lunes, 26 de abril de 2021

DEL CORAZÓN AL ESPÍRITU. (Material de estudio).

En lo «interno» del corazón aparece el espíritu. En la ley de la caridad, el amor  Espiritual, escribe e imprime en nuestros corazones.- Se menciona con frecuencia ésta centralidad del corazón, y su relación con el conocimiento de Allah: "Hay que actuar siempre con el corazón y rezar completamente con el corazón; en el corazón se encuentra el principio del Espíritu; hablar desde el corazón, hablar con la virtud; "toda actividad del corazón, toda fuerza de los sentidos e incluso de la inteligencia deben ser dominadas dulcemente y apaciguadas, de modo que la actividad del corazón sea cada vez más pura y perfecta y que así la inteligencia crezca en una dulzura de espíritu". ¿No es acaso a ésto a lo que se refiere la expresión: "Se comprende por el corazón"? Muchos no comprendieron las palabras sobre el camino del humilde que pide más luz para dejar de ser ciego por la fe perfecta y para que creamos y pidamos insistentemente que se abran los ojos de nuestro corazón. En el corazón está la fuerza que se establece para las cosas celestes; entonces verás a Allah por el corazón, y habrá en ti un dulce conocimiento. Este "ver del corazón" y "ver con el corazón" está muy ligado al tan mencionado, "sentir interno" que es el umbral del conocimiento místico. Creemos que los limpios de corazón, (purificados), se han presentando para la contemplación... mientras, los necios y tardíos de corazón se encapsulan para gustar lo que otros han hablado del evento, pero que nunca han experimentado de esa observación de los profetas. 
A lo largo de los Ejercicios y en los momentos más importantes: Una vez se refiere al conjunto de la vida espiritual: "en el tiempo en que el hombre no se daba a las cosas internas", cinco veces está asociado al dolor: 
1) Al pedir interno sentimiento de la pena que padecen los dañados.. pues el alma herida no percibe interna contrición. 
2) Al demandar arrepentimiento interno de tanta pena por "mis actos".
3) La penitencia interna es dolerse para no volver a cometer aquello ni otro alguno. Esto, (está asociado a la consolación). 
4) Cuando se causa en el alma alguna moción interior, con la cual viene la animación del amor de su Creador. [Llamo consolación a todo deleite interno que llama y atrae a las cosas celestiales y que siete veces está asociado al conocimiento que satisface al alma, más el sentir y gustar de las cosas internamente].. en los ejercicios espirituales se conocen más interiormente las heridas y su demanda para la curación, y que es aborreciendo aquello que las provoca. El demandar conocimiento interno (luz) muchas veces se sienten más que las noticias internas. 
5) Este vínculo entre lo interno, el conocimiento, el sentir manifiesto del bien que tal «interioridad» remite al corazón (cardía), en cuanto que en él se unifican las dimensiones afectiva y cognitiva del ser humano. Más en concreto, la expresión del conocimiento interno está apuntando a la raíz de la capacidad cognitiva, y es allí donde todavía no está separada de la capacidad afectiva. Es el corazón precisamente éste «lugar» unificante y originante del ser humano, anterior a toda la diversificación de sus facultades. Tres de las peticiones claves de los Ejercicios espirituales contienen ésta expresión.. que el que más le ame le siga en la contemplación y para alcanzar el amor se solicita: "tener el conocimiento interno de tanto bien recibido".. para que en todo pueda amar y servir a su divina Majestad. En el primer caso, sentir interiormente el conocimiento de los propios pecados, llevará a aborrecerlos. No es un conocimiento analítico sobre el que luego tenga que actuar la voluntad, sinó que ese conocimiento es un sentir interno que provoca espontáneamente el rechazo del mal. Corresponde al estadio de la vida purificada. En la segunda petición, (sirve de pauta también para la tercera), el amarle y seguirle. Se trata del conocimiento (gnosis): conocer es amarlo, y amarlo es conocerlo. Es más: en Allah, no hay otro conocimiento posible que éste, porque es el mismo conocimiento que Allah tiene de nosotros y para con nosotros. Sólo al final conoceremos a Allah y nos conoceremos a nosotros mismos tal y como ahora somos por Él conocidos. Este conocimiento interno que lleva al acto, a la acción, no es la voluntad que se impone a la misma obligación del seguimiento, sinó al conocimiento interno que va llegando profundamente y va transformando a todo el ser, incluso los afectos: éstos son impulsados al seguimiento como por una atracción irresistible. El corazón es el que ha conocido, y conociendo ha quedado cautivado, y cautivado ha quedado transformado, y transformado ha quedado transportado. Este seguimiento corresponde al estadio de la vida iluminativa. Encontramos la misma dinámica en la petición de la Contemplación para alcanzar amor.. el conocimiento interno (de tanto bien recibido) lleva en todo a amar y servir a su divina Majestad. Es decir, primero, le conocemos / le amamos / le seguimos; luego, le conocemos en todo / le amamos en todo / le servimos en todo. Se trata de un mismo y único movimiento, más internamente cuanto más alcanza la intimidad más unificador se vuelve.. le hemos llamado corazón. Con ello, nos adentramos en la vida unitiva. El otro término correlativo al corazón es el espíritu. 
