miércoles, 14 de septiembre de 2016

AL QALB.. EL CORAZÓN.

El corazón.. Al Qalb.
De todos los términos coránicos de los cuales puede decirse que se dirigen a ellos [los sufíes] y a nadie más, excepción hecha a priori de los Profetas PyB, el más significativo y que se repite con más frecuencia es, probablemente, esta fórmula un poco enigmática: para aquellos que tienen corazón; y si hasta aquí no lo hemos mencionado es porque es suficientemente importante como para constituir el tema central de un capítulo completo de nuestra revista. En efecto, ¿qué es el sufismo, subjetivamente hablando, sino el «despertar de los corazones»?

Hablando de la mayoría, el Corán afirma:

"No son sus ojos los ciegos, sino sus corazones" (1).

Lo que demuestra —y sería asombroso que fuera de otra manera— que la perspectiva coránica está de acuerdo con la de todo el mundo antiguo, tanto de Oriente como de Occidente, cuando atribuye la facultad de visión al corazón y cuando lo cita para designar, no sólo al órgano corporal de este nombre, sino también al centro del alma al que da acceso, centro que sirve de paso hacia un «corazón» más elevado, el Espíritu. Así, el «corazón» es a menudo sinónimo de «intelecto», no en la utilización abusiva que se hace hoy de esta palabra, sino en el pleno sentido del latín "intellectus," nombre de la facultad que permite percibir lo trascendente.

Si el cuerpo en su conjunto es «horizontal» porque está limitado a su propio plano de existencia, el corazón posee, además, una cierta «verticalidad» por el hecho de ser el extremo inferior del eje «vertical» que proviene de la Divinidad pasando por los centros de todos los grados del universo. Si recurrimos a la imagen que sugiere la Escala de Jacob, que no es otra cosa que este eje, el corazón corporal será el escalón más bajo y la escala representará toda la jerarquía de centros o de «corazones» uno sobre otro. Este símbolo es tanto más adecuado por cuanto representa cada centro como separado y distinto a los demás y, sin embargo, vinculado a ellos. En virtud de esta interdependencia, por la que los centros se encuentran de alguna forma unificados en uno sólo, el corazón físico recibe la vida de la Divinidad (según la doctrina sufí toda vida es divina) y la extiende por el cuerpo. En dirección opuesta, el corazón físico puede servir de morada de concentración a todas las fuerzas del alma en su aspiración al Infinito, y pueden encontrarse ilustraciones prácticas de ello en los métodos de la mayoría de las místicas, si no en todas.

En virtud de la misma interdependencia, el «Corazón» puede también corresponder al escalón más alto de la escala, incluso al Infinito, como en la «Tradición santa» siguiente: «Mi tierra no Me puede contener, ni tampoco Mi cielo, pero el Corazón de Mi esclavo creyente Me contiene.»

Se puede encontrar otro ejemplo en el poema del sufí Hallaÿ que empieza con estas palabras: «He visto a mi Señor con el ojo del Corazón. He dicho: ¿Quién eres? Ha contestado: Tú».

Desde este último punto de vista, «Corazón» puede ser considerado como sinónimo de «Espíritu», que posee tanto un aspecto divino como un aspecto creado; y uno de los grandes símbolos del Espíritu es el sol, que es el «corazón» de nuestro universo. La expresión coránica los que tienen corazón posee de esta forma una relación con el nombre mismo del sufismo, al mismo tiempo que da cuenta directamente de su esencia.

Hasta aquí hemos considerado al Corazón principalmente como centro que comprende todas sus prolongaciones «verticales». Pero cuando la palabra Corazón, en el sufismo —como en todas las místicas—, se refiere a un centro particular y diferente de los demás, normalmente no se trata ni del más alto ni del más bajo, sino del centro del alma. En el macrocosmos, el Jardín del Edén es a la vez centro y cúspide del estado terrenal (2).

Por analogía, el Corazón, que en el microcosmos corresponde al centro del Jardín, es a la vez centro y cúspide de la individualidad humana. Más exactamente, el Corazón corresponde al centro del Jardín, punto donde crece el Árbol de la Vida y de donde brota la Fuente de la Vida. De hecho, el Corazón no es sino esa Fuente, identidad implícita en la palabra árabe ‘ayn, que significa al mismo tiempo «ojo» y «fuente». La particularidad de este penúltimo grado de la jerarquía de centros es que señala el umbral del Más Allá, el punto en el que acaba lo natural y empieza lo sobrenatural y lo trascendente.

El corazón es el istmo (barzaj) tan a menudo mencionado en el Corán (3) que separa los dos mares que representan el Cielo y la tierra, siendo el agradable mar de agua dulce el ámbito del Espíritu y el mar salado y amargo el del alma y el cuerpo; y cuando Moisés declara: "No cejaré hasta que alcance la confluencia de los dos mares" (4), está formulando el voto inicial que debe hacer, implícita o explícitamente, todo místico para alcanzar el Centro perdido, que es lo único que da acceso al conocimiento trascendente.

Una de las claves coránicas para la comprensión de los sentidos ocultos es este versículo:

"Les mostraremos Nuestros signos en los horizontes y en sus propias personas"(5).

Nuestra atención se concentra aquí en la correspondencia entre los fenómenos exteriores y las facultades interiores, y, si se piensa en lo que significa el Corazón, resultará particularmente instructivo considerar cuál, entre los «signos en los horizontes», es su símbolo.

Ya hemos visto que, como centro de nuestro ser total, el Corazón es el sol interior. Pero sólo lo es en virtud de su «conjunción» con el Espíritu; en su propia esfera, como centro del alma y umbral del Cielo, corresponde a la luna. En un comentario16 del Corán, un sufí del siglo XIV interpreta la palabra «sol» como Espíritu; la luz es la gnosis; el día es el Más Allá, mundo trascendente de la percepción espiritual directa; y la noche es este mundo, mundo de la ignorancia o, en el mejor de los casos, del conocimiento indirecto reflejado que simboliza el claro de luna. La luna transmite indirectamente la luz del sol a la oscuridad de la noche; y, de modo parecido, el Corazón transmite la luz del Espíritu a la oscuridad del alma. Pero lo indirecto no es la luna, sino su luz; cuando brilla en el cielo oscuro, está mirando directamente al sol, y éste no está en la noche, sino a pleno día. Este simbolismo revela la trascendencia del Corazón y explica qué sentido tiene decir que es la facultad de la visión espiritual (o intelectual) directa.

Pero esta facultad se encuentra velada en el hombre caído, y ello incluso por definición, porque si se dice que perdió el contacto con la Fuente de la Vida cuando tuvo que abandonar el Paraíso terrenal, significa que ya no tiene acceso directo al Corazón. Así el alma del hombre caído es una noche en la que el cielo está cubierto de nubes; y esto nos conduce a una cuestión de importancia fundamental para el sufismo: si se pregunta qué calificación es necesaria para ser admitido en una Orden sufí o qué es lo que puede incitar a alguien a buscar la iniciación, la contestación será que, en la noche de su alma, la capa de las nubes deben ser lo suficientemente finas para que al menos algunos resplandores de la luz del Corazón puedan traspasar las tinieblas. Cuando se le preguntó por qué venían a él aspirantes novicios a pesar de la ausencia de proselitismo por parte de sus discípulos, un Šayj de este siglo respondió: "Que estaban los buscadores en el peregrinar por el pensamiento de Allah SWT pues Él es quien sabe guiar a quien quiere y si quieres la puerta siempre queda abierta." (6).

Dicho de otro modo, iban porque las nubes no eran suficientemente espesas para que desapareciera la conciencia de la realidad espiritual. Lo que hace también pensar en esta fórmula: «Tener un presentimiento de sus estados superiores.» Este presentimiento ha sido mencionado por varios autores como motivo válido para buscar el compromiso con una vía espiritual y como criterio de calificación para ella; y la cumbre de este presentimiento es el sentido, por muy remoto que sea, de lo que el mismo autor traduce como «Identidad suprema» (7); en otras palabras, un sabor anticipado de la verdad.

Notas:
1/ Corán 22:46
2/ Con frecuencia se le representa en la cima de una montaña.
3/Como, por ejemplo, 25:53.
4/ 18:60. La Fuente está aquí sustituida por el mar celeste, cuyas aguas son las Aguas de la Vida.
5/ 41:53.16 Por ‘Abd al-Razz.q al-K.š.n´; atribuido también, sin razón, a Ibn ‘Arabi.
6/ Šayj  A. Salah. Conf. Universidad San Jorge.
7/ En árabe tawhid, literalmente «realización de la Unidad».

Reportaje de Alfonso Feijoo.

lunes, 12 de septiembre de 2016

CONTACTO-TACTO.

Assalamo aleikum.

Nos parece legítimo hablar, mejor dicho, escribir sobre la mística Islámica sin darle más expresiones del sentido propio de las palabras, para no crear parajes dimensionales ni etiquetar los conceptos, que ni los antiguos Sufíes le han implantado.
El órgano que tratamos no es el cerebro, sino el corazón, y por ello, no se puede circunscribir a unos determinados estudios librarios de manera directa, aunque nos apoyamos en algunos textos, el estudio es más práctico que teórico, y por ende, está más directo el alcance que el simple hecho de centrarse en una plantilla determinada, naturaleza-objeto, pues es en el corazón (tan sólo) donde el hombre es lo que conoce, y lo que conoce que es.
El conocimiento se une con su propio ser, allí donde el Ser se conoce en su inmutable actualidad. En la etapa espiritual, el hombre constituye una unidad interna, que por una transposición de lo individual, llama al hombre esencial (el prototipo eterno y universal) ilimitado y divino de todos los seres.
Por la unión con el Espíritu, las criaturas se unen con Allah SWT, ahora bien, Allah SWT es TODO y al mismo tiempo se halla por encima de TODO; es a la vez Inmanente y Trascendente.. Igualmente, el Espíritu, en tal estado de unión, se une a las criaturas en sus esencias, por una intuición directa.. Al mismo tiempo, es como un diamante que no se mezcla con nada y en el que nada penetra, pues participa de la Realidad divina, que se basta a sí misma. En esa medida, el conocimiento intuitivo puede avanzar en la conciencia distintiva, bien porque su brillo atraviesa súbitamente el velo de ésta última, bien porque su actualidad (siempre presente) haga trasparentes las cosas que se ofrecen a la experiencia humana. Desde ese momento, podrá decirse que el Sufi lo conoce todo, aunque ignore mucho sobre los libros y las cosas de éste mundo, aunque las conozca todas en su esencia.
En cualquier caso, nunca el hombre tendrá la cualidad de Omnisciente, sea cual sea el grado de su transparencia espiritual, con respecto a la Luz divina, pues la Omnisciencia sólo es Atributo de Allah SWT.
La unión con Allah SWT es a la vez conocimiento y ser, ambos aspectos deben reflejarse en el alma de aquel que aspira a la Unión. Es la idea de la doctrina, lo que corresponde al aspecto del conocimiento literario, mientras que el "ser" se refleja en una actitud cualitativa del alma, es decir, en su belleza interior.
La idea - o la comprensión doctrinal - es la premisa indispensable para toda realización espiritual; sin embargo, no es directamente operante con respecto a la sustancia humana, que será la base de toda obra y trabajo
espiritual.
En cuanto a la belleza interior, (que implica la simplicidad) la amplitud y la armonía o el equilibrio, es ya el fruto de un contacto divino, aunque no tenga más que una realidad subjetiva y nunca pueda objetar una idea general. Es esta belleza del alma lo que (humanamente) se relaciona con el hombre universal.
La unión se realiza por anticipación del significado de la iniciación que realiza el sheikh con el discípulo (murid). " No verás lagunas en la creación del Clemente; mira bien: ¿Ves alguna fisura? (Corán 67:2)
Todo lo que integra el conocimiento es una inagotable y sola verdad.. La esencia única de todas las inteligencias. (Corán 15:85)(46:2).
Bajo el aspecto de su unidad interna, el cosmos es entonces como un sólo ser; "Hemos enumerado todas las cosas en un prototipo evidente". (Corán 36:11).
Si se le llama hombre universal, no es en razón de una concepción antropomórfica del universo, sino porque el hombre representa, sobre la tierra, su imagen más perfecta. Todo depende estrechamente de la perspectiva que está ligada a la realización espiritual, de la que será como un modelo permanente.
En la medida que uno se aproxima, se le hace desaparecer en la Unidad divina. En este sentido, se dice, que nadie encontrará a Allah SWT sin haber encontrado antes al Profeta saws. y a sí mismo, pues el que se conoce a sí mismo, conoce al Señor.
El contemplativo musulmán no considera otro fin que el conocimiento de Allah SWT y recuerda constantemente a la Unidad divina. Allah SWT no vierte Sus Gracias plenamente más que sobre el hombre universal purificado, que es el único al que Allah SWT (al observar Su creación) llama de "muy bueno". Sólo rogando la efusión de las gracias, el "pobre hacia Allah SWT" (Al faqir ila-Llah) se prepara para recibir la iluminación que sin cesar brota de la divina Oscuridad hacía el "mejor de la creación" (Khayr al-Khalq).
Del sheikh seguidor de la cadena de transmisión (silsila) de Al-Shadhili, Muhammad Fawzi Sha'a, surge la plegaria que dice:"Oh, Allah SWT, bendice a aquel de quien derivan los secretos espirituales, a aquel de quien brotan las luces, en quien se unen las verdades, y en quien fueron depositadas las ciencias de Adam. Los jardines de los Mundos celestes (Al-malakut) florecen por su belleza.. Los depósitos de los Mundos supraformales (Al-jabarut) desbordan el flujo de sus luces.. Nada hay que no lleve su sello, pues sin el mediador, todo lo que de él depende desaparecería. Oh, Allah SWT, Tu secreto todo lo engloba y Te demuestra, y también Tu velo supremo, ante Ti, entre Tus dos manos.. Úneme a sus allegados, juzgame según él, y hazme conocer mediante una sabiduría que me sane de las influencias de la ignorancia, y que me haga beber de las fuentes de la Gracia. Retírame de los cenagales y fíjame en la esencia del (Tawhid) a fin de que entienda todo por Ella."
Muhammad Al-Harraq dijo en éste sentido: "No he bebido más que una *gota y he comprendido."

