miércoles, 10 de junio de 2020

EL AMOR ES UNA LECCIÓN DE LEY.

El Amor (al-hubb) supone cuatro grados: 
el Amor a Allah SWT, que es el comienzo; el Amor que procede de Allah SWT, que es de Realización; en cuanto al Amor en Allah SWT y el Amor por Allah SWT, que ocupan posiciones intermedias. 
El amor a Allah SWT consiste en que Le prefieres a todo; el amor en Allah SWT en que amas a aquel que está cerca de Él; el amor por Allah SWT en que amas a quien Él ama y lo que Él ama, sin conceder importancia a tus propias inclinaciones; en cuanto al amor procedente de Allah SWT, es que Él te separa de todo para que no ames nada más que a Él. El amor a Allah SWT tiene como signo la invocación perpetua que haces de Él, y el del amor en Allah SWT es que amas a los hombres de bien aunque no te aporten ningún beneficio materialista. El amor por Allah SWT se traduce por la extinción de tus apetitos personales bajo la acción de la luz divina, y el amor procedente de Allah SWT por el hecho de que Él te atrae hacia Él y vela a tus ojos todo lo que es distinto de Él. «Aquel que ama a Allah SWT y ama al prójimo pensando en Allah SWT, es un realizado (tammat walâyatu-hu)», decía un maestro antiguo. El verdadero «amante» (muhibb) es aquel poseído totalmente por su Amado y que no tiene más voluntad que la Suya. El amigo de Allah SWT, no experimenta ninguna aversión por la muerte: «Di: “¡Oh vosotros, que profesáis el judaísmo! Si pretendéis ser los únicos amigos de Allah (awliya’), ¡desead entonces la muerte si sois sinceros!”» (Corán 62:6). Tal y como se afirma, el verdadero no teme en absoluto a la muerte. Ama a Allah SWT quien no ama nada más que a Él, y ama pensando en Allah SWT quien ama sin estar sometido a las inclinaciones de su alma carnal; ama finalmente el encuentro con Allah SWT quien ha gustado Su intimidad (uns). El amor que sientes por Allah SWT puede tomar diez formas, pero debes tener siempre presente en Quién piensas por detrás de ellas. Se trata de tu amor por el Enviado, por el Siddîq [el califa Abû Bakr], el Fârûq [el califa ‘Umar], los Compañeros, [sahabas] los Siguientes, los santos, los hombres de la ciencia religiosa, los mártires, los virtuosos y los creyentes. Después de la etapa de la fe, se pueden enunciar así ciertas nociones: la imitación del Profeta, la guía o el extravío, la obediencia o la desobediencia, la equidad o la iniquidad, lo verdadero o lo falso. El Islam ha establecido la distinción entre estos pares antinómicos; y ha prescrito amar algunas de estas nociones y detestar otras: por tanto, ama y detesta pensando en Allah SWT, sin preocuparte de si se trata de amor o de odio. Es posible que encuentres dos de esos atributos opuestos reunidos en una misma persona; sólo a ti corresponde ser perspicaz e identificar a uno y otro. Si ves con claridad, que el amor pensando en Allah SWT puede adoptar las nociones y formas mencionadas anteriormente, pruébate en cada una de ellas para saber si te queda alguna inclinación pasional (lahw) [que mancillaría el amor pensando en Allah SWT]. Considera igualmente el amor que sientes por tus hermanos [en la Vía], por los maestros y los grandes sabios del Islam, así como por todos aquellos que están ausentes o muertos: si tu corazón no siente una inclinación subjetiva por alguno de ellos, es que, se ha liberado de las pasiones, y profesas un amor puro a Allah SWT. Si no es así, debes remitirte a la ciencia religiosa y reconsiderar de forma precisa los cinco estatutos que la Ley islámica asigna a las cosas, a saber,..: lo que es obligatorio (wâjib), recomendado (mandûb), rechazable (makrûh), prohibido (mahzûr), o simplemente autorizado (mubâh.
Observa que el amante no tiene otro deseo que ver a su Amado, mientras que aquel que gusta de la alegría está siempre satisfecho de Él, Le vea o no.. El amante necesita una relación permanente con su Amado; por lo tanto, siempre tiene una petición que hacer. 
Un Hadîth qudsî dice: «... Cuando Yo le amo [a Mi servidor], soy el oído por el que oye, la vista por la que mira...» No es pues sorprendente, que aquél, cuya vista es en Allah SWT pueda conocer lo Invisible. 
El cuerpo corresponde a la tierra, el alma al cielo, el corazón al Trono, el espíritu (al-rûh) al Pedestal, y el secreto íntimo (al-sirr) que está con Allah SWT, aunque sin localización.
Assalamo aleikum.