martes, 21 de noviembre de 2017

TIPOLOGÍA DE LOS ESTADOS ESPIRITUALES

TIPOLOGÍA DE LOS ESTADOS  ESPIRITUALES.

A lo largo  de  la  progresión  iniciática del  discípulo,  el binomio “Fanâ”  y   “Baqâ” se  corresponden, aunque  con sentidos muy  diferentes,  con otros diversos binomios,  como pueden ser: - La expansión (El Bast) y la  contracción (El Qabd ). - La esperanza  (Er-Rajâ)  y  el  temor (El  Khawf), - La intimidad (El  ´Uns)  y  la soledad (El  Khawf), - La familiaridad (Et-Ta´annûs)  y  el  temor reverencial  (El Hayba), etc... Representan  los diferentes  grados  espirituales,  por  los  que pasa  el discípulo  a  lo largo de  su  progresión  (Saïr) o viaje (Safar) iniciático. Así, por poner un ejemplo, el “Qabd” (contracción) y el “Bast” (expansión), son considerados  en la progresión iniciática  como  posteriores al “Khawf” (temor)  y “Rajâ” (esperanza), que  en  general  son los dos  polos opuestos  entre los que  el  discípulo evoluciona  al  inicio  de  la  vía. La diferencia entre el primero y el segundo binomio, es que el “Qabd” o  el “Bast”  son estados espirituales  experimentados  por el  discípulo en el  momento presente, mientras  que  el “Khawf” y  el  “Rajâ´”,  se  aplican en un  estado  creciente  de  temor o  de esperanza, relativos  a  algo situado en el futuro (o  en  el  pasado).

Las de  la  Contracción  luminosa  son las siguientes: - Una intensa intuición del bien. - La integridad. Si ésta falta,  el  “Qabd ” sería  llamado “tenebroso”. - La  tendencia  a  huir de  las  influencias  negativas. - Ningún freno en decir la verdad,  aunque  sea  desagradable. -La estricta  sumisión  a  la  Ley  revelada; sino sería también un  “Qabd ” tenebroso. - La tendencia  a  acercarse  a todas las  influencias positivas, y  a  asimilarlas. - La tendencia a mantener bien enraizadas todas las citadas características.  Las  características de  la  Expansión  luminosa  son  las siguientes: - La  completa  alegría,  que es  una  luz  interior que  permite  anular  el  odio,  la envidia,  el  orgullo,  la avaricia y  la  enemistad, por  el  hecho  de  que  todos estos aspectos son contrarios a la  alegría. - La fijación  de la  noción del “Bien”  en  la persona que  se encuentre  en  éste estado, de forma que  todas sus reflexiones no giran  más que  en torno a ésta idea. Olvida el daño recibido, pero jamás olvida el Bien. Jamás guarda rencor. - La apertura de los sentidos externos, de manera que, en el estado de “Bast”, la persona  tiene  tendencia  a saborear,  y  apreciar,  todo lo que  reciben  sus  sentidos. Está absorbida por la belleza de las cosas exteriores. - La  apertura  a  la  percepción  interna, que corresponde  a  un  nivel  de  sensibilidad aun  más profundo  y  más  sutil. - La sensación de grandeza; sentimiento que este estado de Bast corresponde a una predisposición que le dará la posibilidad de alcanzar un elevado grado. - La  indulgencia:  si ésta cualidad coexiste con  la  sensación  de  grandeza, se trata de un Bast  luminoso. Si  el sentimiento de  grandeza  coexiste  con  el rencor  y  la  tendencia a dañar, el “Bast” es llamado “tenebroso”.
- La humildad: Aquel que está en el estado del “Bast”,  está  en  un  estado de grandeza,  y  es  preciso  pues  que sea  humilde.  Si se realza, será presa del orgullo,  y rechazado por Dios. Vemos pues que los estados del “Qabd” o del “Bast” -que puede  llegar al discípulo de  formas  sucesivas  y  transitorias  a  lo largo de  su progresión iniciática-, corresponden igualmente  y  de una manera  más profunda, a tipos espirituales distintos, donde, uno  u otro, revelan ser una  característica  de la naturaleza  profunda del  discípulo. En éste  sentido, son  “Maqâm”,  por  oposición  al “Hâl”, ya  que son adquisiciones duraderas.