martes, 12 de diciembre de 2017

LA OBEDIENCIA PERFECTA.

La vida entera y santa del Profeta  Muhammad saws. fue un espécimen práctico del Soberano de los Mundos. 

En cada paso, cada movimiento y cada pausa, su objetivo solía ser ésto solo en cuanto a lo que el procedimiento del Santo Profeta en tal ocasión y condición era y lo que él había dicho en tal situación. De hecho, cuanto más ama un hombre a una persona, más desea imitar las obras de la persona amada, es decir, copiarlo en todo. El amor que Siddiq-e Akbar tenía para el Santo Profeta y que no tenía para nadie más. Decenas de hechos e incidentes de éste amor han sido relacionados en libros de historia. Para dar una idea y para servir de espécimen se citan uno o dos incidentes aquí. Después de la muerte del Santo Profeta, el efecto del dolor por la separación para Siddiq-e Akbar fue tan profundo que no pudo soportar escuchar su santo nombre. En consecuencia, durante su período de califato, cuando hizo a Umar Al-Jattab su adjunto y fue a la Umrah, algunos hombres vinieron a verlo allí y en el momento en que lo vieron lo saludaron diciendo: "As-Salamo alaika Ya Khalifatu Rasulullah. Al escuchar el nombre de su amado en su saludo, Siddiq-e Akbar comenzó a llorar amargamente. Luego, junto con su padre Abu Quhafa, fué a su casa, se bañó y luego salió. Una vez más, la gente vino a su encuentro. Caminando delante de ellos les estaba inculcando paciencia con respecto al Santo Profeta y estaba llorando amargamente. Entonces, debido a éste dolor y pena de separación, cayó enfermo; y la naturaleza de ésta enfermedad fué tal que aumentó día a día. La medicina actúa como combustible en un hogar ardiente; más bien, la mera mención de ésta enfermedad no es menos que frotar sal en las heridas. Incluso si se mantiene al paciente de ésta enfermedad en la orilla de un río o en una magnífica mansión con un jardín real, toda ésta privacidad, ésta recreación y todas éstas escenas atractivas y fascinantes sólo demostrarán ser el medio para aumentar e intensificar la enfermedad. Es paradójico e ininteligible que se lo llame enfermedad y se dice que es amor y locura y (sin embargo), uno se enorgullece de ello y se hacen invocaciones para aumentarlo, como dijo Tajwar Najibab: "¿Por qué no? ¿A quién la mirada del Amado puede conocer en secreto, enorgullecerse de la bondad del propio destino?. Los dolores fueron liberados del cuidado de los dos mundos. ¡Que Allah SWT alargue la secuencia de tu locura!.. En resumen, Siddiq-e Akbar siguió derretiéndose en ésta enfermedad y ardiendo en éste incendio. El auspicioso cuerpo siguió derritiéndose y día a día se volvió más y más débil. Entonces, cuando un médico lo examinó durante la última fase de su vida, comentó que su corazón (el de Abu Bakr) estaba hirviendo desde dentro como una cazuela y que parecía haber recibido un golpe severo. Finalmente, al pisar el camino del amor, llegó a su amado, como dijo el dicho:  "El pájaro de la mañana aprende el amor de la polilla, porque aunque se quema, renuncia a su vida sin hacer concesiones."