viernes, 24 de febrero de 2017

LAS CUATRO SEÑALES

PRIMERA SENTENCIA

El Tasawwuf es el resultado de la acción correcta y el fruto de los estados espirituales más puros: "Quién actúe de acuerdo a lo que sabe, es recompensado por Allah con un conocimiento que aún ignora" (hadiz).
Min 'alämati l-itimädi 'alà l-ámal
Nuqsänu r-raÿäi 'inda wuyudi ç-çálal.
"Signo de que se depende de la acción es la disminución de la esperanza cuando tiene lugar un error".

*La acción , es todo movimiento del cuerpo o el corazón , es decir, es todo cambio tanto interior como exterior.

Cuando esa acción o 'ámal es conforme a la Ley Revelada (Sharî'a), es llamada tä'a, y cuando es contraria a la Sharî'a , se la llama má'sia.

*El 'ámal o acción tiene tres ámbitos:

1. Existe un 'ámal exterior que es toda acción física. Es el ámbito gobernado por la Sharî'a.
2. Existe un 'ámal interior que consiste en orientar el corazón hacia Allah con absoluto desapego. Es una acción regida por la Tariqa o método.
3. Existe un 'ámal esencial que se desarrolla ante Allah y que es la Contemplación (Shuhud). Su ámbito es la Verdad o Haqiqa.

*Para que lo comprendas mejor, puede ser dicho de este otro modo:

1./ 'Amal al- 'Ibada, que consiste en la sujeción estricta a las enseñanzas del Islam, cumpliéndolas con perfección y respetando estrictamente todas sus formalidades. Es el ámbito de las prácticas que debe realizar todo musulmán.
2./ 'Amal al-'Ubudiya, o acción por la que el ser humano se sujeta internamente a su Señor convirtiéndose en lo que es, en Nada en manos de Allah.
3./ 'Amal al-'Ubüda o acción propia de la libertad que resulta del agigantamiento de tu naturaleza en Allah. En esta fase tu percepción es absoluta.

*Lo mismo también puede ser dicho de esta manera:

1./ 'Amal al-Islam, la acción en el seno del Islam, es decir, ajustándose rigurosamente a sus enseñanzas haciendo de la Sharî'a un modelo. Significa que se abandona la volubilidad y la ilusión orientando todo el esfuerzo hacia la realización del ánimo en la sinceridad para con Allah.
2./ 'Amal al-Imän, o acción de la apertura con la que se está exclusivamente pendiente de Allah.
3./ 'Amal al-Ihsan, o acción de la excelencia, con la cual se está en presencia de Allah.

*También puede ser dicho así:

1./ 'Amal Ahl al-Bidaya o acción de la Gente del Principio, que es la acción de todos los musulmanes.
2./ 'Amal Ahl al-Wásat, la acción de la Gente del Centro, que son aquellos que han emprendido el camino del desapego.
3./ 'Amal Ahl an-Nihaya, o acción de la Gente del Final, que son aquellos que han llegado al término de su viaje espiritual.

*En resumen:

1. Con la Sharî'a lo distingues.
2. Con la Tarîqa lo enfocas.
3. Con la Haqiqa lo contemplas.

• ¿Para qué sirve el cumplimiento de todo lo que estipula la Sharî'a?. Sirve para corregir tu mundo exterior (sus apariencias o Dawáhir), es decir, la Sharî'a hace correctas todas tus intervenciones en el mundo, depurando tu acción de todo lo censurable. La Sharî'a prepara tu mundo para Allah.
• ¿Para qué sirve el seguimiento de la Tariqa?. El seguimiento de la Tariqa sirve para corregir tu mundo interior (depura tu conciencia y sus movimientos, los Damäir) de modo que tu intimidad es iluminada por la luz de Allah preparando tú corazón para el encuentro con el Uno.
• ¿Para qué sirve la observación de la Haqiqa?. Sirve para corregir las tendencias del espíritu (orientando tus secretos, o Saräir, hacia Allah-Uno). Es decir, prepara lo más íntimo de ti para Allah.

Hemos dicho:
La sabiduría es el resultado de la acción correcta y el fruto de los estados interiores más puros. Todo tu ser, (y no sólo una parcela de ti,) debe estar despejada para la irrupción de la Verdad.

¿Cuáles son los fundamentos de la corrección de los aspectos físicos (ÿawarih)?.. Tiene tres fundamentos:
1./ Tawba u orientación sincera hacia Allah, de modo que todo tu ser se vuelva hacia El dejando atrás cuanto no sea El.
2./ Taqwa o prudencia ante Allah, de modo que siempre se estará alerta , distinguiéndolo con claridad de todo lo que no es Allah y así el Camino hacia El estará siempre depurado.
3./ Istiqama o rectitud. La rectitud en todo es el sendero más corto hacia la Verdad.

¿Cuáles son los fundamentos de la corrección de los corazones?..
Tiene tres fundamentos:

1./ Ijlas o liberación. La voluntad no debe ser guiada por otra cosa que no sea el anhelo por Allah.
2./ Sidq o sinceridad. Nada debe interponerse entre Allah y tú.
3./ Túmanina o calma. Tu corazón debe relajarse ante Allah: la crispación o los reparos son tus enemigos ante Allah.

¿Cuáles son los fundamentos de la corrección de los mundos interiores (sarair)?.. Tiene tres fundamentos:
1./ Muraqaba o vigilancia. Deberás vigilarte constantemente, evitando las negligencias o los desánimos y modelando tu ánimo en el temple del acero.
2./ Mushahada o contemplación. Estará tu espíritu en Presencia constante de Allah.
3./ Má'arifa o conocimiento superior. La sabiduría se apoderará de ti.

*Todo lo anterior puedes resumirlo de modo más práctico:

1./ Se corrige el mundo exterior apartándose de todo lo que desaconseja el Islam y adoptando todo lo que enseña.
2./ Se corrige el mundo interior deshaciéndose de las cualidades innobles (Tájlia) y revistiéndose con las cualidades de la nobleza (Táhlia).
3./ Se corrige al espíritu rompiéndolo ante Allah . Éste es el Elixir (Iksir).

*Con todo lo anterior, estamos hablando de la acción que debe realizar el sufi en su orientación hacia Allah. Su camino en ese sentido es el de la depuración de los miembros físicos (yawarih), del corazón y el espíritu . Los conocimientos superiores brotan entonces desde su Fuente original, pues el Yo se ha preparado para recibirlos sin limitaciones.

*Ahora bien, debe recordarse siempre que no es correcto dar pasos en falso ni tampoco precipitarse.
Primero, es necesario corregir lo más fácil que es el mundo exterior. No se debe acceder al segundo estadio hasta que no se haya realizado el Islam en todo lo que significa ésta palabra: "incondicional rendición a Allah en todo".
Segundo, es necesario, una vez que el mundo exterior está en calma, asomarse al mundo del corazón, modelándolo para Allah y persiguiendo darle la forma más bella y perfecta. No se debe pretender el último grado antes de haber realizado todas las condiciones que exige la plenitud del corazón, deshaciendo su agitación y sosegándolo.
Tercero, y último lugar, se pasa entonces a la Presencia directa de Allah. Ha sido dicho: "Quién es resplandeciente en sus principios es resplandeciente en sus finales". Éste es el orden justo.

