miércoles, 9 de agosto de 2017

TRES PARA EL CAMINO

ATIENDE CAMINANTE.

Entre el piadoso y un adorador de ídolos;  los segundos podrían ser incluso preferibles a los ostentosos ascetas y a los musulmanes adoradores de las formas; Es comprensible.. El modernismo desvirtúa la pureza de los dones.

Las manifestaciones externas son tan atractivas como atroces. 

Alguien que lleva una vida ascética impecable, (sólo por el puro ascetismo), continúa sometido al egoísmo.

En la contracción y expansión, (qabd es preferible a bast), porque es un estado de absoluto abatimiento. 

..sepan que hay tres formas de gratitud: con el corazón, con la lengua, (alabando a Allah), y la más importante, con los actos: manifestar gratitud cumpliendo con la ley de Allah y mostrando un amor activo hacia nuestros semejantes.

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ATIENDE CAMINANTE.

Toda ganancia en lo material-mundano  repercute en una perdida de la Rahma de Allah. 

Alguien que es capaz de ver lo auténtico, no especula con la falsedad

Una verdad espiritual ayuda al comprender del creyente, pero vislumbrar el camino, eso es otra cosa.

Cuando una tradición folklórica logre asentarse en el aspecto de la haqiqa, (en el seno de una determinada creencia), y las personas de realización espiritual verdadera desaparezcan; entonces se puede afirmar que todo está muerto, pues solo quedaría de ello la envoltura exterior.

Ciertamente, si no claudica el ego-nafs, el viajero está perdido.

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ATIENDE CAMINANTE.

Los símbolos exigen ser vivenciados, sin análisis demasiado eruditos.

Si queremos conectar con las enseñanzas, podemos apartarnos de nosotros mismos.

Si añadimos más velos a lo que ya está velado…  ¿Cuando deberíamos des-velar el misterio?.

El que carece de luz propia, siempre puede compartir un reflejo de luz del que reciben los demás.. Pero ni es lo mismo, ni siempre es en la misma medida. 
La luna también recibe un reflejo de crecimiento, esplendor, decrecimiento y desaparición.. Y vuelta a empezar.  Es voluble, cíclica, como la existencia humana.

Nuestro espíritu se tiene que encontrar limpio y desprendido para poder reflejar cuanto recibe (y en ocasiones) deseará quedárselo para sí mismo.

Un segregador, fragmentador, analista, discursivo y teórico del conocimiento, es frío, y el frío no calienta.

La espiritualidad no busca fuera lo que ya somos; la chispa reside en el interior.

La vía que parte del conocimiento, la introspección, contemplación, meditación, etc. sanamente no tiene que degenerar en autocomplacencia, (y tiene que ser consciente), de que uno no enciende una vela para mantenerla oculta bajo una vasija.

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