miércoles, 10 de febrero de 2021

SIMILITUD y TRASCENDENCIA / TASHBIH y TANZIH.

    La Realidad está detrás de las formas,            cuando todos los sentidos están                                  enamorados.
           Shaykh Ahmad Salah As Sufi 
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De hecho, se puede aplicar ésto como una regla general para todos los sentidos perceptores. Sin gnosis no se percibe la forma o efecto de lo creado, mientras que con gnosis sólo se percibe lo Real. Todo lo que se ve, se oye, o se conoce de alguna manera, corresponde a lo Real. Por supuesto, en una estación aún más alta de percepción, el gnóstico no percibe simplemente que todas las cosas son lo Real, sinó que el gnóstico pierde toda identidad propia, de modo que lo Real es tanto perceptor como percibido.

Ver con ambos ojos: Tanzih y Tashbih. 

Mientras que el gnóstico a veces no percibe ninguna distinción entre la creación y el Creador, el intelecto sabe que hay algo más. Allah trasciende a todas las formas, de modo que la visión del gnóstico, de que el cosmos es la forma de lo Real, invade la incomparabilidad de Allah. Al describir esta experiencia paradójica del gnóstico, que ve el cosmos como lo Real, sabiendo que no es Él, Ibn Arabi a menudo emplea los términos tashbih (inmanencia o similitud) y tanzih (trascendencia), términos que describen dos tendencias religiosas de gran alcance.

Aunque ambos términos, tashbih / similitud y tanzih / trascendencia, tienen un sentido especial para el gnóstico, se aplican al lenguaje religioso en su forma más básica para tener algún medio de acercamiento a Allah.. los humanos,  necesariamente comparan sus actos y atributos con los que conocen sus propios actos y atributos humanos. No sólo nombres como "Ver" y "Oír", sinó también nombres como "Misericordioso" y "Perdonador" pueden atribuirse a un ser humano tan apropiadamente como pueden atribuirse a Allah, con la excepción de que en relación con Allah estos nombres son absolutos. Para Ibn Arabi, Allah no sólo ha permitido tales descripciones de sí mismo, de hecho las ha alentado, porque en el Corán y las narraciones se ha descrito a Sí mismo con ciertos nombres, atributos y acciones con cualidades de tashbih. Hay ciertos límites para considerar (a Allah) a través de descripciones de semejanza: si uno se excede en los límites de la ciencia, uno cae en la más censurable de todas las prácticas, es decir, en eludir y asociar a otros con Allah, declarar que Él es como los demás o que otros son como Él. Siempre debe haber un reconocimiento, de que las descripciones de Allah, basadas en la similitud no llegan a Él; de lo contrario, Allah puede ser confundido con su creación.

Para las personas no iniciadas, es el intelecto el que es susceptible de las conclusiones peligrosamente erróneas de la similitud tashbih, ya que emplea la similitud para comprender a Aquel que no puede ser comprendido. Si se deja desequilibrado por la comprensión de la trascendencia de Allah, el intelecto impondrá atributos creados sobre el Real, suponiendo falsamente que Allah escucha como escuchan los humanos o que tiene emociones fluctuantes, o que de alguna manera corresponde a las perfecciones humanas. Para los gnósticos, sin embargo, el riesgo de la similitud no proviene del intelecto sinó de la visión, los gnósticos se arriesgan para considerar absolutamente cierto lo que ven como una realidad, (en ambos casos), es el tanzih el que establece que Allah es exaltado por encima de todo lo conocido o presenciado de Él.

Desde la perspectiva del místico, el cosmos es la forma de Allah, mientras que desde la perspectiva limitada de la razón, el cosmos es simplemente una entidad creada. Ambos aspectos de la creación deben ser percibidos para que un gnóstico posea lo que Ibn Arabi considera una perspectiva adecuada, una perspectiva que a menudo se describe como una unión con ambos ojos, aludiendo al verso del Corán:
"¿No le hemos dado dos ojos, una lengua y dos labios? [Sura 90 (La Ciudad) verso 8]. "Un ojo es aquel a través del cual se percibe al que cambia de estado, mientras que el otro ojo es aquel a través del cual se percibe el cambio del estado mismo ... Cada ojo tiene un camino. De modo que sepa a quién ve y qué es lo que ve. ¿No le hemos mostrado las dos vías? [Sura 90 (La Ciudad) verso 10].. Por ésto su razón es correcta. "Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Allah Quien tiraba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. Allah todo lo oye, todo lo sabe". [Sura 8 (Los Botines) verso 17). El ojo a través del cual percibes el lanzamiento pertenece a Allah y es diferente del ojo a través del cual percibes el lanzamiento que es perteneciente a Muhammad, (s.a.w.s). Entonces debes saber que tienes dos ojos, si tienes conocimiento. Entonces sabrás con certeza que el lanzador es Allah. Asumir formas representativas Hal-tawn-hull y asumir formas imaginales Hal-takha-yyul no son más que ésto. En éste caso, en los escritos de Ibn Arabi se enfatizan consistentemente la percepción de dos realidades a la vez: El cosmos y todo lo que hay en él.. es Él, pero tampoco es Él. Allah ha designado para cada persona dos ojos, con los cuales cada persona debe ver consciente de Allah como un Todo, y por otro lado un cosmos como cosmos. 
En el ejemplo coránico mencionado anteriormente, la autoatribución de Allah de que Muhammad, (s.a.w.s), arrojó un puñado de arena y guijarros en la batalla de Badr, resalta esta dicotomía de dos realidades concurrentes. Fue Allah quien tiró, en realidad, aunque no se puede negar que un ser humano con forma física también tiró. El Corán no dice simplemente que fue Allah quien arrojó (Allah rama). Más bien, niega la acción humana y al mismo tiempo la afirma. No arrojaste (ma ramayta) cuando arrojaste (ramayta), pero Allah arrojó (wa lakinna Allah rama). Claramente hay una acción de arrojar y Allah arrojó, aunque, dado que la fuente última y que el otorgante de la acción es Allah, la influencia general del verso favorece las acciones de Allah sobre las humanas (es decir, el significado concluyente del versículo favorece "no arrojaste". Obviamente, no se arrojaría, de hecho, ninguna entidad podría, si no fuera porque Allah causa estas cosas y les otorga existencia. Sin embargo, también sería imposible que existiera el lanzamiento si no existiera la forma corporal de Muhammad, (s.a.w.s), la arena y los guijarros y todos los demás límites necesarios para la acción humana. Por tanto, el lanzamiento de Allah requiere ciertos límites para ser actualizado. El gnóstico percibe estos límites al mismo tiempo que percibe la realidad que existen detrás de ellos, ve tanto al movido como al Motor, o en palabras de Ibn Arabi, ve a Allah como lanzador y también a la forma corporal Muhammadiana como el lugar de ésta acción divina. (Muhammad, (s.a.w.s), como ejemplo del Hombre Perfecto, representa el mayor lugar para la manifestación divina, lo que hace que éste ejemplo sea particularmente apropiado). El equilibrio entre la similitud y la trascendencia es uno entre la intimidad y el asombro, la proximidad y la distancia, el corazón y el intelecto y se le asocia repetidamente a la trascendencia con la razón y observa que Allah también ha verificado esta conclusión. 
Allah es trascendente.. De hecho, Ibn Arabi nos dice que sin el conocimiento sobrehumano, (es decir), sin la revelación, los humanos se quedarían con el Allah trascendente de la razón: Si nos quedasen sólo las pruebas intelectuales que utilizan los racionalistas para conocer la esencia divina, la cosa creada lo amaría. Pero cuando llegaron los informes divinos, en los lenguajes de la ley religiosa, diciéndonos que Él es tal ... tal, en asuntos cuyos sentidos externos contradicen las pruebas racionales, lo amamos por el bien de estos atributos positivos. Como explica Ibn Arabi, la comunicación directa de Allah con el hombre trasciende a la razón, nos dice que Allah, (en ciertas cosas), ha permitido el tashbih /similitud, proximidad, y por lo tanto el amor. Es por esta razón que un temperamento espiritual inclinado hacia el amor enfatiza más en el tashbih.

Similitud o Tashbih: la vía de los amantes.

La contraposición de la trascendencia (y la semejanza) es un tema del capítulo que Ibn Arabi trata sobre la sabiduría de la trascendencia en la palabra noajiana, (perteneciente a Noé), del capítulo de Fusus al-Hikam que se ocupa principalmente de las formas en que los gnósticos conocen lo Real, el más imparcial de los cuales son los herederos del Profeta Muhammad, (s.a.w.s). Hemos establecido que la trascendencia es conocimiento negativo, el conocimiento de que Allah no puede ser conocido, porque está "oculto a todo entendimiento". Sin embargo, aquello a lo que la trascendencia se opone sobriamente, es el conocimiento de Allah basado en la similitud que tiene un encanto embriagador y que hace que muchos amantes de Allah eviten la trascendencia. Ibn Arabi analiza este atractivo en su lectura esotérica (interior) del capítulo 71 (Noé) del Corán, que se centra en los esfuerzos desatendidos de Noé / Noah para guiar y salvar a la gente adoradora de ídolos de su tiempo. Aquellos politeístas, (según Ibn Arabi), representan a los practicantes de la similitud inmoderada. Rechazaron el mensaje de Noé porque exigía que abandonaran la Realidad inmanente que ellos habían llegado a conocer y eso les despista el amor.
Estos seguidores de la similitud se ven especialmente afectados por una de sus facetas que asocia el alma o el yo con su Señor y, por lo tanto, ve al alma como lo Real. En las palabras de esa importante narración antes mencionada, Allah ta'ala describe el efecto de convertirse en objeto de su amor. Allah se ha convertido para cada partidario de la semejanza en el oído a través del cual oye, su vista a través de la cual ve, su mano por la que agarra y su pie por el que camina, pero aquí de manera excesiva. Esta confusión entre el yo y el Señor, es el resultado de la aniquilación en Allah (fana) y hace que estos practicantes de la similitud vean a Allah en el cosmos. Ojo.. no se puede equivocar con la idea del panteismo, pues es Dado que los practicantes de la similitud se han fusionado con el Señor, y que Él se ha convertido para ellos en sus sentidos internos y externos, el mundo exterior percibido por esos sentidos no es más que Allah. Por lo tanto, poseen la vista "penetrante" que resulta del tashbih. 