*En todos sus pasos seguirá el ejemplo irreprochable del Profeta. Se trata de la Mutaba'a o seguimiento riguroso del Maestro Ideal (Rasulullah o Nabíullah, el Mensajero) del que el maestro humano (shaykh) sólo es una sombra. La Mutaba'a es el signo más claro de sinceridad y encaminamiento correcto pues implica que se ha dejado atrás al peor de los enemigos, el Nafs o ego, que sólo pretende amoldar la Verdad a sus gustos e inclinaciones.
En sus palabras , actos y estados espirituales el sufi sigue el ejemplo de Rasulullah Sidna Muhammad, sálla llahu 'alaihi wa sállam. Ése es su Camino despejado. El Corán y la Sunna serán sus guías en todo.

*Cuando tu cuerpo sea el de un musulmán y tu corazón el de un sufi, sólo entonces pasarás a la plenitud del sabio ('arif) que recoge su grandeza del Inmensamente Grande, el Dador de Vida. Sólo entonces tanto tu cuerpo como tu corazón resplandecerán con la Luz del que está en lo más profundo, Aquél que a la vez es el Evidente, pues nada existe sin ser sostenido inmediatamente por Él.
Allah es la Verdad, y no hay otra Verdad. En realidad, con cada una de sus acciones el aspirante pretende aprender a reconocer la Verdad tal como se le muestre, pues ha sido defraudado por las apariencias . Sabe que él mismo es el generador de las apariencias: tus miedos y tus ilusiones han creado velos que esconden al Verdadero, y se tienen que descorrer esos velos. Se ha estado (el hombre) entregando a ídolos que lo han defraudado y ahora se ha convertido en pescador de perlas. Para ello debe sumergirse en el óceano que no tiene fondo, el óceano de la Verdad Creadora; y lo hace movido por muchas cosas: por un amor ardiente, por una inclinación natural, por la necesidad de saber, por certezas primitivas en él. Quiere deshacerse de todo lo que le estorba. Y lo que le estorba son los Awsaf al-Basharía, (las Cualidades Superficiales,) las que lo han aislado, y ganar para sí la inmensidad de los Awsaf ar-Ruhanía, (las Cualidades del Ruh,) la profundidad de su Ser. Es decir, desea hacer emerger lo que es más hondo en él para que adorne su existencia exterior.

*La condición, (sin la cual no es posible nada de lo anterior) es el Adab.
El Adab es la cortesía. Sólo la cortesía ante Allah (manifiesta la cortesía hacia todo lo que existe) pues es la llave que abre su Puerta. Del mismo modo que no se accede al corazón de otro ser humano más que a través de la cortesía ( las malas formas hacen que se cierre), por analogía debemos saber que ésa es también la clave para llegar a Allah. A semejanza del amante, sólo la espera respetuosa a las puertas del Amado conduce hasta su Presencia. He aquí que el sufi aprende de sus experiencias el camino por el que llegar a la meta de su aspiración. Su Adab es la reducción de todo a Allah.

*Volviendo al tema, diremos:
El Islam obliga a la acción. El Islam es acción. Quién reconoce la esencia del Islam no dejará jamás de actuar.
El Iman, (fe) es la apertura del corazón hacia Allah, y es contemplación. Quien comprenda lo que significa esencialmente el Iman no dependerá en ningún momento de sus acciones, pues sabe que en el fondo, todo es realizado por Allah.
El Ihsan, (la excelencia,) es estar en contínua presencia de Allah. Quién comprende lo que significa en su esencia el Ihsan no podrá prestar su atención a nada que no sea Allah-Uno.

*El aspirante (murid) no deberá apoyarse en su Nafs o Ego a lo largo de su Peregrinación espiritual (suluk).

Las acciones sirven para doblegar al Nafs, pero el Nafs puede acabar complaciéndose en ellas. Sólo si desvía su atención constantemente hacia Allah, sus acciones serán efectivas. El murid, (en todo momento,) deberá saber que "No hay fuerza ni poder más que en Allah", tal y como enseña el Corán. Por tanto, sus acciones deberán ir dirigidas a perfeccionar su mundo, y jamás deberá convertirlas en metas en sí mismas, pues entonces lo único que está haciendo es crear un nuevo ídolo.

*Se aprende a no depender de las propias acciones cuando se recuerda constantemente que "No hay fuerza ni poder más que en Allah". Es decir, si hace algo correcto, será agradecido (no se mostrará arrogante) y si hace algo mal no se desesperará, (pues sabe que,) en cualquier caso , todo está en manos de Allah, y Él es su meta. Ni tan siquiera es su meta la propia perfección. Su única meta es Allah. Y Allah es el que genera todos los movimientos, Él es el origen de todas las acciones.
El murid deberá descansar contínuamente en Allah. Es de Allah de quién deberá aprender a depender, y no de sus acciones. El Corán dice: "Allah hace lo que quiere. Es Él el que escoge. La elección no pertenece, (en realidad,) al ser humano". Allah es la Verdad, Él es el Verdadero. Todo lo demás no son sino apariencias. Las Palabras sabias del Corán sirven para descorrer los velos. Hay en el Destino consuelo, pero no hay en él justificaciones: el Islam exige el esfuerzo.

*Pero el esfuerzo se torna fácil cuando lo que guía la conciencia es la certeza de que todo está en manos de Allah. Esta certeza libra al hombre del sufrimiento inútil, lo libra de su propio carácter insuficiente, (de su desesperación,) permitiéndole volver a alzarse. Es como si el Corán, (con una de cal y otra de arena,) no pretendiese otra cosa que motivar al ser humano: le exige la acción, pero le dice que es Allah el motor verdadero de todas las acciones.
Si fracasa no es su culpa, si tiene éxito no debe vanagloriarse. Debe fijarse simplemente una meta clara que sólo puede ser la Verdad y poner en ella toda su aspiración.

*Creer en las propias facultades es dar fuerzas al Nafs, al Ego destructor. Es signo de desgracia y miseria. Significa que no se recuerda una certeza esencial: se ha olvidado que todo está condenado a desaparecer .
Del mismo modo, confiar en los prodigios y carismas, (que el desapego hará aparecer,) es signo de que no se ha acompañado a los verdaderos maestros .
Confiarse exclusivamente a Allah es signo de realización del verdadero conocimiento .
Signo de que se confía en Allah, es que la esperanza (raya) que no disminuye por culpa de una insuficiencia en la acción. A la inversa, su esperanza no aumenta por la apariencia perfecta de su acción.

