martes, 5 de enero de 2021

EL MENSAJE DEL MENDIGO.

El significado evidente de la escritura y lo que revelan las letras.

Admitimos que cada letra posee un significado secreto que se refiere a un concepto razonado, y es necesario, que cada palabra compuesta por dichas letras posea tambien un segundo significado secreto. De la misma manera, tienen segundos significados las frases, los párrafos y, en suma, todos los textos. Pero si tenemos en cuenta (que en último extremo) estos significados pueden ser escritos a su vez con otras frases y palabras, o sea, con letras, entonces se descubre un tercer significado al comentar el segundo, y a aquél le seguirá otro, y así hasta que aparezca una serie ilimitada de significados secretos. Se podia comparar con la tela de una araña con innumerables hilos que unifican dos ramas del árbol, dando hilo a una y otra y ésta a la de más allá: una Red o mapa directriz para la propietaria del hilo. Así pues, el lector que intenta resolver el material con su propio conocimiento y de la manera que le han inculcado, no se diferenciará mucho del caminante que va descubriendo el misterio de la ruta según camina; tal misterio, se va extendiendo según lo va descubriendo y según se extiende va encontrando las vistas por las que anda, (la ruta que elige), las cuestas que sube del mismo camino y en su propia vida, y el tan esperado punto certero. Cuando aparece éste punto, en el que los lectores, los infelices y los aficionados a las historias y otros cuentos, se encuentran perdidos y hundidos en las profundidades del misterio, El viajero recibe la señal en algun lugar de la vida o de la escritura, y en ese punto, se cruzan los ojos y los mapas, (como el viajero místico), deberá comenzar a buscar el camino con las letras clave y los mensajes cifrados de los que disponga. Como el paseante que busca su camino ayudado por las señalizaciones o brújula (guía). Así pues, el problema consiste en poder ver las señales que el secreto coloca en la vida y en la escritura. Para resolver ese problema, debemos, desde hoy mismo, ponernos en su lugar y anticiparnos a sus movimientos o que deduzcamos los movimientos siguientes, utilizar la intuición, igual que un jugador de ajedrez. He Invitado al lector, el que rogaba que lo acompañara en sus suposiciones, a que se imaginara a alguien capaz de dirigirse a una amplia masa de lectores de cualquier situación, y siempre, después de leer el libro de servidor.. 
Por ejemplo, otro me decía, que inmediatamente después de leer pensó en un columnista de un periódico.. Un columnista que fuera leído cada día por todo el pais, en los autobuses, en los taxis, en las terrazas y en los rincones de los cafés, en las peluquerías, biblioteca y hogares.. y que sería un buen ejemplo para alguien que pudiera recoger las señales secretas con las que iniciar la actividad de búsqueda a seguir. Pero los que ignoran el misterio, las explicaciones de aquel periodista, sólo tendrían un significado. El significado visible que, directamente, es lo que ellos esperaban leer.
Muchos podrían leer el significado secreto usando los segundos significados de las letras. Supongamos que el autor añade al articulo una frase del tipo: "Pienso en todo ésto desde fuera", mientras que el lector corriente piensa en lo extraño que resulta dicho significado visible, los conocedores del misterio de las letras comprenderán de inmediato, [que esa frase], es el anuncio que esperaban, la clave que disponen para emprender la aventura que les pondrá en camino hacia una vida completamente nueva.