No se pueden realizar las cualidades universales más que aquel que antes ha realizado un aspecto cualitativo de su alma.
En cuanto al conocimiento de la Unidad (Al-Ahadiyah) implica la aniquilación del EGO.

Assalamo aleikum wa rahmatullah wa barakatu.

sábado, 20 de agosto de 2016

LO IMPLICITO DE LAS TRAYECTORIAS

Assalamo aleikum.

El paso del orden mundanal (al-dunya) al orden religioso (al-din) se articula esencialmente en torno a la noción de la renuncia al mal y la sumisión al bien para beneficio.. Distinguiendo a los ignorantes de los sabios y rechazando el conjunto de todo lo pecaminoso. Se puede entrar en la religión a cualquier edad; es una elección personal. Sin embargo, es inusual que uno no haya tomado ésta iniciativa, si al final no quiere cambiar su forma de respetar y de ver las cosas al amparo de los mandamientos (ley) para alejarse de las mentiras y duplicidad del escenario mundanal y mostrar mesura en los propios actos y palabras.
La experiencia religiosa es el control del nafs (ego) y la superación de los deseos para no caer en los vicios vanos. Por tanto, la mentira es como jugar con la palabra para disimular y distorsionar la verdad (pero en religión) no pueden coexistir la mentira con la verdad; no puede existir una fuente de la que fluya agua dulce y amarga al mismo tiempo.
La religión tiene la finalidad de acercar al hombre con los rituales para aprender sobre la plenitud del Absoluto y para controlar el exceso de cualquier adquisición y obtener una marcha homogénea en la verdad, siendo digno de ella con ascesis moral y austeridad por lo mundano.
Los religiosos no deben tener otro jerarca que dios, (y en función de su perseverancia en los estudios) el aprendizaje se complementa con la iniciación completa en la trayectoria de la experiencia interna y sabiduría obtenida. Lo aparente (exterior) muestra la dimensión mundana.. El interior es lo íntimo de la verdad (batin).
Cada persona es libre de aceptar la hermandad a la que quiere pertenecer y al maestro que le tiene algo por enseñar.. Pero siempre debe llevar la limpieza (purificado) como diferencia esencial de esa búsqueda.. Caso contrario, no encontrará nunca la puerta a la que llamar por ningún lado.. El maestro aparece cuando el alumno está preparado para recibirlo.
Dentro del Islam, (las instituciones que permiten que la comunidad musulmana esté integrada y unificada, en busca de la Unidad y Realidad divina,) se llaman (turuq) caminos, y van al compás de la práctica ritual que exige la Umma musulmana.
En verdad, (que lo más importante) es tener la referencia sólida para el acercamiento al Tawhid (la Unidad, unión) y tiene que ser una referencia activa para superar lo mundanal por esos caminos (turuq, Tariqas).
La trayectoria religiosa tiene que empezar por completo y debe estar todo en orden y organizado, en función de las reglas de conducta que les dicta su compromiso, dentro de los valores religiosos.. Pues los valores mundanos son rivalidad y soberbia de los poderes materiales; y la concepción religiosa de esos guías (turuq, Tariqa) son precisamente la ruptura con lo mundanal, (aunque a éste fin,) no es necesario una vida ascética ni apartarse de la sociedad, para no traspasar el estatus de una naturaleza diferente y estar al margen de la Comunidad religiosa e instructiva de la tarbiyah.. Pues en una sociedad siempre hay personas religiosas, ateos, ignorancia y los moralmente deleznables, pero no se pueden contagiar esas definiciones por vivir entre ellos, si usted no lo permite.. Puedes estar pero no estar.
La religión moral y ética es para todos los que quieran acceder, y los caminos (Tariqas) son para los que quieran (modestamente) evolucionar y purificarse en lo interior, para (humildemente) dejar de ser egos mundanos.
Y la voz del cielo dijo: "Oh Muhammad, hay dos cosas que he escogido para ti y tu pueblo (Umma) desde el momento que os cree. Estas dos cosas no se las doy a nadie, salvo a aquellos a quienes amo, y no he creado nada más querido que esto."
Entonces el Profeta Muhammad saws dijo: "Allah - ensalzado sea Su Nombre - seleccionó el faqr y la muraqqa para mí y estas dos cosas son las más queridas para Él."
ALHAMDULILLAH.

Ah!  De los que alaban, que no encuentran el camino.. Hablan muchas cosas, en la oración, pero se difuminan por la falta de obras.

Dice Allah SWT: "El Amado es a Mí lo que yo a Mí Amado.

Rfe. Ahmad Salah as Sufi.
FDO.

sábado, 28 de mayo de 2016

LA IMPORTANCIA DEL CERTIFICADO DE SHAHADA

Obtener un certificado que atestigua que una persona se convirtió al Islam no es, de ningún modo, una obligación y tampoco no es una etapa que válida o inválida una reconversión al Islam. Sin embargo, su adquisición es primordial para poder realizar la peregrinación ya que las ciudades sagradas del Islam La Meca (Makkah) y Medina (Madînah) son prohibidas de entrada para los no-musulmanes, tales como fue enseñado por el Corán y la Sunnah del Mensajero de Allâh (que la Paz y las Bendiciones de Allâh estén con él).