*Puedes decirlo de otro modo:
Su temor no es mayor cuando incurra en una negligencia. Tampoco su esperanza es mayor porque esté en contínua vela (yaqada). Es decir, su temor y esperanza están nivelados de modo perfecto. Su "Jawf" nace de la contemplación permanente de la Majestad de Allah. Su "Raya" nace de la contemplación permanente de la belleza de Allah.
Ni la Majestad ni la Belleza de Allah sufren cambio alguno. Del mismo modo, el "Jawf" y el "Raya" del inteligente no sufren alteración alguna.
*Lo contrario sucede al que está atento en exceso a su acción. La dota de efectividad, y por lo tanto está erigiendo un ídolo. Está cometiendo Shirk, (asociación).
Sólo Allah es efectivo.
Se dice que está sumido en la ignorancia quién se doblega a su Nafs, y descansa en el Nafs, (el ego,) que es la causa de todas las tensiones. El conocimiento de Allah libera de la presión del Nafs. Conocer a Allah es identificar al Verdadero. Cuando el Verdadero es identificado, todo lo falso se disipa.

*El aspirante o murid necesita un maestro que lo libere de las causas de todas sus desesperaciones y angustias.
El Shaykh verdadero es el que te relaja, no el que te agobia. El Shaykh verdadero es el que mata la serpiente que hay en ti.
Quién te recuerde constantemente al mundo inmediato (dunia) te está engañando. Quién te sumerja en Allah, te está aconsejando bien.
El que te guía hasta Allah es el que te hace olvidar al Nafs.
En el Corán está escrito: "Recuerda a tu Señor cuando olvides", (es decir,) recordarás a Allah cuando te olvides por un momento de ti mismo.

*El origen de todo esfuerzo y cansancio es el Nafs. Es el ego el que te fatiga. Si desatiendes a tu Nafs, todo te resultará liviano.
Lo que parece pesado al hombre normal, es ligero para el sabio. El sufi parece que se ha sometido a una intensa disciplina, pero el que es sincero en sus adentros, no está haciendo nada relevante. Está en contínua presencia de la Paz. Su mundo exterior es agitado, pero su mundo interior no sufre los excesos de esa acción intensa. Cumple con rigor lo que le ordena el Islam, pero ya ha llegado a la Fuente de la Revelación y reposa en ella.
Se ha dicho: "El verdadero descanso no se logra sino tras el cansancio". Para que se llegue a la verdadera Paz, el sufi se ha ejercitado con fuerza en todas las acciones loables:
"El camino hacia el Jardín está sembrado de obstáculos".
(Hadiz)

*¡Oh, tú que estás enamorado de lo que significa Mi Belleza!
Mi dote es cara para quién pida Mi Mano;
Un cuerpo agotado,
un espíritu sin aliento,
Pestañas que no prueben el sueño,
Un corazón en el que sólo esté Yo.
Cuando quieras, ¡paga éste precio!
¡Muere! Y que tu muerte sea eterna..
Es esa muerte la que te traerá a Mi vedado.
Quítate las sandalias, si deseas acercarte a mi.
Los dos mundos, ¡déjalos atrás!
Vente así a Mi Presencia Absoluta.
Despeja todo lo que nos separa,
aparta lo que se interpone.
Y cuando se te pregunte: "¿A quién amas?", responde:
"Yo es a quién amo y a quién amo es Yo".

*Es de éste modo como el aspirante debe emprender su Suluk, (su viaje espiritual). Debe despellejarse, y ello es doloroso. Pero la piel que deje por el camino, es (precisamente,) lo que le estorbaba, y lo que no le dejaba descansar en realidad.

*El sufi debe subir seis cuestas:
1./ La primera cuesta es la del destete (fatm o fitam) de los sentidos físicos. Debe abandonar la pereza, y en ello lo adiestrará la Shari'a. Es así como su cuerpo se hará fresco y ligero.
2./ La segunda cuesta es la del destete del Ego (Nafs): consiste en abandonar las rutinas y todas la comodidades en las que se complace la pereza del Ego.
3./ La tercera cuesta es la del destete del corazón. Consiste en desapegarse de las necesidades superficiales.
4./ La cuarta cuesta es otro destete del corazón, que se independiza de toda naturaleza creada para sumergirse en el océano de la Identidad (Dzat).
5./ La quinta cuesta es la del destete del espíritu, que se emancipará entonces de todos los vapores que provienen del mundo formal.
6./ La sexta cuesta es el destete de la razón, que se liberará sólo entonces de todas las imaginaciones ilusorias.
*En la cima de cada una de estas cuestas descubrirá un horizonte nuevo:

1./ En la cima de la primera cuesta descubrirá la sabiduría que proporciona el corazón, sobre los saberes antiguos depositados en el ser humano.
2./ En la cima de la segunda cuesta, descubrirá que se le muestran los secretos que le impedían conocer la profundidad de la existencia.
3./ En la cima de la tercera cuesta, descubrirá las voces que rigen el devenir en el universo creado.
4./ En la cima de la cuarta cuesta, descubrirá las luces descendentes que recogen los espíritus de los hombres y los que alzan a la Presencia suprema.
5./ En la cima de la quinta cuesta, encontrará las intimidades del amor y contemplará sus efectos inmediatos.
6./ En la cima de la sexta cuesta, descubrirá los Jardines prometidos. Aquí será arrebatado a todos los sentidos, y todo lo anterior se disipará ante él y permanecerá su corazón por siempre en la sutileza original. Y se te dará de beber de un licor único, y cada sorbo te hará tener más sed. Cada vez que lo pruebes aumentará tu anhelo y con la ebriedad crecerá tu ansiedad.
(Ayub deTariqa Sufitum Spain)

SEGUNDA SENTENCIA

Capítulo que trata acerca de la "Tajlía" y la "Tahlía"..
-Tasháwwufuka ilá mâ bátana fika min al-'uyûb ..
Tu atención a los defectos que hay ocultos en ti..
Jáirun min tasháwwufika ilá mâ hayaba 'anka min al-ghuyûb..
Es mejor, que tu interés por los secretos que no se te muestran.

La atención o expectativa es interés por algo, un insistente asomo con el que se quiere acceder a algo difícil de obtener en principio.

Tu interés en descubrir los defectos que hay ocultos en ti, como son la envidia, la arrogancia, el amor a la gloria, o al poder, la preocupación obsesiva por la subsistencia, el temor a la pobreza, el ansia de notoriedad, y demás insuficiencias, tu interés por descubrir tales defectos y analizarlos, tu esfuerzo por librarte de ellos, es mucho mejor que el interés que sientes por asomarte a los secretos de la existencia, a los que se llama: ghawâmid at-tawhid, o Vaguezas de la Unidad; pues a ese universo unitario no puede uno asomarse hasta no haberse hecho merecedor y ser facultado por su propia habilidad que lo hace capaz de asimilar correctamente esos saberes sutiles y difíciles.

Y es porque tu asomo a tus defectos ocultos vuelve a dar vida al corazón y te asegura un rango alzado junto a Allah y un placer permanente, mientras que, a éste nivel, tu interés por los secretos del Tawhid no es más que curiosidad, un interés que podría incluso ocasionarte la ruina de tu universo interior al orientarte hacia la arrogancia en lugar de hacerte humilde, haciéndote creer que eres distinto de la gente. Más adelante, el Shaykh hablará de los peligros de éstas ciencias que pueden convertirse en causa de una discordia (fitna) indeseable, (que arrastra al mar de la desgracia).