El espíritu, en cuanto al término que designa la dimensión «transcendente» del ser humano, y es utilizado por nosotros para referirnos al ser humano cuando hablamos del discernimiento del espíritu. Antes de entrar en la oración repose un poco el espiritu. Del término "espiritual",   «Alma» es la palabra antropológica utilizada para cubrir el abanico de la interioridad. Sin contemplación, "explícitamente", la experiencia propia del espíritu en el interior del ser humano no tendría sentido. Según nuestra comprensión de la experiencia espiritual,  si sólo hay cuerpo y alma, Allah sólo se puede manifestar a través de los órganos del cuerpo o de las facultades del alma (entendimiento y voluntad), mientras que si consideramos un tercer plano, distinto que el del alma racional, se abre un espacio para acoger la experiencia del Espíritu. Un "espacio" que no está separado de los otros dos, pero tampoco está confundido. Todo ello es de gran importancia a la hora de elaborar una 
antropología de la experiencia mística. En contra, están los modelos platónicos y está la base del diálogo de la psicología contemporánea del alma, no del espíritu (aliento, soplo). La decantación por el modelo aristotélico tiene consecuencias directas en la práctica de los Ejercicios. Según se aparten del modelo islámico se acentuará una u otra mística. Si se parte del primer modelo, se trabajará sobre las potencias del alma -entendimiento y voluntad, o en general, sobre los diferentes resortes del psiquismo humano-, suscitando más bien un tipo de ejercicios meditativos o activos, (ya sean afectivos o mentales); mientras que si se parte del segundo modelo, (del Tasawwuf), se apuntará más directamente a la interioridad -del Yo Profundo- y al espiritu Transconsciente o Supraconsciente y ello a través de prácticas más "pasivas o contemplativas". A nuestro entender, sin estas dos nociones, (de corazón y de espíritu), el misterio de los Ejercicios queda empobrecido. Hacemos nuestras las palabras del Sherif Sidi Muhammad Al-Ghally.. "En vez de aumentar las potencias del alma para transformar la carne y todo nuestro ser, debemos esforzarnos por transformar el espíritu con las fuerzas de que disponemos". Es decir, usar nuestra conducta a imagen para animarnos a hacer lo que es correcto; él propone unos ejercicios para ayudarnos a abrir nuestro espíritu a la acción del Espíritu Dador: es un enorme poder que nos transformará.. Incorporando al espíritu en la comprensión de nuestra propia constitución interior, podremos acoger mejor al Espíritu que viene a nosotros. De éste modo también podemos comprender el alcance y la elección del "nombre" para los Ejercicios Espirituales. Son ejercicios espirituales en su sentido más propio y más profundo: que despiertan el espíritu que está adormecido en nosotros, (ese germen de divinidad que está llamado a dilatarse y transformar lo que tiene en su entorno): el cuerpo y el psiquismo que lo envuelven, como la cáscara y la piel recubren la nuez. Ahora se entenderá mejor de lo que hablamos cuando decimos del corazón como el «lugar» de la interioridad inmanente del espíritu, más cuando trasciende a íntimos del alma racional para el modelo aristotélico. 
La transformación del ser humano a lo largo del recorrido de los Ejercicios a través de los círculos concéntricos y en base a la polaridad conocimiento-amor. El acceso al corazón y al espíritu no son inmediatos. El corazón es el lugar del Reino, y estrecha es la puerta para llegar hasta él. En el corazón mora el espíritu, y el espíritu se desvela cuando es visitado por el Espíritu del Reino. El espíritu debe prepararse para tal desvelamiento.. De aquí el trabajo sobre el corazón. Hemos visto la mística de los Ejercicios en éste blog y los trabajos sobre el corazón que tienen que empezar por el trabajo sobre la afectividad, a través de la sensibilidad, de la imaginación y del conocimiento. Por ello, y/a lo largo del recorrido encontramos una variedad de ejercicios que van en la ordenanza primero, y transformando después, el agua agitada de los afectos, empezando por las capas más exteriores de los círculos concéntricos sobre los que se actúa simultáneamente, a saber: 
1/. Círculo de la exterioridad: el cuerpo. El cuerpo interviene en restricciones: En oscuridad o claridad según el tema en que se medita o contempla; en el dominio de la palabra y de la vista; sobriedad en el comer y en el dormir; austeridad sobre el cuerpo para adiestrarlo a la adversidad,.. Asi, los sentidos se ponen en funcionamiento, se agitan, perciben que algo está sucediendo y se confían o ponen resistencia a aquellos ejercicios de oración: la variedad de posturas, la elección del lugar, del tiempo, la perseverancia en ajustar la hora completa de oración.
2/. El siguiente círculo hacia la interioridad viene dado por los diferentes resortes del psiquismo: imaginación, memoria, entendimiento y voluntad (que aparece en los Ejercicios). También el subconsciente es convocado para que utilice y ejercite las facultades sobre las que tiene una progresión profunda a lo largo de las secuencias de consideración-meditación-contemplación-coloquio, (y por el otro), la polaridad conocimiento-entendimiento- amor (voluntad), ambos necesitan ser estimulados a través de la memoria y de la imaginación. El conocimiento se nutre al principio por el ejercicio del entendimiento en los ejercicios de consideración..  (Principio y Fundamento).. Poco a poco el entendimiento va pasando de ser analitico a ser cada vez más intuitivo, (y así), junto con la ayuda del punto de referencia y la aplicación de los sentidos, se va haciendo cada vez más contemplativo y cada vez más interno. Esta interioridad es la que se va acercando al lugar del corazón, donde el conocimiento se encontrará con el amor. De éste modo, el conocimiento interno se va convirtiendo en aquel sentir que va unificando los alectos, el primero de los cuales es el motor de Todo éste movimiento que va abriendo el lugar del corazón, (el tercer y último círculo de la interioridad), es aquel donde se producirá la revelación y donde brotará el acto de la elección. Por ese movimiento de contracción, se dará paso al proceso de interiorización. Por el movimiento de dilatación, se producirá el acto de elección. El corazón es un "espacio", un espacio nido, que alberga al espíritu y que acoge la manifestación del Espíritu. Esta manifestación nos indica el propio camino de dilatación, que a la vez será de máximo alojamiento. Así, la interioridad y exterioridad también se unifican en lo que llamamos la vocación personal. La experiencia iniciática de los Ejercicios conduce a ésta cámara del tesoro, por los laberintos del psiquismo humano, y/a través de los tres círculos concéntricos, cada vez más íntimos, más internos, llegando finalmente a alcanzar el Centro del propio ser, donde se nos descubre nuestra identidad, aquella para la que cada cual ha venido a la vida terrenal. 
Cuando el Espiritu se manifiesta directamente a nuestro espíritu, se produce la elección en primer tiempo, en el que entendimiento y voluntad han quedado unificados en un único movimiento de atracción: nuestro Dador mueve y atrae la voluntad que, sin dudar, el alma devota sigue a lo que le es mostrado. La elección en segundo tiempo está próxima a éste lugar del corazón, pero todavía no se manifiesta en su punto central: Cuando se toma esa claridad y conocimiento por la experiencia.. la claridad y el conocimiento no son totales porque las consolaciones y desolaciones están todavía en la periféria al centro más intimo. Todavía no hay unificación completa. En cuanto a la elección en tercer tiempo ésta se manifiesta aún más alejada del centro. Más tarde cómo cada uno de estos tres tiempos de elección corresponden a un estadio diferente de la vida espiritual; el paralelismo que también se puede establecer son tres vías.
En el lugar del corazón (como receptáculo) y del espíritu (como su tesoro contenido), el conocimiento y amor están unificados en un común sentir. Los actos del entendimiento y de la voluntad que brotan de allí tienen una cualidad muy diferente que los que se ejercen desde el psiquismo o «alma racional» (segundo circulo concéntrico). El recorrido de los Ejercicios que se retiene en este segundo nivel provocará languidecer: se oirán las fuentes, pero no se tendrá acceso a ellas; no se saciará la sed y acabará viniendo el pasmo-corazón y el lugar del sentir interelaciona y se unifican la mistica del conocimiento y la mistica del amor o de la voluntad. Ya no podemos prescindir de lo que está unido en su raíz, a su núcleo más íntimo: la revelación de la voluntad de Allah para cada uno es, (al mismo tiempo), una experiencia intensificada de conocimiento-amor. Ambos son convocados en el corazón, lugar-estado de la revelación, y ambos son transformados en el espíritu, incrementando la semilla de la iluminación. A partir de éste camino de transformación interior propio de la mistica y de los Ejercicios, A través de las diversas etapas, los afectos y el conocimiento van siendo trabajados los diferentes modos, hasta llegar al momento de la eleccion, en el de la donación. Veremos cómo el conocimiento se va iluminando por el descentramiento sucesivo del amor, en la medida en que la pulsión de apropiación del ser humano se va transformando en desapropiación, como ofrenda sucesiva (vaciado), que es el camino hacia la iluminación. 
Llegados a éste punto, la distinción entre el espíritu (sirr) y el corazón (qalb-cardía) es muy sutil y difícil de precisar: «Lo que es nombrado como espíritu es la energía de éste espíritu, suscitada por los razonamientos y pensamientos. Pero el espíritu también es una potencia que pone en obra estos pensamientos, la cual (obra) es llamada el corazón por la Escritura. Para tratar de clarificar esta diferencia, habría que decir que el corazón es el lugar, el espacio, el centro, el órgano, la fuerza interior unificadora e integradora de todo el ser humano. Por el contrario, el espíritu sería una parte más delimitada del hombre, concentrada en la función del conocimiento espiritual. Podríamos decir que el espíritu es el «órgano» de éste conocimiento, es el «órgano» de la visión celestial. Los ojos del espíritu son los que abren las puertas del corazón. Es decir, que los «ojos» pertenecen al espíritu, mientras que el corazón tiene unas «puertas» que abren el espacio interior y escondido, en el cual los ojos del espíritu ven la Luz de Allah. Al decir que el espíritu recibe y contempla los signos divinos que Allah inscribe en el corazón.. Es decir, que el espíritu es el que lee, porque él es el que tiene la conciencia del conocer, mientras que el corazón es el lugar, el lienzo, la tabla donde la Luz divina deja sus trazos para que el espíritu los pueda contemplar e interpretar. En algunas ocasiones, el espíritu parece estar confundido o identificado con la razón, la tercera potencia del alma: «A través del corazón, que es la más importante de nuestras potencias interiores, el espíritu se convierte en el alma dotada de razón que hay en nosotros». Pero lo que especifica el espíritu respecto de la razón es que el espíritu se puede ver a sí mismo como reflejo del Dador: «Renovado por las virtudes, el espíritu, bajo la acción del Espíritu de Allah, descubre en sí mismo la huella de la imagen divina y, de éste modo, comprende la inexpresable belleza espiritual de su semejanza respecto del Maestro Creador y hace suya la riqueza de la sabiduría de la fe interior, que se instruye y se enseña a sí misma». Dijo un asceta: "El hombre tiene que estar dispuesto para dejarse llevar por todo tipo de contemplación deliciosa, espiritual y amada por Allah". La atención a la limpieza de corazón es obra de la atención y que el espíritu permanezca en el interior del corazón es obra de la oración. Hay que vigilar el corazón. Una vez que el murid ha conseguido vencer las pasiones mundanas más groseras y evidentes, todavía debe disponerse a un segundo combate: la lucha contra los pensamientos. Se trata de un trabajo mucho más sutil y austero. Gracias a la victoria sobre las pasiones del cuerpo, el murid se hace impasible; pero es preciso que vaya más lejos y que, gracias a la victoria sobre los pensamientos del alma, alcance una paz, una serenidad, una dulzura, una mansedumbre aún más profundas que las de la impasibilidad. El movimiento de renovación pone todo el acento en éste combate contra los pensamientos que asaltan al corazón: "La atención debe ir inseparablemente ligada a la oración y aún más profundamente en el dhikr"... "Si, gracias a la atención, conservamos pura la oración, entonces progresaremos". Porque para el murid, la victoria sobre las pasiones del cuerpo sólo le deja a medio camino, a las puertas del verdadero conocimiento. Únicamente gracias a la vigilancia del corazón podrá el espíritu recibir la revelación de la Luz divina y alcanzar la total plenitud del ser espiritual y humano.

Assalamo aleikum. 

PD. Shaykh Ahmad Salah As Sufi


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