martes, 12 de enero de 2021

SACAMOS DEL AGUA A TODO SER VIVIENTE. (Material de estudio).

DIFERENCIA DEL AGUA Y EL ACEITE, DE LA VIDA Y EL CRECIMIENTO.

La creación no es idea del hombre, pues éste mismo ha sido creado; la creación es obra de Allah. 
¿Acaso surgieron de la nada o son ellos sus propios creadores? ¿O crearon los cielos y la Tierra? No tienen certeza de nada(Sura El monte, 52:35-36).

El sagrado Corán dice que Allah ha creado a todos los seres vivientes a partir del agua: ¿Es que no han visto los infieles que los cielos y la tierra formaba un todo homogéneo y los separamos? ¿Y que sacamos del agua a todo ser viviente? ¿Y no creerán? (Sura Los Profetas, 21:30)

Allah creó a todos los animales del agua: de ellos unos se arrastran, otros caminan a dos patas, otros a cuatro. Allah crea lo que quiere. Allah es omnipotente. (Sura La Luz, 24:45)

Él es Quien ha creado los cielos y la tierra en seis días, teniendo Su Trono en el agua, para probaros, para ver quién de vosotros es el que mejor se comporta. Si dices: «Seréis resucitados después de muertos», seguro que los infieles dicen: «Esto no es más que manifiesta magia».
(Sura Hud, 11:7)

El Profeta nos dice que al principio estaba Allah y nada más. Entonces, Allah creó el agua y el Trono (Arsh). Estos fueron creados de manera independiente de cualquier ángel, antes de que fueran creados los cielos y la Tierra. El Profeta Muhammad (s.a.w.s), dijo: "Estaba Allah y no había nada más aparte de Él, y Su Trono estaba sobre el agua. Escribió todas las cosas en el Libro (en el cielo) y creó los cielos y la Tierra" (Sahih Al Bujari).

"Allah ordenó las medidas de la creación cincuenta mil años antes de crear los cielos y la Tierra, mientras que Su Trono estaba sobre el agua" (Sahih Muslim).
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En el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Allah se movía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Allah: «¡Que haya luz!» Y hubo luz. (Biblia, Genesis, 1:1-3). [Sin cronología].
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La vida es crecimiento. El deseo y el lubricante es un libre albedrío y nada en comparación con la naturaleza; pero el deseo es como el afán: En el deseo surge el espíritu, que moviliza lo natural y lo sobrenatural, pero no por su propiedad, sino por la propiedad del deseo.
El deseo es la instigación de la esencia, un afán, y el lubricante es la esencia del afán, que se toma en sí mismo, porque el deseo es sólo una voluntad hambrienta, y es el espíritu natural en sus formas; pero el lubricante está fuera de la libertad: Porque Allah no tiene deseo en cuanto a su propia esencia, por cuanto se le llama Único; porque no necesita nada. Todo es Suyo, y él mismo es Todo.
El lubricante es libre, sin afecto, no puede apuntarse ninguna manifestación, porque está desprovisto de deseo; es como la nada con respecto a la naturaleza, y sin embargo es todo; pero no en el sentido del deseo, (osea), según la naturaleza, pero sí según la satisfacción de la naturaleza que es la satisfacción del deseo hambriento,  de la naturaleza; que se entrega de manera libre y voluntaria al hambre de la naturaleza; pues es un espíritu sin esencia ni deseo, totalmente libre como una nada, pero el deseo le hace esencial en sí mismo, y le siguen dos propiedades, (la libertad eterna), que está libre de la fuente; y el otro, según el deseo que da vida (vegetativa y crecimiento).

La esencia libre es y da un aceite, y la propiedad del deseo da vida al aceite; el aceite es una luz, y la propiedad del deseo le da luz a la esencia con la propiedad ardiente, de modo que la luz brilla, como se ve en el fuego y la luz, y el lubricante libre sigue un libre albedrío en sí mismo, pero da mansedumbre, es decir, una libre resignación del deseo, que llega a la esencia y al brillo: Su voluntad es buena, y no tiene otro deseo sinó ser bueno, manso y agradable; tampoco hay otra posibilidad en ello; porque es como una nada, donde no puede haber ninguna perturbación o fuente, sinó la mansedumbre misma.

Allah es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pábilo encendido. El pábilo está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un olivo, que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aun sin haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Allah dirige a Su Luz a quien Él quiere. Allah propone parábolas a los hombres. Allah es omnisciente. (Sura de la Luz, 24:35)

Debemos considerar, que cuando el aceite-lubricante libre se entrega en sí mismo, al afán del deseo, hace de la propiedad una semejanza según la libertad, es como la nada, y sin embargo es; agua y aceite dentro de un vidrio. 

Viendo éste deseo, (es decir), el afán, que se llena con el aceite libre y su propia propiedad en la esencia de la libertad--también en esencia; su esencia es el agua y la esencia lubricante es el aceite. Así, surge una luz sola de dos propiedades, la [propiedad] ardiente según la propiedad del deseo, y una propiedad alegre o lúcida según la libertad.
El fuego da en su esencia, en ese agua, una agudeza del deseo austero, que es dulce o salado; y de la angustia ardiente,  ofrece azufre.. en esa impronta, se hacen piedras, tierra y minerales; y así también los elementos y las estrellas, todo según las formas del deseo; y la propiedad oleosa da en mansedumbre, un aceite de amor, que el ardiente lo impresiona con el deseo: esa mixtura físico-química del oleoso se hace vida vegetal y brotes en crecimiento con la impresión de fuego, donde el fuego debe dar su esencia e instigación, osea, la vehemente compunción en la atracción del deseo, que es el separador y la causa de la esencia y la variedad.
Los antiguos han llamado a ésta forma, la esfera incitadora ansiosa, que es causa de movimiento y pábilo, (el astro radiante), en la propiedad aceitosa y acuosa. 
El que produce. 
¿Qué hacemos?.. debemos buscar y descubrir el gran misterio, de cómo hay aceite, azufre y sal en todo, y cómo surgen; porque Allah ha hecho todas las cosas de la nada, y esa misma nada es un amor que está en sí mismo. Si no hay afecto: el amor no se manifestaría, y no permanecería dentro del vidrio.. no habría alegría ni movimiento en ella, sinó una quietud eterna. Pero al ver que se introduce en la esencia a través del deseo, su eterna quietud se convierte en esencia y fuerza lumífera, (que es el trabajo), con dos propiedades, en el que la fuerza es un buen espíritu según la propiedad del amor, que resiste a la ira del deseo y apacigua su afán con la agradable mansedumbre; lo que hace que el lubricante del aceite del amor vuelva a curar: Y así hay bien y mal en cada vida, y sin embargo no hay maldad en nada, a menos que el bien, se encuentre envenenado por la impresión excesiva del afán del deseo. Osea, si el espíritu del hambre (en sus propias formas) se impresiona demasiado por [mucho tiempo, o imagina] después de sí mismo, y ansía demasiado su propia manifestación, no puede tomar del aceite gratuito, que apacigua su hambre, en sí mismo; porque la propiedad de la naturaleza debe estar sinceramente inclinada hacia la propiedad del libre amor de Allah, y dirija completamente su hambre de amor; y entonces el hambre recibe el amor en sí mismo, y lo hace esencial en sí mismo, y ya no es de Oriente ni de Occidente. El deseo de ese amor se llama naturaleza de Allah, y el [deseo hambriento ardiente] se llama ira; y en la naturaleza exterior se llama fuego, pero en la propiedad del interior, (donde el deseo actúa como energía de la propiedad), éste deseo es deseo divino, desde donde arde el amor luminoso y de dónde procede la alegría; pero, para que se pueda producir éste amor, debe existir movimiento, (el trabajo de Luz sobre luz), porqué donde hay quietud estática no hay alegría ni movimiento.
La propiedad de Allah se manifiesta a través de la propiedad lumínica, y la propiedad ardiente, hace que la esencia surja de la impresión del deseo en una luz o brillo; porqué el deseo suave da el destello de un espíritu en shulfur, (azufre), y la mansedumbre le da su amor y disipa lo que fue atraído hacia él, osea, la oscuridad, y se manifiesta la libertad eterna, y ésto es ahora: el Ver.

Cuando surge el resplandor prueba la dulzura de la luz, entonces el deseo del fuego alcanza la mansedumbre, y la mansedumbre es como una nada del todo incomprensible: ahora el afán del deseo comprende su propia esencia y lo devora haciendo nada; ésta es la oscuridad, que es la esencia del hambre ardiente que devora la propiedad de la luz libre: Como vemos, tan pronto como la luz brilla, priva a las tinieblas de su poder; y por tanto, Allah es Señor sobre todos los seres, porque Él es el Poder y la Luz eterna: una semejanza de lo que vemos en el sol, que disipa las tinieblas de todas las esencias, y gobierna en todo lo que crece, vive y se mueve de éste universo.
Además, debemos considerar las múltiples fusiones, cómo toman su origen en el original y se separan en muchas propiedades. La primera es espiritual, y da la agudeza en la esencia libre; es un corte, o una agudeza de los poderes: la otra es la agudeza de la impresión, según la propiedad de la austeridad astringente que es la angustia en la impresión, es decir, la tosca materia, en que la propiedad esencial es el agua.
El agua es la propiedad mortal de la sal; y el shulfur, que proviene de la angustia, es una propiedad de la sal viva; porque tiene el deseo del movimiento y que hace la forma de la vida, y sin embargo, el azufre no es sal, sinó la angustia en la impresión que también llega a ser materia.
La sal es la nitidez del azufre en cuanto a la astringencia; la sal hace que la angustia sea material; y así, la sal habita en el azufre con nitidez y conserva el azufre en la esencia material, y también el espíritu del azufre, que no cae al polvo: la sal imprime los poderes de la angustia y separa la materia de acuerdo con las formas de la naturaleza.
La naturaleza pedregosa tiene su origen en lo sulfuroso del agua del azufre.
De la propiedad acuosa (donde el azufre está en el agua) produce árboles, hierbas y todo lo que crece en la propiedad terrenal, en la substancialidad mortificada o muerta, que sin embargo tiene una vida vegetativa.
La primera propiedad, que hace el sabor de una cosa, sea dulce, agria, astringente, picante o amarga, o como quiera; se encuentra y se conoce en las hierbas: en algunas es un veneno amargo, y en algunas nuevamente es una curación del veneno; pero si se rompe la propiedad venenosa en el aceite de la mansedumbre, entonces el amor de la luz se inclina también hacia el aceite, porqué el original de ambos es de una voluntad, pero está alterado en la impresión: Como lucifer, cuando era un ángel, se transformó en una propiedad diabólica venenosa, y Adán pasó de una propiedad celestial a una terrenal.
Todo lo que crece, vive y se mueve en éste mundo, tiene azufre, y el cuerpo es múltiple según la propiedad del azufre y la sal.. es, según esa propiedad; también el aceite injertado, que brota todo el tiempo en el poder, (porque el aceite hace el poder de influencia virtual), en cada cosa. En el aceite impreso, está el otro aceite, el espiritual, que nos da luz, pero tiene otro principio; no recibe en él ninguna otra fuente que el lubricante del amor; es esencialidad divina: y por lo tanto, la propia esencia creadora está cerca en todas las cosas, pero no esencialmente en todas las cosas; tiene otro principio, y sin embargo se inclina a todas las cosas, en la medida en que cada cosa tiene algo de propiedad divina, y reciben virtudes de la propiedad divina.
El amor de la luz puede curar cualquier enfermedad, para que la vida, comience de nuevo a brillar intensamente. Porque toda enfermedad en el cuerpo no es más que una corrupción o envenenamiento del aceite, del cual arde o brilla la luz de la vida; porque cuando la luz de la vida brilla o arde en el aceite, expulsa y aleja todas las influencias venenosas, se esfuerza por expulsar lo abominable, pero en éste austero esfuerzo, enciende cada vez más su forma interior, con lo cual el aceite  venenoso se vuelve completamente en acuoso y desciende la purificación.. luego, en luz y también fuego, (que se apaga con el espíritu sulfuroso).. como cuando se apaga una vela.
En esta propiedad, la criatura es capaz de percibir la luz divina que se enciende de nuevo. Porque la esencialidad divina, cambia de nuevo el aceite muerto del mundo exterior que no vuelve más, y sólo ha sido por un tiempo un espejo reflector.. aunque se transforma en otra fuente; y vuelve a entrar en el misterio, de donde procedió al principio en la creación del mundo, y el cuerpo también entra en el mismo misterio.
¿Dónde estará entonces el mal?, ¿dónde estará la muerte?, ¿estará separado del bien?, ¿se restaurará y producirá lo que ha caído de él en la muerte?.
El Médico sabe: que el Espíritu es más fuerte cuanta más luz tenga, pero debe romperse lo viciado, la vida ansiosa y envenenada: para adquirir la propiedad del aceite de la luz, por lo que será fuerte y potente con su alimento y conservación; si ésto puede separarse de él, surge un encendido poderoso de todas las vidas oscurecidas, (porqué en éste aceite), se encuentra la vida gozosa.. un aceite claro, que el fuego ardiente ni siquiera le tocará, pero que producirá una potente luz. 
Atrás se quedarán las oscuridades repugnantes.. para producir otra constitución purificada. 
Pues: "En efecto, el hombre fue creado impaciente. Es Pusilánime cuando el mal lo toca. Es Mezquino cuando la fortuna (el bien) le favorece". (Sura Las Vías de Ascensión, 70:19-21), por lo tanto, no puede separarse (farfakku) de aquello sobre lo que era innato (gubila lalay-hi), y el Verdadero, el Altísimo, determinó el asiento [correcto] en el que ejercitar estos atributos de relación.

La constitución natural (naša) de éste mundo tiene una característica de sus propias (ihtisās) que contrasta con la otra [o última] constitución natural, tanto que no hay concordancia entre las dos constituciones en todos los aspectos.  Por ésta razón, ya en los antiguos textos árabes léxicos, el verbo (anla-le), que se refieren a Allah, se hace equivalente a halaqa, pero éste equivalente no debería haber sido tan riguroso, ya que de lo contrario, una expresión como "nal int al- kalq "que aparece en el capítulo 371 [III 419.7] de Ibn Arabi sería algo sin mayor perjuicio de lo inadecuado en la traducción para el verbo (ania'a) y adoptado el término "producir", que implica el concepto de dar luz y desarrollar algo que no estaba, mientras que para el término producto o producción, que en expresiones como (nal'at al-invan) generaría malentendidos, prefiero adoptar la expresión conmitución natural, que no deja lugar a dudas sobre el hecho de que en el ejemplo dado no es producida por el hombre, y que para el adjetivo "natural" éste implica un aspecto del devenir y el desarrollo.
En el capítulo: 32 (I 207.12] Ibn Arabi especifica: "Con éste verso del Corán 30:19-25), Allah llamó la atención sobre el hecho de que la constitución sensible natural (nal a hissiyya) del más allá se asemeja a ésta constitución del mundo de abajo, pero no es lo mismo, ya que es de otra composición (tarkib) y de otra complexión (mizal), según lo informado por la Legislación tradicional y las notificaciones proféticas sobre la finalización de esa (morada)..(Sahir)..(primavera) no tienen ninguna propagación biológica, ya que son entidades que están esparcidas en las tumbas y que resucitarán; sin embargo, la composición y la faz serán diferentes para los accidentes y atributos que corresponden a esa vivienda, pero no para ésta vivienda. Incluso si la forma es única, en lo que respecta al ojo, oído, nariz, boca, manos y pies, en la integridad de la constitución, (sin embargo), la diferencia será evidente, y hay diferencias que se notan, y que perse, sienten notablemente y hay algunos imperceptibles: desde la forma de producción (en la última vivienda sobre la forma de ésta constitución natural, no notaremos sensiblemente lo que hemos indicado. Pero como el régimen (hukm) será invierno, sabemos que la faz será diferente y esta es la diferencia entre la parte perteneciente a la percepción sensible y la perteneciente a la razón. El Altísimo dijo: "Y tu sueño (manām) de noche y de día es parte de Sus signos" (Corán, 30:23), y no mencionó la vigilia (raza) que también es parte del conjunto de signos. Luego mencionó el sueño cíclico del despertar en el estado de éste mundo e indicó que el despertar no ocurre excepto en la ocasión de la muerte y que el hombre continúa durmiendo hasta que muere. Y mencionó que está en un estado de sueño de noche y día, en su vigilia y en su sueño, y en la tradición se relata: "Los hombres duermen y cuando mueren se despiertan". Este mundo es un puente pues pasa y no se queda (yu baru li yu maru). La vida de éste mundo es un sueño: cuando el hombre se traslada al más allá, con la muerte, no trae consigo nada de lo que poseía y que percibía con sensatez, hogar, familia, riqueza - así como cuando está despierto de su sueño no ve en su posesión nada de lo que había logrado en su sueño - en ese estado de sueño. Por esto el Altisimo dijo que estamos en un estado de sueño de noche y de día y que la vigilia será en el más allá, y es allí donde se interpretará el sueño (ruwhih)". En el cap. 351 [III 223.32] él autor especifica además: "El hombre en el más allá tendrá una constitución natural invertida (malib), por lo que su lado interior se fijará de acuerdo con una sola forma, como su lado exterior (gahir) aquí, mientras que su lado exterior tendrá [el mundo] que tiene sus propias características y cómo podría ser diferente entre las dos constituciones, (dado que la constitución natural de éste mundo es una constitución de mezcla (imtiaz) y la constitución