Has de saber que los defectos o insuficiencias son de tres tipos. En primer lugar están los defectos del ego. En segundo lugar están los defectos del corazón. Y por último, están los defectos del espíritu. Los defectos del ego nacen de la dependencia respecto a las inclinaciones del cuerpo, como el afán obsesivo por procurarse buena y abundante comida, bebida, vestimentas, riqueza, coches, casas y satisfacciones sexuales, y otros semejantes. Estas dependencias obsesivas, esclavizan al ser humano impidiéndole pensar en otras cosas, al ocupar todo su tiempo y agotar sus esfuerzos. Los defectos del corazón nacen de su dependencia de los apetitos cordiales (ash-shahwât al-qalbía), como el amor a la gloria, el amor al poder y la notoriedad, la arrogancia, la envidia, el rencor, etc., todos los cuales producen satisfacciones que complacen al corazón, no al cuerpo. En tercer lugar, los defectos del espíritu son los relacionados con desviaciones que acompañan a los acontecimientos interiores, como el buscar los carismas, y preocuparse por el rango que se tiene ante Allah ansiando uno más elevado (maqam), desviar el deseo hacia los alcázares y las húries del Yannah..
Todos éstos apetitos destruyen la posibilidad de realizarse en lo esencial que es la absoluta dependencia y sujeción a Allah ('ubudía). Esto es lo único que debe mover al aspirante (murid). Lo único que debe preocuparle es satisfacer los derechos de su Señor (huquq ar-rubûbia). Ocuparse en corregir sus defectos, que lo apartan de esa realización, descubrir los intereses que lo apartan de Allah, como sus insuficiencias al nivel del ego, el corazón y el espíritu, y purificarse para servir sinceramente a Su Señor, es mucho mejor para él que los conocimientos ocultos ('ilm al-ghuyûb) que son los secretos de la unidad de la existencia.
A este proceso se le denomina "Tajlía", que significa: (desnudamiento). Sólo una vez completamente desnudo ante Su Señor, puede empezar a revestirse de las cualidades nobles, que son las opuestas a los defectos anteriores.
Ayub.

TERCERA SENTENCIA

A continuación, el autor de las sabidurías nos explica la causa por la que las ciencias son amplias para los llegados y no para los caminantes, y es porque los primeros no se detienen en la contemplación de las luces sino que han rasgado el velo hasta alcanzar la luz de las luces. Lo contrario ocurre con los caminantes que son paralizados por las luces, las necesitan y están poseídos por ellas.

Recordemos que llamamos llegados a los que parten de Allah. Por su lado, los caminantes o viajeros son los que dirigen hacia Él. Y recordemos también, que llamamos luces a lo que genera el conocimiento, para los primeros es Allah mismo, la luz de las luces, mientras que para los segundos la luz es todavía el mundo creado y sus signos.

-Ihtada r-râhiluna iláihi bi-anwari t-tawáÿÿuhi..
Los viajeros se guían hacia El por las luces del enfocamiento..
-Wa l-wasiluna láhum anwâru l-muwwaÿaha..
Mientras que los llegados poseen las luces del cara a cara..
-fal-áwwaluna lil-anwari..
Por lo tanto, los primeros son para las luces..
-Wa há-ulâi l-anwaru láhum..
Y éstos, las luces son para ellos..
-li-ánnahum lillâhi la li-sháy-in dûnahu..
porque ellos son para Allah y no para otra cosa a parte de Él:
-qúli llâhu zúmma dzárhum fi jáudihim yál'abûn..
"Dí : Allah, y después déjalos jugar con sus polémicas".

Las luces del enfocamiento son las luces de la obediencia exterior e interior, mientras que las luces del cara a cara son las luces de la reflexión y la mirada. O bien puedes decir: las luces del enfocamiento son las del Islam (la Rendición) y el Iman (la Apertura), mientras que las luces del cara a cara son las del Ihsan (la Excelencia).
O bien: las luces del enfocamiento son las de la Shari'a (la Ley) y la Tariqa (el Método), mientras que las luces del cara a cara son las de la Haqiqa (La Esencia Unitaria.).  O bien: el primer caso es el de los que realizan esfuerzo y sufren estrechamiento, y el de los segundos es el de los que encuentran contemplación y palabra directa .

La explicación de lo anterior es la que sigue: "Cuando Allah quiere hacer llegar hasta Él a alguien, primero se dirige a esa persona y deposita en ella la luz de la dulzura de la acción exterior que es el Grado de la Rendición. Esa persona comienza a afanarse en actos -con los que busca complacer a Allah- hasta extinguirse en ellos y saborea entonces su dulzura. A continuación, Allah se dirige hacia esa persona inspirándole la luz de la dulzura de la acción interior, que es el Grado de la Apertura, y así, esa persona se esfuerza por alcanzar la pureza de intención, la sinceridad, la calma , la intimidad con Allah y la soledad espiritual aún en la compañía".  Esa persona comienza a afanarse en la depuración de su mundo interior hasta que se extingue en ella y saborea su dulzura hasta el afianzamiento en la vigilancia -estando completamente pendiente de Allah en todo momento-. Esta luz es mucho más grande que la anterior.

A continuación, Allah se dirige a esa persona iluminándola con la luz de la dulzura de la contemplación, y esa persona, empieza a realizar la acción del Espíritu, y ésta es ya la primera de las luces del cara a cara: esa persona es arrebatada por la estupefacción, la perplejidad y la ebriedad. Cuando despierta de su ebriedad y su arrebato y se afianza en la atestiguación (que es más profunda que la contemplación,) existiendo ésta gradación: -shahada, mushahada, shuhud- y reconoce al Rey Enfocado desde el principio, volviendo a la permanencia tras la extinción, a partir de ese momento esa persona es para Allah y sostenida por Allah, y prescinde de la luz en la contemplación, de la luz de las luces. Es más, se ha convertido en pura luz y las luces son suyas - pasando a ser por tanto, maestro - Y es que antes de su llegada.. (cuando necesitaba de guías para su caminar,) pero ahora es libre porque ha alcanzado el grado de la máxima sujeción a Allah y es un 'abdullah. Su apariencia es la sujeción pero su estado interno es el de libertad.
En resumen, el aspirante, mientras camine hacia Allah, se guía por las luces del enfocamiento (él enfoca a Allah y Allah lo enfoca a él), y necesita de esas pistas a las que llamamos luces. Cuando alcanza el grado de la contemplación es iluminado por las luces del cara a cara, y ya no necesita de nada, porque él ya es para Allah y no está para ninguna otra cosa. Los viajeros de la sentencia son los caminantes, los que se inician en la senda, mientras que los llegados son los que están de vuelta y no necesitan de nada.

Al final de la sentencia, el Shaykh anota una aya cuyo comentario es el que sigue: Di: Allah.. con el corazón y el espíritu, y auséntate de todo lo que no sea Él y deja al resto de la gente que jueguen con sus polémicas... es decir, abandónalos a su afirmación de ídolos: pues tú, debes destruir los tuyos.
Ayub.

CUARTA SENTENCIA

Lo más grande de cuanto ha sido depositado en lo más recóndito de los corazones (gháib as-sarâir) -que es el lugar donde está guardado el secreto (sirr) de los seres humanos- es el conocimiento (ma'arifa) de Allah.
Este conocimiento tiene dos partes el conocimiento a través de argumentos (má'arifat al-burhân), y el conocimiento a través de la visión directa (má'arifat al-'iyân), y ahora el autor señala la diferencia existente entre ambos:

-shattaâna báina man yastadillu bíhi aw yastadillu 'aláyhi..
Gran distancia hay entre quien lo toma por prueba y quien busca probarlo..
-al-mustadillu bíhi 'arrafa l-háqqa li-áhlihi..
El que lo toma por prueba da a conocer la Verdad a su gente..
-wa ázbata l-ámra min wuÿûdi áslihi..
y afirma el Orden a partir del ser de su raíz..
-wa l-istidlâlu 'aláihi min 'ádami l-wusûli iláyhi..
La búsqueda de pruebas para demostrarlo se debe a la ausencia de llegada a Él..
-wa íllâ fa-matà ghâba hattà yústadalla 'aláyhi..
De lo contrario, ¿cuándo se ha ausentado como para tener que buscar pruebas que concluyan en Él?
-wa matà bá'uda hattà takûna l-âzâru hiya l-latî tûsilu iláyhi..
y, ¿cuándo se ha alejado como para tener que hacer de los vestigios algo que permita llegar a Él?.

Shattâna (significa: ¿cuán gran diferencia hay entre..?) es alejarse y diferenciarse, y sólo se aplica a la distancia entre ideas (ma'ânî) y no entre objetos sensibles (hissiyât).

Has de saber que cuando la Verdad (al-Haqq) quiso mostrarse acompañada de los secretos de su Identidad y las luces de sus Cualidades, exteriorizó con la capacidad de su fuerza un puñado (qabda) de su luz atemporal (nûr açali).
El poder (qudra) exigió que se manifestaran sus vestigios (âzâr) -es decir, los objetos sensibles sobre los que se ejerce el poder- y que fueran contempladas sus luces (anwâr), mientras que, por otro lado, la sabiduría (hikma) impuso que fuera corrido su velo (hiÿâb) y aparecieran sus cortinas protectoras (astâr).

Cuando el poder ultimó su luz, con la emergencia del universo (káwn), la sabiduría lo cubrió entonces con el manto de la preservación (ridâ assáwn). Los universos (akwân) son luz oculta bajo un velo corrido (nûr fî hiÿâb mastûr).

Allah dividió a las criaturas (jalq) en dos grupos diferenciados. Uno de esos grupos fue consagrado a su amor (Mahabba) haciéndolos gentes de su intimidad (wilâya): y les abrió la puerta y retiró para ellos el velo haciéndoles contemplar los secretos de su Identidad (asrâr adz-Dzât). Los vestigios de su poder no les ocultan a Su Señor.

Al otro grupo lo señaló como gentes para su servicio (jidma) y los asentó en el espacio de la sabiduría (hikma) dejando corrido para ellos el velo de la ilusión (hiÿâb al-wahm) -para que de este modo realizaran su cometido que es manifestar los potenciales que hay en Allah-. Mantuvo ocultas ante ellos la luz de la ciencia (nûr al-'ilm) y la del entendimiento (fahm). Están dedicados a las apariencias de las costras (mazâhir al-qushûr) y no ven las interioridades de la luz (bawâtin an-nûr) a pesar de la intensidad con la que se muestra.

Es absolutamente impensable el que ha escondido su secreto bajo su sabiduría y ha mostrado la luz con su poder.

En cuanto a las gentes del amor (ahl al-mahabba), que son las gentes de la intimidad y el gran conocimiento (ahl al-wilâya wa l-'irfân), que pertenecen al número de las gentes de la contemplación y la visión (ahl ashshuhûd wa l-'iyân), tienen como prueba la luz para llegar a la conclusión de que existen los velos: sólo ven la luz y la Verdad, y a través de ellos intentan llegar al ser (wuÿûd) de las criaturas, pero sólo ven la Verdad, y a partir del poder intentan comprender la sabiduría, pero descubren que el poder es lo mismo que la sabiduría y que la sabiduría es lo mismo que el poder, y en su contemplación de la Verdad dejan de distinguir a las criaturas y se ausentan de la creación, pues es imposible ver a Allah y a la vez algo más.

En cuanto a las gentes del servicio (ahl al-jidma), que se cuentan entre las gentes de la sabiduría (ahl al.hikma), toman como principio para su conocimiento la existencia de las cortinas (sutûr) para intentar llegar al ser de la luz (nûr), toman a las criaturas (al-jalq) como indicios para alcanzar la Verdad (al-Haqq). Están ellos ausentes en la misma presencia (hudûr) de Allah, y es la intensidad de su manifestación la que los priva de vista.

Uno de los sabios, Sh Muhammad al Ghalli "el veraz" dijo: "Allah ha afirmado a la criatura para el común de la gente y por ella afirman al Creador, y se ha afirmado a Sí mismo ante la élite y por Él han afirmado a la criatura".

Enorme es la distancia que separa a quien parte de Él para demostrar la aparición (zuhûr) de su vestigio (ázar) y quien empieza por la superficie del vestigio para demostrar su existencia (wuÿûd).

Quien tiene en Él su prueba da a conocer la Verdad, que es el Ser Original (al-wuÿûd al-aslí), a su gente (ahl), es decir, a quien está preparado para ello (li-man húwa ´hlun lahu) y lo merece.
Ese Ser Original es Allah el de existencia necesaria (wâÿib al-wuÿûd), el Rey (mâlik), el que es meta de la intención humana (ma'bûd). Es así como afirma y da consistencia al Orden (amr), que es el No-Principio del Ser Verdadero (qídam al-quÿud al-haqîqî), a partir de su raíz (asl), que es el Yabarût original sin principio ni final (al-ÿabarût al-aslí al-qadîm al.açalí). Es decir, quien conoce a Allah hasta que Éste se convierte para él en imprescindible (darûrí) y sabe entonces que el Kser (wuÿûd) es Allah sólo, desapareciendo ante él la existencia de todo lo demás y afirma el No-Principio (qídam) a su comienzo y a su final.

O bien puedes decirlo de este otro modo: el sabio da a conocer la Verdad, que es el Ser Original, a su gente, que es Allah. Afirma entonces el Orden, que es la existencia derivada (al-wuÿûd al-far'í) a partir de la existencia de su raíz, es decir, la hace remontar a su origen. Cuando la rama (far') es adherida a su raíz el todo se convierte en Yabarût Original.

En cuanto a quien busca probarlo -para llegar a Él-, lo mueve a ello su distanciamiento (bu'ud) de Allah a pesar de la proximidad (qurb) de su Señor, dándose la circunstancia de su presencia (hukûr) ante Él. Su lejanía es ilusión (wahun) y su ausencia (ghaíb) es falta de entendimiento ('ádam al-fanm).

Si no fuera así, ¿cuándo se ha ausentado Él como para tener que buscarlo a base de indicios?.. Él está más cerca del ser humano que su propia vena yugular (habl al-warîd). ¿Cuándo se ha alejado como para que los vestigios ilusorios (al-âzâr al-wahmía) sean los que conduzcan a Él?.. El Corán dice: "Él está con vosotros donde estéis".

