TIPOLOGÍA DE LOS ESTADOS ESPIRITUALES.
A lo largo de la progresión iniciática del discípulo, el binomio “Fanâ” y “Baqâ” se corresponden, aunque con sentidos muy diferentes, con otros diversos binomios, como pueden ser: - La expansión (El Bast) y la contracción (El Qabd ). - La esperanza (Er-Rajâ) y el temor (El Khawf), - La intimidad (El ´Uns) y la soledad (El Khawf), - La familiaridad (Et-Ta´annûs) y el temor reverencial (El Hayba), etc... Representan los diferentes grados espirituales, por los que pasa el discípulo a lo largo de su progresión (Saïr) o viaje (Safar) iniciático. Así, por poner un ejemplo, el “Qabd” (contracción) y el “Bast” (expansión), son considerados en la progresión iniciática como posteriores al “Khawf” (temor) y “Rajâ” (esperanza), que en general son los dos polos opuestos entre los que el discípulo evoluciona al inicio de la vía. La diferencia entre el primero y el segundo binomio, es que el “Qabd” o el “Bast” son estados espirituales experimentados por el discípulo en el momento presente, mientras que el “Khawf” y el “Rajâ´”, se aplican en un estado creciente de temor o de esperanza, relativos a algo situado en el futuro (o en el pasado).
Las de la Contracción luminosa son las siguientes: - Una intensa intuición del bien. - La integridad. Si ésta falta, el “Qabd ” sería llamado “tenebroso”. - La tendencia a huir de las influencias negativas. - Ningún freno en decir la verdad, aunque sea desagradable. -La estricta sumisión a la Ley revelada; sino sería también un “Qabd ” tenebroso. - La tendencia a acercarse a todas las influencias positivas, y a asimilarlas. - La tendencia a mantener bien enraizadas todas las citadas características. Las características de la Expansión luminosa son las siguientes: - La completa alegría, que es una luz interior que permite anular el odio, la envidia, el orgullo, la avaricia y la enemistad, por el hecho de que todos estos aspectos son contrarios a la alegría. - La fijación de la noción del “Bien” en la persona que se encuentre en éste estado, de forma que todas sus reflexiones no giran más que en torno a ésta idea. Olvida el daño recibido, pero jamás olvida el Bien. Jamás guarda rencor. - La apertura de los sentidos externos, de manera que, en el estado de “Bast”, la persona tiene tendencia a saborear, y apreciar, todo lo que reciben sus sentidos. Está absorbida por la belleza de las cosas exteriores. - La apertura a la percepción interna, que corresponde a un nivel de sensibilidad aun más profundo y más sutil. - La sensación de grandeza; sentimiento que este estado de Bast corresponde a una predisposición que le dará la posibilidad de alcanzar un elevado grado. - La indulgencia: si ésta cualidad coexiste con la sensación de grandeza, se trata de un Bast luminoso. Si el sentimiento de grandeza coexiste con el rencor y la tendencia a dañar, el “Bast” es llamado “tenebroso”.
- La humildad: Aquel que está en el estado del “Bast”, está en un estado de grandeza, y es preciso pues que sea humilde. Si se realza, será presa del orgullo, y rechazado por Dios. Vemos pues que los estados del “Qabd” o del “Bast” -que puede llegar al discípulo de formas sucesivas y transitorias a lo largo de su progresión iniciática-, corresponden igualmente y de una manera más profunda, a tipos espirituales distintos, donde, uno u otro, revelan ser una característica de la naturaleza profunda del discípulo. En éste sentido, son “Maqâm”, por oposición al “Hâl”, ya que son adquisiciones duraderas.