del otro mundo es una constitución de lux pureza por ésta faz, (mientras los condenados se caracterizarán por su infelicidad y no hay nada de bueno en ello), el bienaventurado se caracteriza puramente por su felicidad y no hay nada de malo en ello, porque la esencia de la otra vivienda implica eso. Por tanto, no hay absolutamente ninguna cobardía, ni avaricia, ni envidia en la constitución natural de los bienaventurados, y si fuera diferente de ésta Constitución natural, las características inherentes (no se separarían de ella) por las rápidas transmutaciones en las formas, como aquí su lado interior. El Altísimo dijo: "y los injustos sabrán, en qué reversión serán derrocados" (Corán, 26:227), y cuando sean derrocados cambiarán y no se les agregará nada más que lo que son"; y en el capítulo 559 (IV 419.35) el autor agrega: "Allah creó al hombre con una constitución natural invertida: su día está en su lado interno y el mundo de abajo está en su lado externo. Su lado externo está limitado por la forma, y por eso, Allah lo ha atado por medio de la Ley tradicional: como la forma no cambia, ni siquiera la Ley cambia. En su lado interior el hombre está en constante variación y cambios debido a los pensamientos que se le ocurren en cada forma que se le presenta, así como la última constitución natural será para él en la otra, su lado interior en éste mundo será una forma exterior en la otra Constitución natural, y su lado exterior será su lado en la otra constitución. Por eso dijo: "Entonces y como Él te originó, así regresarás" (Corán, 7:29). La otra vida es el reverso de la constitución de éste mundo y éste mundo es el reverso de la otra constitución, pero el hombre (aquí) es idéntico.
Este término aparece en Corán, 76:2. En cuanto a la mezcla, en el Capítulo 20 (I- 169.10), Ibn Arabi especifica: "Por lo que hemos mencionado, éste mundo está mezclado, dicha mezcla con el castigo, y siempre por lo que hemos mencionado, el Cielo será todo dicha y Infierno todo castigo, y para aquellos que residen allí esa mezcla cesará. Por lo tanto, la constitución natural del más allá no permite la faz de la constitución natural de éste mundo, y esta es la distinción entre la constitución natural de éste mundo y la del mundo del "más allá".
Estos términos aparecen en el Corán Suras 76 y 82. Lo que aquí se niega no es la faz en sí, sino la identidad de la faz de éste mundo y la del más allá. En el cap. 70 (1 588.23] Ibn Arabi especifica: "El estado (hal) es lógico para el alma como la complexión (no para el alma viviente que la complexión domina al cuerpo y el estado domina el alma"); 198 (II 456.9 y también asimila el cutis a la naturaleza (tul). En la sección 18 del capítulo 198 [II 471.31] se proporcionan más detalles sobre el cutis y las dos constituciones naturales.
En el capítulo 410 IV 14.35) Ibn Arabi especifica: "Esto es lo que implica su complexión en esa condición, [la de los condenados]. Si entraran en el Paraíso con esa faz, el dolor los golpearía y sufrirían, (si entienden), la bienaventuranza (na'im) está constituida por las cosas que están haciendo (adquirir y el castigo patrio) está constituida sólo por lo que no es adecuado, sea cual sea la zona. Sea como fuese: si le sucede sólo lo que es adecuado para usted, está en un estado de felicidad, y si no le sucede, pero lo que no se adapta a su complexión, está en un estado de tormento [o castigo), los lugares de origen (kadima) se han ganado la aceptación de su gente. Para la gente del infierno, eso es una esperanza de que ellos regresarán.. de que Allah será Misericordioso. De manera similar, en el cap. 420 TV 29.14), se agrega: Y Allah los hace permanecer en el infierno de acuerdo con un atributo y una complexión tal que si Allah los hiciera salir con esa complexión hacia el cielo, (directamente), sufrirían y su entrada les haria daño, al igual que el aroma de la rosa daña al escarabajo.

Assalamo aleikum. 

PD.kljb. Shaykh Ahmad Salah As Sufi. 

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