Y es así porque la influencia del poder es la base del vestigio, y el adjetivo (sifa) no se despega del objeto al que describe (mawsûf): el adjetivo calificador -la existencia formal e ilusoria- no tiene más asidero (qiyâm) que su base (el poder) ni tiene manifestación (zuhûr) fuera de él.

El autor dirá más adelante en su Munâÿa: "¿Cómo habría de conducir hasta ti lo que para ser se necesita?..¿Lo que no eres tú podría contar con algo que te mostrara?..¿Cuándo te has ausentado, como para que haya necesidad de algo que indique dónde estás?.¿Cuándo te has alejado como para que los vestigios sean los que conduzcan hasta Ti?".

miércoles, 22 de febrero de 2017

CAMINOS de Reflexión.

CAMINOS.
Reflexión.
¿Qué habéis sacado de vuestra jactancia y obstentación en las mentirosas riquezas y aparentes delicias? --
Un camino más ancho hasta la gehena (infierno).
Nacen en el mundo y después, al tiempo, os confunden de camino y desprecian la verdad que proviene de la Luz, vaciando el corazón por la temporal naturaleza, en donde prevalece la carne y las faltas pesadas, por encima de toda razón. Ninguna propiedad es tan valiosa como la virtud espiritual.. ninguna gota grosera y viciosa tendrá acceso al Paraíso de Gloria. El mundo es un sueño engarzado en la muerte y vosotros no disponéis de un conocimiento principal sobre las cosas del allá.. Los mundanos son necios que no entienden lo que les habla el corazón.. y aborrecen la Luz, prefieren las tinieblas. Se pierden en los vicios y ponderan al mundo material haciendo de tropiezo para los que quieren la genuina virtud de la fe y vida espiritual, colmada de dones, que les aparten de la suciedad de los pecados y se purifiquen para recibir la transformación.
Se conocen a los descarriados por su determinación y hasta llevan escrito es su rostro la propia perdición.. y hasta tienen el hedor perjudicador.
¿A cuantos han apartado del camino de la virtud, para terminar en el peligro eterno?.
El tesoro de la Luz es un camino de perfección y vida eterna; no existen otras tendencias en la Gloria, que salvaguardar aquello que nos fuera prestado y que es para obrar en lo mejor, donde la experiencia desengaña con efecto fructificador. Es mejor servir a nuestro Señor del Universo que al universo entero venerar.. y seguir por caminos seguros, en vez de fracasar. Los carentes de visión no pueden juzgar los colores.
Más vale ser despreciados por el mundano, sirviendo a Allah SWT, que honrados en la vanidad horrorosa y llevados al camino de la perdición.
No quieren creer en la verdad, los huéspedes de éste mundo, porque tan sólo saben de gustaciones materiales y brutales.
La vida mortal se acaba y aumenta la cuenta de la estrecha, que cobra lo que se debe, y no paga, las penas.
Alimenta el corazón, !Oh humano¡ con firmeza y llena en lo espiritual más que el estómago carnal.. trabaja con sana intención para degustar la dulzura Perfecta.
La vida es breve y las penas también son eternas.
Diga el mundo lo que quiera, que de los justos, siempre ellos se mofaron; pero ahora, mira dónde están los condenados y quienes son los que corren por los Jardines Celestiales.
Quiera Allah SWT otorgarnos, el camino del justo (el camino del medio) que ni a izquierda ni a la derecha nos deje desviarnos.
Amin.
Assalamo aleikum.

martes, 21 de febrero de 2017

LA CONTEMPLACIÓN EXCELSA

LA CONTEMPLACIÓN.

Cuando hablamos (de la contemplación) ésta es la que se produce, no por el razonamiento, ni por la consideración de las criaturas, ni aún por órdenes  interiores de carácter sensible que difieren totalmente del estado natural.
Nuestro pensamiento  siempre está acompañado de imágenes, y lo mismo ocurre en la oración, cuando la concentración no es legítima, porque las operaciones sobrenaturales de carácter ordinario se asemejan a las de la naturaleza. Sin embargo, en la contemplación se produce un cambio. Se ha dicho que los actos de la imaginación no son la causa de la contemplación; sin embargo, al menos la pueden acompañar.
Es muy frecuente (en las distracciones) que la imaginación se manifieste y  designaremos como actos constitutivos de la contemplación aquellos que necesariamente pertenecen al estado del pensar en Allah SWT, disfrutar de Él y amarlo; y a modo de distinción, designaremos como actos adicionales a esos actos, distintos de las distracciones, que no son adecuados para la unión, es decir, no son ni la causa ni sus consecuencias. Este término indica que se hace una dicción, ya sea voluntaria o no, a la acción divina. Por lo tanto, recitar un párrafo (durante la quietud espiritual) o darse a la consideración de la muerte, serían actos adicionales, ya que no son esenciales para la existencia de la quietud espiritual en la contemplación.
Todas estas definiciones nos permitirán explicar ciertas abreviaciones del lenguaje que a menudo se permiten los sufíes, de las cuales se han hecho muchas interpretaciones erróneas, y han dado como resultado malentendidos de lo que quedó sin expresar. Así se ha dicho, por ejemplo, que en la oración no hay más actos que la adoración, y que no hay que temer otros estados, mientras que lo que debería haberse dicho era: 'Que no hay más actos adicionales como extremos'. Tomadas literalmente estas frases abreviadas, no difieren de las de los quietistas.[...]
En el camino del corazón éstas frases no son exactas, puesto que en la quietud espiritual, uno no puede pensar en nada. Pero otros no habrían discernido el verdadero valor de la expresión. De la misma manera se dijo: 'Sólo la voluntad está unida', con lo que se quería decir que la mente no aporta ningún razonamiento ulterior y que desde entonces se hace lo olvidado o bien retiene la libertad de producir actos adicionales; entonces parece como si no estuviese unida. 

HAY FLUCTUACIÓN.
La unión mística de la contemplación no tiene el mismo grado de intensidad, pero su intensidad media puede ser la misma durante un período notable de tiempo y demanda mucho menos esfuerzo que la meditación, y cuanto más elevado sea el estado, menor será el esfuerzo requerido, y en el éxtasis no hay esfuerzo de ninguna clase. Se progresa en estos estados paulatinamente.
En la oración el trabajo no consiste en el procurar de la oración misma, la cual sólo la gracia de Allah SWT puede dar, sino, primero, en vencer las distracciones; y en segundo lugar, producir actos adicionales de vez en cuando; en tercer lugar, la supresión del hastío causado por la absorción incompleta y que muy a menudo uno se muestra renuente a perfeccionar por otra cosa.
La unión mística contemplativa tiene que ir acompañada de sentimientos de amor, tranquilidad y alegría.
En la quietud espiritual estos sentimientos no son siempre muy ardientes (aunque a veces) lo contrario es el caso de la embriaguez espiritual.
La unión mística contemplativa va acompañada, y a menudo de una manera muy visible, por un impulso hacia las diferentes virtudes. Este hecho es más sensible a medida que la oración es más elevada. En privado, y lejos de conducir al orgullo, estas gracias siempre producen humildad.

