Al-DHIKR (la remembranza, la alabanza y la glorificación de Dios) después del salat.
Ibn ‘Abbâs relató que el dhikr en voz alta, cuando la gente termina la oración prescrita, sucedía en la época del Profeta (saws). Y añadió: ‘Solía saber que terminaron la oración cuando los oía pronunciando el dhikr’.
El Profeta (saws) dijo: «¿Queréis que os indique algo que si lo hacéis alcanzaréis a quienes os han sobrepasado? Nadie podrá superaros y nadie será mejor que vosotros entre vuestra gente excepto que hagan lo mismo, decid: Subhân Allâh, al hamdu lillah wa Allahu akbar (Glorificado sea Dios, alabado sea Dios y Dios es el más grande) treinta y tres veces después de cada oración prescrita obligatoria». Diferimos entre nosotros; algunos dijeron que debíamos decir ‘subhân Allâh’, treinta y tres veces, ‘al hamdu lillâh’ treinta y tres veces y ‘Allâhu Akbar’ treinta y cuatro veces. Yo fui ante el Profeta y él dijo: «Decid: Subhân Allâh y al hamdu lillah y Allâhu Akbar todas treinta y tres veces»’.
Al-Mughîra bin Shu‘ba relató que el Profeta (saws) solía decir después de cada salat prescrito: «Lâ Ilâha illâ Allâh wahdahu la sharîka lah, lahul mulk walahul hamd wa hua ‘ala kulli shai‘in qadîr. Allahumma la mâni’ lima a‘tayt wala mu‘ti lima mana‘t wa la yanfa’ dhal ÿadd mink al ÿadd» (No hay Dios sino Dios, el único sin copartícipes. Suya es la soberanía y suyas son todas las alabanzas y El es Todopoderoso. ¡Oh Dios! Nadie puede retener lo que Tú das y nadie puede dar lo que Tú retienes. Los esfuerzos y la fortuna de alguien no pueden nada contra Tu voluntad).
(Sahih Al-Bujari)