lunes, 9 de agosto de 2021

LA INDIVIDUACIÓN MANIFIESTA. (Material de analítica a Nietzsche.)

LA INDIVIDUACIÓN MANIFIESTA. (Material de analítica a Nietzsche.)

El principio de individuación es tan esencial que, suponer que éste principio constituye una tragicomedia, y significa que lo trágico marca sólo al Occidente con signos peculiares para todos los universos. Algunos (que perciben lo invisible) han intentado penetrar en el misterio del "descenso del hombre" en ese proceso. De hecho, el alcance del principio de individuación es tal, que nuestro impulso nos lleva a identificar entre lo real y lo individual como una fuente de la negación de las cosas, y se denuncia usualmente la concepción judeo-cristiana del creador personal como responsable de esa negación teológica, proclamando la "muerte de dios" y pasando a la antropología por la teología. Pero ahi sobretodo, igual que nos parecia que con el principio de individuación se pierde de vista lo que han descrito las cosmogonias narrativas del sistema que nos han impuesto, también aqui, en el conjunto de la gnosis y las tradiciones abrahámicas, la llamada teologia negativa (anth) pasa deliberadamente en silencio.. Seria muy grave perderla de vista.
Descubrimos la presuposición tácita que permite afirmar un eslabón esencial entre la idea del dios personal y la negatividad del "yo" concebida como originaria, como inherente a la idea misma del "yo", que seria "la forma extrema en la actividad de la negación", así pues, la fuente primordial les depara en nihilismo (de alguna manera, en un tecnicismo). Por el contrario, nosotros planteamos que esta negatividad no es de ningún modo originaria, ni de ninguna manera inherente al "yo" y lo transfiere al estar en conexión con la divinidad, dado que es la condición presente del alma-ego, condición que es aquella misma de su existencia en éste mundo y que no es para nada el resultado de una catástrofe. Es lo que han expresado todas las antropogénias y psicogónias narrativas de la gnosis. No es el "ego" lo que constituye la tragedia, sinó su mutilación compensada por una inflación enfermiza, y por ende, su "descenso" en éste mundo. Esto es lo que expresa el sentimiento del exilio (tan vivo en la teosofia judia y en la tecnoliante crística): la "desmesura" está entre lo que el alma, (el ego), es ahora, y a lo que el alma, (ego), se siente destinada en virtud de un origen preexistencial que ella misma presiente. Las epopeyas misticas mejor conocidas, aún en los sistemas místicos traducen esta protesta como desmesura. (Ya que no hay una medida común entre su estado actual y/a lo que ella está destinada a ser). Es la misma tragedia que siempre cuentan las epopeyas misticas y las teosofias. Pero por ventura, ésta tragedia del alma, (donde el mundo del Alma es el lugar), sería inconcebible si ella no fuera también una aventura divina, o más bien intra-divina, la cual tiene lugar y (encuentra) su lugar en la divinidad misma. Lo mismo pretende y delimita la teología comparativa, y la razón por la cual el dios personal nos mira todavia, (es decir), nos debe constar eso ahora y siempre.

Por así decirlo, la persona es propiedad divina, aunque la forma personal, no es ella misma un absoluto original; ella es el resultado etemo de un proceso eterno en la divinidad. Sin embargo, como resultante eterno de un proceso eter-nal, ella es al mismo tiempo derivada y originaria. Si uno medita éste secreto, uno comprenderá que el personalismo no es de ninguna manera la fuente teosófica que funda la teologia negativa planteando precisamente la diferenciación entre el Ser Absoluto y el personal.. De hecho, es una teología carente de teosofia que delibera sobre un "dios ausente", "objeto de una especie de nostalgia impotente de la conciencia desgraciada", como bien lo dijo nuestro maestro Sharif sidi Muhammad al-Ghalli, refiriéndose explicitamente a éstas ideas Occidentales: "Nos habria gustado que ellos consideráran - al menos secretamente - que Él pueda ser considerado - como nosotros lo conocemos aquí, en el Islam interior, y le hubieran permitido fusionarse junto con ellos a un hecho primero y primordial que tenemos la costumbre de designar por ésta palabra.. "Kum", nuestra presencia en el espacio como un participio pasivo que supone un "rosario argentis", a saber, el que lo absuelve todo haciendo de él - el Absoluto de toda determinación; quedando por absolver lo absoluto de esta indeterminación misma. 
Estas observaciones podrían evitar muchos malentendidos. 
La tesis que plantea que el advenimiento del dios personal de las "religiones del libro" (de los tres grupos abrahámicos) constituye la "primera muerte de dios", es necesario oponer el acto de conjurar esta "muerte de dios" y que no consiste en borrar el dios personal delante del Absoluto suprapersonal, sinó en comprender que la auto-generación del dios personal (engendrándose del Absoluto), se expondría a la indeterminación de éste Absoluto, y que no es la muerte, sinó la eternidad de dios.. Esto consistiría, en que el ego humano, perdiendo de vista para siempre su negatividad fundamental, entraría "en un proceso activo de totalización", una totalización que desembocará en "la hegemonía del principio de individuación". Entonces, la historia es divinizada y el hombre es colectivizado y religado". 

Nos parece en efecto que, para que el hombre sea colectivizado, es necesario que se derrumbe (a todos los niveles) la muralla de la persona con la monada individual. Es precisamente, cuando el ego como tal, es denunciado como una ilusión, y cuando no vemos bien como puede resistir a la colectivización, aún así, se nos define esta ilusión en relación a un "Sí" mismo suprapersonal.. Y para que la historia sea "divinizada" es necesario que los agentes que hacen esta historia y los eventos de esta historia sean percibidos bajo una dimensión única, una unidimensionalidad, un paso trascendente de la persona en cada persona respectiva y dimensión, porque negar todo ésto, que es fácilmente perceptible, es una manifestación de un principio de rivalidad.
Allah afirma todos los atributos de esencia, de operación y de perfección, que le parecen convenir al concepto de la divinidad. Todo atributo humano está subliminado al final. Eso es lo que se llama (entre nosotros) un sueño que no te mueve al despertar.

Convengo en que los teólogos escolásticos agitaron muchísimas cuestiones impertinentes, pero esa montaña ya no contiene ningún oro.
Evidentemente la filosofía está carente de gracia y los ilustres pecados son testigos tenebrosos de la maldad y del veneno más seco mezclado con el cuerpo frío del propio pecado.
El conocimiento de los verdaderos principios nos proporcionan la ventaja de la paciencia con la razón misma para la perfección y nuestra felicidad. 
Parece que nuestro hábil autor (Nietzsche) pretendió hacer desaparecer lo que hay en nosotros, pero al considerarlo rigurosamente, hemos advertido que sus percepciones son pneumáticas (πνευματικός--aire presurizado) de poca utilidad. (De ejusdem generis vero, quod est caelum ad oculos et ad universum justify).

Assalamo aleikum. 

PD. Shaykh Ahmad Salah As Sufi.