ACTIVIDAD SOBRE EL CUERPO.
Este hecho es evidente en el éxtasis primigenio y entra en su definición. En primer lugar, en este estado los sentidos tienen poca o ninguna acción; en segundo lugar, los miembros del cuerpo están generalmente inmóviles; en tercer lugar, la respiración se atenua; en cuarto lugar, el calor vital parece que  desaparece, especialmente en las extremidades. En una palabra, todo es como si el alma perdiese fuerza vital y actividad motora y todo lo  gana del lado de la unión divina. La ley de continuidad nos muestra que estos fenómenos deben ocurrir, aunque en menor grado, en aquellos estados que son inferiores al éxtasis.. ¿En qué momento comienzan?.. A menudo durante al-Jalwa y la contemplación espiritual, y parece ser el caso que, principalmente en personas con debilidad, se aconsejen por el  Shaykh para evitar postraciones excesivas ..ya  que es opuesto a los movimientos corporales y éste debe reaccionar recíprocamente a fin de disminuir la frustración. La experiencia confirma esta conjetura. Si uno comienza a leer, o mirar a derecha e izquierda, se siente la acción divina disminuyendo; y por lo tanto, se reanuda la actividad corporal; es un medio práctico de poner fin a la unión mística.

EL DORMIR DEL ALMA.
En el éxtasis este hecho es más evidente y también se experimenta en la contemplación real, (uno de esos estados inferiores al éxtasis,) y que es uno de los fenómenos que más han ocupado a los sabios y que han sido la causa de  ansiedades para los principiantes. Los actos que se han denominado adicionales, (que serían de carácter voluntario,) son los que se ven obstaculizados por éste 'dormir', por lo que suele ser un obstáculo en las oraciones vocales y para las reflexiones piadosas.

En resumen:
Por regla general, el estado espiritual elevado (el éxtasis) tiene la tendencia a excluir todo lo que le es extraño y (sobre todo,) lo que procede de nuestro propio esfuerzo. A veces, sin embargo, Allah SWT otorga Su gracia.
En cuanto a la suspensión de la contemplación y de al-Jalwa, (para ciertos principiantes) hay unas reglas de conducta. Si un maestro/Shaykh sospecha que una persona ha llegado a la paroxia (puede decidir) tras el interrogatorio, sobre los beneficios del aplazamiento para otro momento de más fortalecimiento y preparación.. La intención es positiva cuando todo es positivo. Es mejor evitar la amargura y angustia de realizar transiciones en mal estado o cuando no se tenga claridad del sentido de esos elementos que son exclusivamente para Allah SWT.
Las noches de los amantes parten de un tallo frágil hasta ser árboles que surgen a la Luz, crecen y se desarrollan para producir hermosas flores y después abundantes  frutos en armonía.
Hacer todo para Allah SWT y por Allah SWT llegar al acercamiento.
Siempre Allah SWT sabe más y mejor.

Shaykh Ahmad Salah As Sufi

jueves, 16 de febrero de 2017

ARBITRARIEDAD Y SINCERIDAD // JUSTOS Y SABIOS

ARBITRARIEDAD Y SINCERIDAD.
              JUSTOS Y SABIOS.

El medio de la arbitrariedad es la mente (al-‘aql); su lugar es la ilusión (al-wahm); su morada, la duda (al-šakk), conducida por el engaño (al-takalluf) y rodeada por las emociones negativas (al-hawà). Aquel cuya verdadera fe (iman) no se consolida con la comprensión consciente, y las bases de su comprensión aún no amanece con la luz del sol de la certeza; evidentemente, es arbitrario y no es sabio.
La arbitrariedad (al-taḥakkum) impide el acceso a la sabiduría (al-ḥikma). Para los auténticos el camino de la sabiduría es la fe (al-iman); su lugar, la comprensión (al-fihm); su morada fija, la certeza (al-yaqīn), conducida por la felicidad (al-sa‘āda) y rodeada por la voluntad que no se contrapone a ninguna otra voluntad (al-irāda).
El indicio de la sinceridad (‘alamat al-ṣidq) del siervo consiste en que su fe (iman) necesita de toda fe; su conocimiento (‘ilm), de todo conocimiento; su razón (‘aql), de toda la razón. El indicio de su abandono de la sinceridad reside en que se basta a sí mismo o recurre a los demás más que a la Verdad. Bendito sea Aquel que nos proteje de los defectos y de acudir a la gente y nos satisfaga con Su vasto conocimiento. 
Los justos (al-ṣiddiqūn) son aquellos sinceros que aceptan de buena gana Su sabiduría y sinceridad.
Los sabios (al-ḥukmā’) son aquellos que se detienen con sus aspiraciones espirituales (himam) y preocupaciones donde la bondad y benevolencia de su Señor, esforzándose en Su obediencia y alejados de la desobediencia; cuando  entregan un solo respiro a sí mismos, el ardor de Su anhelo les abruma.
Alabado sea Allah por lo que ha revelado u ocultado de Sus gracias, tanto en la aceptación como en el rechazo. Alabado sea Allah por interceder por todo agradecido y conocer a todo negligente o denegado como es debido conforme a la generosidad, gloria, magnificencia de Su rostro, y Le dedicamos todo elogio, alabanza, oraciones, ya que nadie puede abarcar Sus favores y Su grandeza, menos Él. Que las oraciones de nuestro Señor estén sobre Muḥammad, nuestro Profeta, su familia, sus esposas y sus descendientes, con paz unida a toda benevolencia y aprobación en los primeros y últimos tiempos para siempre..Amin