La visión de tashbih / similitud resulta en conocimiento, un conocimiento que trae consigo amor. "Sin embargo, tal conocimiento tiene un efecto desconcertante en el gnóstico, que Ibn Arabi lo describe como al-hayrah, o "perplejidad". La perplejidad, en ese lenguaje, está directamente relacionado con el amor, porque mientras que "la razón ata a su poseedor" el amor tiene el efecto opuesto: Entre los atributos del amor (fal-hubb) y la perplejidad (al-hayrah), aunque es incompatible con la razón, puede dar lugar al descarrío. Verdaderamente la razón los une, los ata, mientras que el mejor de los dos (el amor) los expande. Aquellos adoradores de ídolos descubrieron una realidad del alma humana que, (cuando se conoce), los separa para pedirles que renuncien a éste doloroso, embriagador, pero cautivador conocimiento a favor de la trascendencia, (que es un conocimiento negativo), o lo que podría llamarse "la ignorancia voluntaria", que es algo inútil. Esto es debido a su condición de inmoderados e intransigentes, (que son los adoradores de ídolos), y merecen, tanto la culpa como por el elogio. Por una parte, han abandonado la trascendencia por completo, (lo cual es digno de admiración), pero por otro lado, estos politeístas se sienten inclinados al camino de la semejanza, (es decir), al camino del amor y la visión.
La similitud (tashbih), la belleza y el amor no pueden separarse entre sí de la cosmovisión que Ibn Arabi nos presenta. Hasta cierto punto, esto se relaciona con la interconexión del amor y el testimonio en el pensamiento: "Cuando lo Real es el amado de uno, esa persona experimenta el testimonio perpetuo de (mushahadah), contemplación, que es la visión 'de' o 'por' Allah para que el buscador de Allah pueda adquirir yaqeen (certeza) que no puede ser heredado ni puede ser obtenido a través del intelecto".. El ser testigo del Amado, es como un alimento para el cuerpo, causa la amantia), para crecer y aumentar a medida que aumenta su testimonio, también lo hace su amor. Como se ha observado, el testimonio involucra la materia y la forma, pero no puede atribuirse al Mundo del Significado Puro y, menos aún, a la esencia divina incognoscible, como una forma de similitud. Dado que, como se ve en el pasaje anterior, el amor está íntimamente conectado con el testimonio, (se puede concluir), que los amantes son las ideas de tashbih / similitud. Ibn Arabi hace mención a la relación entre confiar en las visiones que testifican el amor y el فصحه fasahah, (la corrección), de una manera concisa.. la frase explica que cuando Allah permite que su siervo lo ame con el mismo tipo de amor que Él tiene por su siervo, entonces "le ha concedido testificar (shuhud) y lo ha bendecido con la capacidad de contemplar a Allah en las mejores formas o estados. [bi-shuhud hi fi sunvar alsfat] Los testigos tienen cualidades de lijado. La frase: "las mejores formas o estados" es de particular importancia para Allah en las formas, pues es el amado del tashbih. Este testimonio solo aviva el fuego del amor gnóstico, que Allah primero encendió, tanto es así, que corren el riesgo de volverse inmoderados. Es por esta razón que se enfatiza sobre la importancia de ver con dos ojos, un ojo de similitud tashbih y un ojo de tanzih / trascendencia. Practicando una especie de justicia, (el gnóstico da a cada cosa su (hagg), su "debido" o su "derecho", es decir, el gnóstico reconoce la perfección inimitable que Allah ha dado a cada cosa individual existente. Tal persona reconoce que los múltiples existentes fueron creados sabiamente y deben ser reconocidos como existentes individuales, a pesar de la veracidad de la visión del gnóstico de que todas las cosas son lo Real. Él o ella participa de los placeres de testificar y amar al mismo tiempo que reconocen los límites adecuados de su visión. Al hacerlo, el gnóstico puede controlar los peligros del exceso y permanecer dentro de los límites de aquellos que conservan la etiqueta adecuada con respecto a Allah. Es con tales peligros del exceso en la mente que Ibn Arabi afirma: "Allah me ha dado una parte excesiva de amor, pero también me ha dado la capacidad de controlarlo".
Habiendo establecido aquí, que el gnóstico, es testigo de las revelaciones divinas en las formas y estados y que sufre el amor en la visión de la similitud; podemos poner fin a éste difícil asunto. Mientras que muchos de los términos y especificaciones de ésta visión, pertenecen únicamente al receptor, la experiencia general de testificar y muchos de sus efectos concomitantes son compartidos por otros sufíes, tanto Akbari como Fakhr al-Din al-iraquí no vieron correspondencias desconcertantes entre la cosmovisión y el lenguaje del amor del sufismo. En el caso de Ibn Arabi y Fakhr al-Din al-iraquí, la visión de tashbih es de particular importancia para los asuntos del amor en el morforama humano, y por lo tanto, también puede ser una expresión poética. En efecto.. Gran parte del lenguaje del amor en el misticismo islámico surge de una orientación hacia el testimonio y la tashbih, y para algunos exaltados, el lenguaje se hace poesía, al no poder explicar esa experiencia de otro modo más usual.

Assalamo aleikum. 

PD. Shaykh Ahmad Salah As Sufi.