Así, el título de la tercera parte, "Los tesoros del mendigo", no sólo se refieren al redescubrimiento de la noción del misterio, sinó también al hallazgo de aquellas frases que el mendigo ocultaba entre sus palabras alusivas.. y que, después de mucho repasarlas y examinar las fórmulas, (para descifrar algunos mensajes), se hizo utilizable el sistema de cambiar el orden de las letras del alfabeto, que ya habia sido usado por Hallay Mansur en su cartas y que probablemente sería muy parecido al que utilizaría el mendigo en sus sermones, y de repente, en las últimas líneas del libro manuscrito, anunciaba esta importante conclusión: el punto de partida de todas las fórmulas, son las letras que cada viajero tiene en su propia vida. Todos aquellos que quieran panerse en camino, que quieran forjar un nuevo universo, deben ver antes las letras de su vida. Este modesto libro, que el lector sostenia en sus manos, era una guía para mostrar cómo podían encontrarse las letras propiamente dichas. En lo que respecta a las cifras y fórmulas que permiten alcanzar el misterio, del que sólo se había hecho una introducción unificada, aunque el prólogo era bien distinto. Colocar en orden cada manuscrito, fue tarea nada fácil, puesto que el tiempo pasado, el sol, etc. habían borrado los mensajes de la cartulina, dificultando su correlativa lectura (y para colmo) faltaban dos ejemplares, que posteriormente fueron hallados. Cuando comprendí, que aquellas palabras aludian a algo más profundo, la recolección no se hizo esperar. Alhamdulillah el primer texto ya está disponible. Mirarse en el espejo, es la idea, (apenas perceptible), para refulgir a la mente, que se había convertido en un claro factor Celular, (del cuál), el corazón no le ha puesto un rostro ni ha leído nada del significado de ese rostro. Tenía la sensación, de que "algún día", antes de terminar ésta visión del mundo, (fallecer), aquella entrañable época de infancia (y casi adolescencia) no se hubiese perdido cuando cometía alguna falta ortográfica, o cuando creía, que el mendigo era otro de aquellos amigos invisibles (tan de moda para algunos) y que servidor escribía todo como si se tratara de aventuras y viéndolo enredado en algún misterio. Ahora, por fin, todo se atrae, tanto como alguien que se ha puesto en marcha por un camino sin retorno. Eran las siete y cuarenta y tres minutos en la ciudad y estaba ese silencio mágico, que sólo puede sentir un niño a esas horas; era más, una sensación de silencio, que de un auténtico y último encuentro.. porqué cada dos por tres,  podia notar como un zumbido de oidos generado, quizás, por el silencio nervioso. Decidido de que había llegado el momento, me encaminé al lugar de la cita, aún fui capar de contenerme un poco más antes de ponerse en marcha y disfrutar del sabor de un café en la taberna del barrio.
Ya encaminado, podía distinguir de lejos,  apareciendo junto al puente, la silueta.. ¿cómo era posible que no hubiera pasado el tiempo por él?.. No es que no pensara tambien, que lo que veía, podría ser un espejismo. Pero efectivamente, mi amigo el mendigo estaba allí. Con una sonrisa y un exceso de lágrimas estaba con la convicción de mí pasado. Después de la primera mirada y saludarnos nos sentamos sobre un bloque de hormigón para charlar. Pasó una hora especial para servidor, y después indicó, que tenía que irse. En la topografía de aquel herboso paseo, se acercaba distraido un joven haciendo footing, le pare y le dije si nos podía hacer una foto con el móvil. Le insistí un poco, hasta que accedió y nos retrató en aquella mañana. En los ojos del mendigo había alegría y entusiasmo, y entonces dijo: "ahora me debo marchar.. pero volveremos a vernos".. y describió un círculo con su dedo índice. 
Igual y como acudí a la cita, ahora retornaba, sin nada en que pensar que no fuera sentir los latidos del corazón e intentar no buscar explicaciones ni pedir la ayuda del pensamiento despectivo que siempre está listo en un rincón de la mente para decirte lo que escrutaba.
Naturalmente, entendí perfectamente el significado literal de sus palabras y su lenguaje corporal. ¡Hasta que Allah ta'ala lo quiera, mi amigo!. Todo fue fluido, igual que el primer día que nos conocimos. Me di la vuelta, después de unos pasos, para darle un hasta luego con la mano, pero ya no se encontraba allí. 

Esta es la fotografía de aquel día. 
Realizada a las nueve de la mañana bajo el puente del río Ebro en Zaragoza, en el barrio de las fuentes. 2014.
El Primer libro se titula: "Así hablaba el mendigo" Editorial Círculo Rojo. 
Autor: Shaykh Ahmad Salah As Sufi.