domingo, 12 de febrero de 2017

LOS VENENOS DE LA DOCTRINA

«Lo realmente vituperable (al-maḏmūm) es aquello que Allah SWT y Su mensajero reprocharon. Según la ley religiosa (al-šar‘), son la incredulidad (al-kufr), las emociones negativas (al-ahwā’), los actos de desobediencia y el preferir ésta vida a la vida del más allá. Si Allah SWT beneficia a Su siervo para que la fe (al-īmān) sea su principio; la tradición del Profeta saws (sunna), su manto; la obediencia, su morada, y la renuncia a la vida mundanal, su decisión, significa que Allah SWT le ama.
Para evitar todo lo que Allah SWT y Su mensajero reprocharon hay que evitar seis doctrinas que la religión rechazó; estas son venenos mortales. Es necesario que quien aprende la ciencia religiosa las conozca y sepa distinguirlas.
La doctrina de la imitación vituperable (al-taqlīd al-maḏmūm) consiste en seguir el ejemplo de ulemas que no practican la religión correctamente. La doctrina de la analogía vituperable (al-qiyās al-maḏmūm) consiste, según los compañeros y devotos pasados, en albergar opiniones semejantes a los alfaquíes y sus analogías, pero sin ponerlas en práctica. La doctrina de los impostores (al-takalluf), la cual prohibió Allah SWT, y ordenó a Su mensajero que se deshiciera de ella; según las palabras del Altísimo y Majestuoso: «No os pido ningún salario ni soy un impostor»  (Corán 38:86). La doctrina de la filosofía (al-falsafa) semejante a la doctrina de los lógicos (al-‘uqālā’), que buscan la verdad y no la encuentran. La doctrina del ẓāhirismo (al-ẓāhiriyya) semejante a la doctrina de los transmisores de los dichos del Profeta y de los alfaquíes, pero que no es auténtica. La doctrina del absurdo (‘abaṯ), contra la cual ha advertido el Corán; según las palabras del Altísimo y Majestuoso: «¡Deja a quienes toman su religión como juego y distracción y han sido seducidos por la vida mundana!» (Corán 6:70).   »Estas son las seis doctrinas a las que el siervo está tentado, salvo quien está protegido por Allah SWT y obligado a comprender y seguir (al-tawfīq) el Corán y la tradición del Profeta (al-kitāb wa-l-sunna), viéndose liberado de sí mismo y de sus emociones negativas por orden de su Señor. »Dichas doctrinas pueden dar lugar a preguntas y respuestas con el poder de llevar el conocimiento a la práctica (al-‘amal). »El imitador (al-muqallid) es aquel que, cuando sufre una adversidad, se asusta y se dirige a quienes no son conocidos por su religión, ni por su virtud ni por el razonamiento individual certero que concierne a dicho infortunio; a esto se refiere la imitación. Sin embargo, si hubiera acudido a quienes son
conocidos por su religión, virtud y argumentación certera, estos hubieran sido buenos ejemplos a seguir (al-qudwa wa-l-ittibā‘) según ordena la ley religiosa; esta sería una buena doctrina. »Cuando el siervo se encuentra en un entorno vituperable, expuesto a malos ejemplos (āfāt), eso es la imitación (al-taqlīd), y sus emociones negativas le harán preferirse a sí mismo antes que a su Señor. Sin embargo, si se encuentra en un entorno loable, de bendiciones y dichas, ese es el ejemplo a seguir, una gracia de Allah SWT. »La doctrina de la analogía vituperable (al-qiyās al-maḏmūm) consiste en interpretar una imagen a través de otra, una apariencia (al-ẓāhir) a través de otra, sin fijarse en su verdad.  »Por ejemplo, cuando un hombre que va montado dice a otro que camina: “Tú debes saludarme primero, porque voy más alto que tú”, se trata de una analogía vituperable que no pertenece a los dictámenes de los alfaquíes ni a sus analogías; se opone al Profeta y no es cierta. »Es bien sabido que, según el islam, quien va montado debe iniciar el saludo antes que quien camina, para no dar pie al orgullo ni a la arrogancia. Si dijera: “Saludadme primero, porque yo voy montado y vosotros, caminando”, entonces habría demostrado su orgullo de manera clara. La verdad del asunto es que no debe saludar mientras que está caminando o sentado, porque sería una muestra de falsa humildad. Sólo mediante el arrepentimiento y la modestia se comprende que caminar y sentarse prevalecen a ir montado. Este es el razonamiento y analogía de los alfaquíes, conforme a la religión  y a la razón, al contrario que la otra analogía. »La doctrina de los impostores (al-takalluf) que consiste en que el siervo se encargue de aquello para lo que no está preparado, ya sea dar explicaciones, responder preguntas, establecer conclusiones mediante el pensamiento correcto o cualquier otra obra. Se prefiere a sí mismo, a su mente y a su argumentación más que a los sabios, que son la autoridad de la ciencia religiosa y la práctica. Esto es propio de quienes sólo se apoyan en sí mismos. »Carece de valor preguntar a quien no sabe y también buscan respuestas, sería como preguntar a una persona corriente. Ésta persona pregunta para poder cumplir las obligaciones, mientras que una persona sabia practica lo que enseña, demostrándolo con pruebas que cierran el paso a las falsas interpretaciones. El que busca preguntar para saber, tiene  uno de sus derechos, que  consiste en preguntar hasta haber comprendido.
»La doctrina de la filosofía (al-falsafa) consiste en preocuparse más por la vida mundana que por la religión. Quien sólo se preocupa por la vida mundanal, sin pensar en lo que vendrá después, cree que está en lo cierto y vive según ésta creencia. Muchas personas creen en ello, ajenas a la realidad. Pero quien se da cuenta de que, (si bien es importante preocuparse por esta vida,) es mucho más importante preocuparse por el más allá, comprende que aquella filosofía no es más que falsedad disfrazada de verdad.
»La doctrina del ẓāhirismo vituperable (al-ẓāhir al-maḏmūm) es en la que cayeron Dāwūd ibn ‘Alī y sus seguidores, que sólo tomaron como ejemplo a los hipócritas durante la vida del Profeta y luego a los incrédulos jāriŷíes (al-jawāriŷ) en la época de los compañeros. Dicha doctrina consiste en actuar según una interpretación superficial de un versículo del Corán o de un dicho del Profeta sin estudiar sus antecedentes y sin  verificarlos con los principios, no llegando a distinguir entre el razonamiento auténtico y el falso. Se trata de unos hechos aparentes que no están aclarados, pero insisten en su veracidad y afirman lo que no se conoce. Así como, se ha dicho que quienes siguen el ẓāhirismo vituperable se comportan como perros, porque si se les tiran piedras, corren y muerden, confundiendo a una persona inocente con el verdadero lanzador. Del mismo modo, quienes siguen el ẓāhirismo se ocupan únicamente de lo que han escuchado, es decir, [al-kitāb y la sunna], insistiendo en ello y desatendiendo la jurisprudencia (al-fiqh) y la ciencia religiosa (al-‘ilm).
»Por último, la doctrina del absurdo (al-‘abaṯ) consiste en actuar o hablar sin razonamiento correcto, sin fundamento firme, sin reflexión y sin atender a las circunstancias. No se debería preguntar por lo que resulta obvio y lo que no resulta obvio plantea dificultades. No se permite discrepar sobre algo que resulta claro. Si concerniera a la esencia de la fe, sería incredulidad (kufr), y si concerniera a la esencia de la tradición del Profeta saws, sería innovación (bid‘a).  Por lo tanto, no se consienten la incredulidad ni la innovación, pues van en contra de lo que resulta evidente, desmintiendo y negando tanto la esencia de la fe como de la tradición del Profeta saws. La incredulidad y la innovación llevan a la  reinterpretación de los milagros (ta’wwul al-mu‘ŷizat) y a rechazar los carismas (daf‘ al-karamāt).
»Las seis doctrinas mencionadas tienen dos aspectos externos: uno es la precipitación (‘aŷala), que consiste en apresurarse para enseñar antes de dominar la ciencia religiosa, y otro es la indicación (idlāl), que consiste en demorar la enseñanza una vez que se tienen las cosas claras (al-bayān). También tienen dos aspectos internos: el interés por el liderazgo y la comodidad. El ego (nafs) se inclina a la ilusión, en cambio, la realidad (ḥaqīqa), al conocimiento (al-‘ilm). Si la inteligencia (‘aql) se apoyara en el conocimiento, acertarías, pero si se apoyara en la ilusión, fallarías, la razón se extraviaría, perderías el conocimiento y despreciarías la realidad. Con la desaparición de la luz de la comprensión, se propagarían las tinieblas y surgiría el poder de la luz de la pasión; evitar que suceda depende de Allah SWT que siempre sabe más y mejor.

FDO