sábado, 15 de enero de 2022

HACER LA ORACIÓN CON EL CORAZÓN.

HACER LA ORACIÓN CON EL CORAZÓN. 

Viene a la vida nuestro corazón. 
Desde lo más profundo del ser íntimo de la madre. 
En unos instantes, el corazón recibe la orden con una oración agradable y le proporciona un latir aliciente sisto-disto. Habla la oración, es preciso hablar.. y en lo más escondido del corazón del hombre, ya se escucha el palpitar. Luego viene el lloro, y yá, estás en la vida terrena. 
Crecemos y aprendemos, que la piedra dura es. Si no aprendemos a rezar bien, y nos desplazan las distracciones, entonces, nuestro corazón será una pieza fría para un cuerpo de muerte. 

La oración de la que os quiero hablar un poco, es más o menos equivalente a lo que es llamado la oración del corazón; oración, con raíces en el fondo mismo de nuestro ser, ruh, de nuestra voluntad, de los buenos afectos de la postración dulce. La oración del corazón busca energías del Espíritu en las profundidades, cuando nos encontramos invocando el Nombre del Creador. El Nombre atraviesa nuestro corazón y libera la gloria en nosotros por el amor. Cuanto hay con Allah que aprender, para bien, con los términos del entendimiento de la mística. Pero el hombre, no puede pasar por un filtro a Allah, (sin comprender), que puede hacer las operaciones y esperar las energías celestiales. 

Nosotros tratamos la creencia a partir de las revelaciones. Nuestras influencias e
ideas las buscamos por encima del sector material, aunque existen gruesos volúmenes que describen los elementos que hacen brotar la fuente espiritual.
Mientras, intentamos hacer energías con nuestras oraciones, siempre se debe mejorar en la verdad. 

El hombre debe descubrir cada día, que la oración, es un nexo que debe abrir desde el corazón, no desde la boca. Como lo dice muy bien el sabio: "A quien la oración ha invadido tómatela de continuo".
Hoy, dijo: "Tengo la impresión de llevar la oración en mi corazón, como un manantial que estaba tapado en el momento, quité la piedra y se ha puesto a manar y continúa manando".

Es preciso, pues, descubrir dónde se encuentra esa piedra en el hombre y retirarla del medio. Según la expresión de Sharif Sidi Muhammad al-Ghalli: "Esa es la piedra del mundo, del ego, de aquello que nos induce en aferrarnos a la dureza por el miedo para dar el salto al mundo espiritual y que reviva la situación de un hombre nuevo". Más adelante, me recuerda una estrofa del gran maulana Rumi.. que decía: ["Hassan.. te he esperado..
Quiero que seas testigo de mi muerte. 
--¿Porqué yo?..yo tengo tanto miedo a la muerte. 
Justamente. 
Si alguien le dijera a un bebé.. en el vientre oscuro de su madre: "Fuera existe un mundo lleno de luz, de montañas altas, de mares extensos, de llanuras ondulantes, de jardines floridos, de arroyos, de un cielo plagado de estrellas, de un sol cegador,.. y tú, consciente de esas maravillas, permaneces encerrado en ésta oscuridad."
Cómo éste niño aún no nacido.. ignora todas estas maravillas, no creerá nada de nada. Cómo nosotros estando al borde de la muerte. Por eso tenemos miedo. 
--Pero la muerte no puede ser luz, porque es el fin de todo.  
¿Cómo puede la muerte ser el final de algo que no tiene principio?."]

Decimos que el fondo del hombre es su corazón. La energía del dhikr alimenta nuestro espíritu, que no es otra cosa que las palabras vibracionales que nos hacen "participantes" de la conexión con Allah. 
En esas profundidades, a las que descendemos, es donde más presentimos que nuestro corazón es un germen de oración, que ilumina y se concibe siendo mayor, que siente ésta iluminación, dada al inconsciente. El quehacer, es hacer resurgir la iluminación desde la conciencia existencial, que se encuentra (en cierta manera) escondida en las trivialidades de la vida corporal. De modo parecido, el oculto alimenta ese surtidor del estanque. 
Nadie explica en nuestra vida todas estas "bocanadas" de nuestra conciencia clara.. Ahora es el momento de tratarnos y de leer nuestro libro de ruta otorgado. 