Allâh (exaltado sea)
dijo: « ¡Vosotros que creéis! Es cierto que los asociadores son impuros; que no se acerquen a la Mezquita Inviolable » [Sûrah 9 – Âyah 28].

Y el Imâm Mâlik Ibn Anas (que Allâh le haga misericordia) relató en su Muwattâ° según Sayyidunâ Abû Hurayrah (que Allâh esté complacido con él) que el Profeta (que la Paz y las Bendiciones de Allâh estén con él) dijo, en el sentido : « El espacio situado entre las dos extremidades de Medina es sagrado. »

Y Al Imâm Jalâl Ud Dîn As Suyûtî (que Allâh le haga misericordia) dijo : « Los politeístas son impuros debido a la mancilla que es su fe interior. » [Tafsîr Ul Jalâlayn]. Y según el Imâm 'Umar Ibn 'Abd Il 'Azîz y el Imâm Mâlik Ibn Anas (que Allâh les haga misericordia), por analogía, este versículo se aplica a toda persona que no es de fe islámica, incluso los judíos y los cristianos. En cuanto a los ateos, su caso es lógicamente similar.

Esta es la razón por la cual será importante obtener un certificado de reconversión al Islam tarde o temprano, para poder realizar la peregrinación. Pero como fue dicho precedentemente, este certificado no es de ningún modo una condición de validación o de invalidación de una reconversión al Islam.

Al Muwahhidûn.

martes, 17 de mayo de 2016

CUANTO RESPETAS

CUANTO RESPETAS..?

Ni el mundo ni los Cielos pueden contener a tu Señor, el Todopoderoso, sólo tu corazón, sólo los corazones de los creyentes lo contienen. Esto significa que no hay límite en tu corazón.
¿Cuanto sabes acerca de ti mismo? ¿Cuanto acerca de todos los demás?.
¿Cuando estás complacido contigo mismo, al mismo tiempo vas a estar complacido con todos los demás?. ¿Cuando tu verdadera personalidad aparece, cuidarás de respetarte a ti mismo?.
Se nos ha ordenado respetarnos a nosotros mismos porque hemos sido honrados con honores divinos.
Por tanto, ¿puedes respetarte a ti mismo?.. Decimos: ‘Atestiguamos que no hay más dios que Dios y que Muhammad es el Siervo y Mensajero de Dios’ " (ash-shadu an la ilaha ill-Allah wa ash-shadu anna Muhammadan 'abduhu wa rasuluhu).

Entonces, cuando alguien se respeta a sí mismo, va a respetar a todos los demás. Eso hace que nuestro Señor esté complacido con nosotros. Si guardas respeto (a los demás), todos deben también guardarte respeto. Y si todos te respetan, vas a respetarlos también. Entonces todos los problemas encontrarán solución entre la gente. Todos estarán en sí mismos satisfechos.

Por tanto, el que ha recibido sabiduría mira a la gente y los respeta y siente pena por ellos, porque necesitan purificación. Siente respeto y compasión hacia todos, en particular hacia los pecadores. En consecuencia, la sabiduría se preocupa más respecto a todos y quiere poner a todos bajo Océanos de Misericordia.  El castigo divino es también una misericordia para los pecadores, para limpiarlos y purificarlos. Por tanto, el Islam, la fe verdadera, mira a todas las personas y las mira como criaturas honorables y respetables y como dignos  candidatos a ser viceregentes (Jalifas) de Dios el Todopoderoso. Si son limpios, seres humanos puros, entonces Dios el Todopoderoso los corona con coronas divinas, y nadie más que los hijos de Adán han recibido ese honor.

Debes respetarte a ti mismo y respetar a todos. No digas: "Ése es un pecador, ése es incrédulo, ése es cristiano, éste no es musulmán, aquél otro es un judío, y el de más allá es un budista, etc. " Sus acciones pueden ser de toda clase pero han sido honrados y su Señor quiere purificarlos. Allah SWT el Todopoderoso jamás deja a sus siervos permanentemente en las manos del Shaytan (el maligno).

Assalamo aleikum wa rahmatullah wa barakatu.