sábado, 25 de diciembre de 2021

DIMENSIONES.

DIMENSIONES. 

Inicialmente, el místico no necesita ser un personaje heroico o un protagonista famoso y principal para construir un término conmovedor sobre dimensiones. 
La personalidad y adab no es solo el resultado de la grandeza de ese personaje, sinó un todo en la armonía entre el ser humano y su destino. 
Un maestro místico puede entrar en conflicto con el mundo que lo rodea, y ese mundo, será demasiado estrecho y demasiado hostil para la tarea que se le asignó al nacer, y se sentirá asfixiado en esa prisión material y generadora de vasta incomprensión. 

PRIMERA DIMENSIÓN.
Esto surge todo el tiempo y en todas partes en relación a una gran figura que no encuentra su medida y expresión. Sin embargo, lo trágico también surge cuando una naturaleza promedio o incluso frágil se ve impulsada por un destino extraordinario y es envuelta en responsabilidades personales que la oprimen y destruyen, y esta forma de lo trágico me parece la más conmovedora, desde el punto de vista humano. Porque el ser humano extraordinario busca inconscientemente un destino extraordinario; según su naturaleza supra-dimensional, y es orgánicamente capaz de vivir heroicamente de forma "atípica". Desafía al mundo con las demandas inherentes de su carácter. Por lo tanto, al místico, (después de todo), todavía se le culpa de su sufrimiento, porque la misión para él se manifesta en una extrañeza y alejamiento que las sociedades no pueden comprenden ni se esfuerzan por entender. El destinatario anhela místicamente esta prueba de fuego como un impulso contra el torbellino. Se impulsa como la gaviota entre el mar imperioso y bravio que lo impulsa cada vez a lo más alto. El carácter mediocre de algunas personas, por el contrario, y su propia naturaleza, exigen de esa existencia pacífica, que se sienta realmente en la necesidad de tensiones y conflictos débiles, cuando él prefiere vivir tranquilo y en la sombra, resguardado de los vientos y con temperaturas leves. Por eso se defiende, aunque no tiene miedo, y si huye, es para evitar algún problema que lo arroje en medio del tumulto. Una forma sutil, es la indiferencia, (estar pero no estar). El no anhela responsabilidades históricas; al contrario, no busca ese sufrimiento efímero; ésto, se le quiere imponer. Es forzado por factores externos a ser mayor que su medida. 
En cuanto al sufrimiento del hombre mediocre, por carecer de la visión clara, me parece menor que el sufrimiento patético del verdadero depredador, y es quizás aún más devastador, porque el hombre común debe soportarlo solo; y no tiene, (como el místico), la feliz salvación de convertir su soledad en obras de formas duraderas.

SEGUNDA DIMENSIÓN.
Sin embargo, en ocasiones, el ser humano mediocre consigue dar la vuelta al destino, que lo aparta violentamente de su propia mediocridad, en respuesta a una exigencia personal. En éste sentido, el camino que recorre es poco interesante durante algunos años dentro de una esfera de extravagancia. Nunca va más allá del término objeto, ni en relación con el bien ni en relación con el mal: es un alma tibia, un personaje mediocre que, desde el punto de vista, sufre una hipóstasis y ya no juega ningún papel extraordinario. Se ha resuelto en un cadáver andante en su mundo de fantasía y juego; está despreocupado viviendo de esa manera fosilizada.. como miles de personas en todos los tiempos. No tienen una conversación, ni amistades, ni amor, ni tan siquiera la sonrisa les acompaña; aunque vayan cubiertos de adornos de oro. No hacen visitas, ni son generosos en recibirlas y son mezquinos con las limosnas; y, finalmente, se acuestan tranquilamente en una cama para morir, sin haber experimentado verdaderamente el espíritu de su tiempo y preguntándose ¿qué es la muerte? y ¿para dónde irán?. Ya recibirán un bonito y solemne funeral. Después, (sin embargo), desaparecerán de la memoria de la humanidad y solamente una lápida con inscripciones frías e impersonales se posará en la vista del guarda del cementerio. "Aquí yace su grandeza, pero su alma vivió estancada". Nadie sabía quién era realmente.. ahora es la tumba con el número 1428.