Cuando, aparentemente no oramos, nuestro corazón tiene que estar inmerso en una oración. لا اله الا الله.. لا اله الا الله. 
(Shaykh Ahmad Salah As Sufi).

Para ésta transformación, la Mística ha de obrar en la realidad sobre nuestro ser corporal, que está saturado e injertado en las ilusiones mundanas. Éste cuerpo delicado, sobre nuestra potente alma, que es una loca sedienta, (haciéndose adulta), y/a la que hay que guiar continuamente, y  conducirla hasta nuestra realidad corporal, al abismo del corazón para ilustrarla.. Como dijo Isa (Jesús): Es preciso convertirse en niños (con fitrah) para entrar en los dominios espirituales. 

El musulmán, tiene que vivir más a menudo como un niño y no olvidarse de poner todo el corazón en oración. De poco sirve una ciencia, si no se aplica, porque la conexión con la oración, es también una ciencia del corazón. En éste sentido, no me agradan los que dicen que se tiene que poner una "fecha para la oración". No tenemos que poner fechas para acercarse al Creador. Aléjate del mundo y el corazón adquirirá una bella expresión sin interrupción. La forma para Él es una plegaria interactiva, ".. Y no he creado al hombre y a los jinns sinó para que Me adoren". Es una visión de la creación universal, y toda vuestra vida es como el trabajo del labrador en su campo; el sabio de éste momento es el maestro que enseña.. sus gestiones glorificadas por la oración, la materia que ayuda a la "nueva criatura" rendida hacia la gloria en estado de oración continua. 

El hombre de oración ha vuelto al eje paradisíaco; realiza de verdad la Voluntad del Creador, es decir, dar culto a Allah. Por eso, desde el amor partió toda la creación. El hombre pide por muchas cosas.. Él otorga cuando el corazón es quien habla.  Guarda fidelidad de oración y se os abrirá el misterio de la persona. Se puede decir, que estos hombres están en la acción, "pues encuentran a Allah allá donde miran". (Corán, Sura 2 verso 115).
Y en el interior de éste silencio, es donde está el largo grito silencioso, una queja, un todo.. nuestro ser en oración: "¡Oh Allah! hazme ser callado.. hazme ser oración, para que puedas otorgarme más Luz de Ti". Amin. 

Sí, el día en que hayamos "visto de ver" de Allah, ya no nos plantearemos ninguna duda, ni inquietud, ni estaremos en una incertidumbre continua, ni sobre la manera de buscar, por la que nos esforzamos todo el tiempo.. (Corán, Sura 2 verso 147).. ese día, el peso de la gloria será ligero y suave. Por tanto, todo depende de Su Absoluta Aceptación y Misericordia y de que se manifieste a vuestros ojos. No debemos tener miedo de pedir estas gracias dispensables: "Muéstranos el camino recto hacia Ti".. (Corán, Sura 2 verso 143).
Y Allah también responde: "Haz ayuno para que Me veas".. (Corán, Sura 2 verso 183).. "Y recordadme que Yo os recordaré".. (Corán, Sura 2 verso 152).

Es preciso pues conseguir, que Allah no observe un corazón de piedra rodando por el mundo, extraviado, sin rumbo y transformándose en un corazón que nadie pueda reconocer.  
"Allah, reconozco que no me debes nada, y sólo pido por Tú Nombre de Misericordia,  para que toda oración brote sinceramente y el hombre sea un niño purificado". 
"Y cuando Mis siervos te pregunten sobre Mí...Yo estoy cerca y respondo al ruego del que pide, cuando Me pide; así pues que ellos Me respondan y crean en Mí, ¡ojalá se guíen rectamente!". (Corán, Sura 2 verso 186).  [In sha Allah]. 

Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi.