la justifica. 

La forma es acto en el orden, donde la materia es potencia. Pero la forma sola -si es subsistente por si o espiritual- o la forma con la materia constituye a su vez la potencia del ser, la potencia en el orden trascendental del ser. La forma es sólo un acto formal en el orden de la esencia, pero la esencia se define por su relación al ser que es su acto real. La forma sólo es el "medio predicamental" que queda por potencial en una visión metafísica de la realidad.

SD. Sheykh Ahmad Salah As Sufi.