TERCERA DIMENSIÓN.
No sienta el lector la coacción de conocer su medida, y no tenga la curiosidad de cuestionarse a sí mismo antes que lo haga el destino. Dejen que sus habilidades permanezcan intactas dentro de ustedes, hasta que las verdaderas inclinaciones comiencen a desvanecerse, y vuestra fuerza a debilitarse como los músculos que nunca han sido utilizados, antes de que la verdadera necesidad de defensa les endurezca. El personaje mediocre anterior, del "sí mismo" emergió para ser todo lo que podría ser y no fue.. quizás imaginaba y también suponía, pero no buscó lo que tenemos que buscar. Para ellos, el destino tiene un instrumento de castigo que es la miseria espiritual en relación con los valores trascendentales. Así como un restaurador/a, para poner a prueba su fuerza creativa, a veces busca de forma intencionada un tema de apariencia simple en lugar de uno prácticamente complejo, así el destino ocasionalmente busca a un héroe insignificante para demostrar que es capaz de imponer una mayor presión. Es una trama frágil, que va construyendo una gran tragedia.. la de un alma débil y apática. ¿Quién es el héroe ahora?..¿Con qué riqueza imaginativa y en qué dimensiones extraordinarias se inserta la historia de éste ser humano mediocre con su drama?.. ¡Qué ingeniosamente son contrarrestados los principios que rodean a éste protagonista originalmente poco fructífero!. 

CUARTA DIMENSIÓN.
¡Pródigo!, llena la botella con todos los dones de la riqueza Suprema; que además, te otorga un corazón despreocupado, y no te pregunta por el precio de estos bienes. Durante años, ese corazón ha mantenido un organismo sin caricias, hasta que todos sus sentidos se pierden, y se vuelve cada vez más desatento. Sin embargo, tan rápidamente como baja el dedo de las alturas, el destino deja caer su terrible dureza.. lentamente.. melodramáticamente, se le ponen cara a cara con los contrastes extremos. La casa agradable pasa a ser una celda humillante. No hagas de tú casa una tumba. 

QUINTA DIMENSIÓN.
Y éste pequeño corazón, repentinamente será sorprendido por los mimos.. pero no comprende a qué apunta ese extraño poder; siente solamente que algo fuerte le está apretando, algo de fuego sobre carne asada; éste es ingenuo, inerte y ajeno a cualquier sufrimiento.. se defiende y se resiste, intenta escapar y trata de escapar del desfibrilador. Sin embargo, el equipo no se rinde y hasta piden una mayor tensión, para extraer la última posibilidad de su trama atenta.. ya viene la suelta que hasta ha transformado al alma suave y frágil en fuerza y ​​dignidad, hasta que ha sido extraída toda la grandeza que se escondía en ese alma. Después de todo, se despierta de su sufrimiento y reconoce la transformación. Siéntete justo, ahora que su Poder eterno está llegando, y que algo nuevo y grandioso está comenzando dentro de ti, (lo cual), sin tal prueba pasada, en aquella puerta escavada en el suelo, ésto no habría sido posible. 

SEXTA DIMENSIÓN.
"Sólo a través de las pruebas se sabe realmente quiénes somos": estas palabras, en parte altivas, en parte conmovidas, de repente salen de los labios con sorpresa. Me viene a la mente la sensación de que, con éste alojamiento, la existencia mediocre será sólo un ejemplo para el futuro donde todos serán musulmanes. Y bajo esta conciencia de un deber mayor, su carácter adquiere proporciones que lo elevan por encima de sí mismo. Poco antes de que los restos mortales sucumban, tiene que completar la llave maestra de la fe, porque en la hora final, en su último momento de vida, ser mediocre y no tenerla es una forma fácil y trágica de volverse contra su destino.

SEPTIMA-SUPRA-DIMENSIONAL
La palabra dimensión, como la mayor parte de los vocablos que describen el espacio o el movimiento a través de él, tiene muchas interpretaciones. Y creo que, a estas alturas, ya las he oído todas. Como vemos las cosas en imágenes espaciales, tendemos a describir muchos conceptos, incluso del tiempo y el pensamiento, en términos espaciales. Esto implica, que muchas de las palabras que guardan relación con el espacio tienen múltiples significados. Y cuando somos de emplear estas palabras con propósitos técnicos, los usos alternativos de las palabras pueden hacer que sus definiciones resulten confusas.
La frase supra-dimensión es especialmente desconcertante, ya que incluso cuando aplicamos esta palabra al espacio, ese espacio está más allá de nuestra experiencia sensible. Las cosas que son difíciles de visualizar resultan en general todavía mas difíciles de explicar. Sencillamente, no estamos diseñados [desde el punto de vista fisiológico] para procesar más de tres dimensiones espaciales. La luz, la gravedad y todos los instrumentos que tenemos para hacer observaciones presentan un mundo que parece contener solamente estas tres dimensiones espaciales.. pero no es así. 
Existen otras que no percibimos directamente, las llaman dimensiones extraordinarias, algunas personas temen que, al tratar de captarlas, les dé dolor de cabeza. Por lo menos esto es lo que dijo un presentador en una entrevista. En todo caso, lo que amenaza con ser molesto no es pensar sobre las supradimensiones, sinó tratar de explicarlas. El intento de definir y hablar de un mundo de dimensión superior conlleva inevitablemente algunas complicaciones.

El pensar sobre las dimensiones es una cosa completamente distinta. Somos perfectamente capaces de considerar su existencia. Y cuando usamos la palabra "dimensiones", tenemos en la mente ideas muy precisas. Así que antes de dar un paso más o de explorar cómo algunas ideas nuevas se adaptan muy bien a nuestra visión del universo (nótense las expresiones espaciales), explicar las palabras dimensiones y supradimensiones y lo que pensamos decir con ellas cuando se utilizan más adelante. Pronto veremos que, cuando hay más de tres dimensiones, las palabras sobran. 

¿QUÉ SON LAS DIMENSIONES?

El manejar espacios que tienen muchas dimensiones es, (de hecho), algo que el mundo hace a diario, aunque es verdad que la mayoría de nosotros no lo interpretamos así. Pero consideremos, por ejemplo, la cantidad de dimensiones que intervienen en los cálculos que hacemos cuando tenemos que tomar una decisión importante, como comprar un piso, (p.ej.). Podemos sopesar su tamaño, los colegios que hay cerca, la cercanía a lugares de interés, la arquitectura, el nivel de ruido.. y así una lista de suma y sigue continúa. Hay que elegir la mejor opción en un contexto multidimensional, enumerando todos los deseos en base a las posibles necesidades.

El número de dimensiones es el número de magnitudes que necesitamos conocer para fijar completamente un punto en un espacio. El espacio multidimensional podría ser abstracto, como el espacio de cualidades que uno busca en un piso, o podría ser concreto, como el espacio físico real que vamos a considerar dentro de un momento. Pero al comprar un piso, podemos pensar que el número de dimensiones es el número de magnitudes que reflejaríamos en las entradas de una base de datos, (es decir), el número de magnitudes que consideramos que merecen ser investigadas.

Un ejemplo más objetivo aplica el concepto de dimensiones a las personas. Cuando tildamos a alguien de unidimensional, (de hecho), tenemos en mente algo muy concreto: que a esa persona sólo le interesa una cosa. Por ejemplo, podemos describir a Eli, que no hace otra cosa que ver novelas turcas en la televisión, con un único dato. Si quisiéramos, podríamos representar éste dato señalando un punto en una gráfica unidimensional: la afición de Eli por ver estos programas, [por ejemplo]. Al dibujar esta gráfica tendríamos que especificar las unidades para que los demás comprendan qué significa la distancia a lo largo de éste único eje. 
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Generalmente pensamos que las causas preceden a sus efectos. Es natural intentar explicar el universo apelando a la situación de épocas cósmicas anteriores. Pero incluso, si pudiéramos explicar el estado actual del universo en términos de su estado hace millones de años, ¿realmente hemos conseguido algo, excepto hacer retroceder al misterio de millones de años?. Porque seguramente querríamos explicar el estado de esos millones de años en términos de algún estado aún anterior, y así sucesivamente. ¿Terminaría alguna vez ésta cadena de causa y efecto?. La sensación de que por "algo debe haber comenzado todo" está profundamente arraigada en la cultura Occidental. Y hay una suposición muy extendida de que éste "algo" no puede estar dentro del alcance de la nuestra investigación científica; debe ser en algún sentido sobrenatural y por encima de las diferentes dimensiones. Los científicos, según el argumento, podrían ser muy inteligentes para explicar esto y aquello. Incluso podrían explicar todo dentro del universo físico. Pero en algún momento de la cadena de esa explicación, llegarán a un callejón sin salida, un punto más allá del cual la ciencia humana no puede penetrar. Este punto es la creación del universo, como un todo, el origen del mundo físico.. y repetimos.. ¡Allah Hu!.
De una forma u otra, se ha utilizado a menudo como evidencia de la existencia de Allah. Por todo lo largo de los siglos, ha sido refinado y debatido por muchos teólogos y filósofos, a veces con gran sutileza. El enigma del origen cósmico es probablemente el único aspecto en el que un científico ateo se sentirá de verdad incómodo. 
Conclusiones: No pueden rastrearse esas dimensiones extraordinarias y en consecuencia tampoco estamos en disposición de poderlas someter a investigaciones, pero eso, no significa que no existan. 

Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi.