jueves, 18 de noviembre de 2021

LA VERDADERA REALIDAD DEL SER HUMANO

Allah Todopoderoso “os ha subordinado lo que hay en los cielos y en la tierra, todo gracias a Él.
Realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona.
Sura 45 (La Arrodillada) verso 13) sin embargo, también ha declarado “¿cree acaso el hombre que se le dejará olvidado?” Sura 75 (del Levantamiento) verso 36). Es decir, que se le pedirán responsabilidades. Allah ha equilibrado el flujo general de la existencia con la libertad y la responsabilidad a través de leyes universales que también atañen al hombre. En la siguiente ayat, Allah Todopoderoso ordena al hombre unirse en armonía con el universo:  “Ha elevado el cielo y ha puesto la balanza para que no abusarais al pesar.” (Sura 55 (Rahmān), versos 7-8).. Por ello, quienes no son conscientes del secreto de nuestra existencia en éste mundo, no pueden vivir en armonía con el orden divino que Allah Todopoderoso ha creado, ya que están demasiado apegados a los placeres terrenales y efímeros. Desgraciadamente, esta gente malgasta sus vidas cayendo en la más abyecta despreocupación e ignorancia. Este secreto está escondido en la realidad del ser humano, que está creado con dos tendencias opuestas, una hacia el bien y otra hacia el mal. Estas tendencias le fueron dadas al ser humano como una prueba divina para separar y diferencias los caracteres, unos inclinados en mayor o menor grado hacia el mal, y otros hacia el bien. Para que el ser humano pueda hacer que sus tendencias positivas dominen su carácter; no son suficientes sus facultades místicas e intelectuales. Si lo fueran, Allah Todopoderoso no hubiera hecho de Adam el primer profeta de la humanidad, ni le habría otorgado las verdades divinas que le guiaron, confortaron y apaciguaron en éste mundo y en el otro. En verdad que todas las facultades místicas e intelectuales del hombre pueden ser fácilmente manipuladas dirigiéndolas hacia el bien o hacia el mal. Una de estas facultades, por ejemplo, es la razón. Es como una espada de doble filo que puede realizar actos tanto indecentes como virtuosos. No podemos alcanzar la mejor forma (ahsanu taqwīm) sin utilizar la razón. Sin embargo, esta misma razón puede rebajar al hombre al estadío de las bestias. Por ello, es necesario disciplinar la mente y sus facultades. Esto sólo puede lograrse con la guía de la revelación divina, (es decir), siguiendo las enseñanzas de los Profetas. Si una persona permite que le guíe la revelación divina, su mente alcanzará verdadera paz. De lo contrario, se desviará del camino y no conocerá otro sentimiento que la ansiedad. Por ello, la mente necesita ser guiada por la voluntad divina. A través de la historia, mucha gente soberbia ha utilizado brillantemente la razón para explotar a otros. Justifican sus fechorías diciendo que era, en ese momento preciso, la acción más lógica y conveniente (lo que Maquiavelo llamaría: razón de estado). Por ejemplo, cuando Hulagu invadió Bagdad y ahogó en el Tigris a cuatrocientas mil personas, no tuvo el menor remordimiento de conciencia. Antes de la llegada del Islam, la gente de Meca solía enterrar vivas a sus hijas, silenciando sus lastimados corazones. A pesar de ser un acto terrible, siguieron haciéndolo hasta la llegada del Islam. Y sin embargo, toda esa gente tenía mentes y sentimientos, pero se movían en la mala dirección, como una rueda que gira al contrario de las agujas del reloj. Estos ejemplos nos muestran que el ser humano necesita guía, dado que está provisto de elementos negativos y positivos en su carácter. Si el hombre no sigue la guía de los Profetas, se desvía del camino recto y se convierte en un criminal que piensa que todas sus acciones son correctas. Una mente sin guía es como una nube negra que ciega la consciencia y bloquea los sentimientos de misericordia y compasión. Allah Todopoderoso envió a los Profetas para mostrar el camino recto y hacernos ver la imperante necesidad que tiene el hombre de esa guía, consejo y de grandes personalidades que los representen. En verdad que la bendición del Islam y la guía del Profeta Muhammad (que Allah le bendiga y le dé la paz) transformaron la crueldad de la gente de  yāhiliyya, (el tiempo de la ignorancia antes del Islam), que enterraba a sus hijas vivas, en misericordia, hasta el punto de irrumpir en lágrimas ante la menor injusticia. Allah Todopoderoso ha creado a algunas personas con nobles cualidades, como es el ejemplo de los califas rectamente guiados. Como hemos mencionado anteriormente, que Allah ha provisto al hombre con tendencias positivas y negativas en continua lucha entre ellas. Este hecho es en sí una prueba. Y así, la más virtuosa de las criaturas, el ser humano, encuentra su lugar entre el estadio más bajo, ocupado por los animales, y el más elevado, ocupado por los ángeles. Encuentra su lugar preciso según su esfuerzo para que sea lo positivo lo que sobresalga a lo negativo en su interior. Por ello, de todas las criaturas, el hombre es el que más necesita la purificación (tazkiyah) y el recto actuar de la instrucción (tarbiyah). Allah Todopoderoso ha dicho en el Corán que una vida alejada de la tazkiyah y tarbiyah  es como la de un animal, incluso puede que más baja:  “Hemos creado para Yahannam muchos genios y hombres. Tienen corazones con los que no comprenden, ojos con los que no ven y oídos con los que no oyen. Son como animales de rebaño o peor aún en su extravío. Esos son los indiferentes.” (Sura 7 (A’rāf) verso 179).  La fuerza y la debilidad del hombre son el resultado de la profunda contradicción que anida en su vida interior y exterior. El hombre ha aceptado esa responsabilidad (amānah) que las montañas rechazaron por temor a no poder sobrellevarla. Estas son las contradicciones que no son fácilmente superables. Ello se debe al hecho de que el hombre posee virtudes que le permiten acercarse a Allah y, al mismo tiempo, puede caer en vicios mortales que le alejan de Él. La gente que no tiene  tarbiyah o paz en sus corazones, alma-cena características animales en su mundo interior. Algunos son astutos como zorros, y otros son depredadores como hienas, otros son tan trabajadores como hormigas, y otros son tan venenosos como las serpientes. Hay gente que te muerde amorosamente, y otra que te chupa la sangre como las sanguijuelas. Los hay que sonríen mientras le están clavando un puñal a su amigo. Todo ésto, son las características de los animales. Toda persona que no es capaz de liberarse de sus aspectos negativos y establecer finalmente un buen carácter, quedará destruida por los rasgos negativos que tenga. Algunos pueden tener solamente una característica animal, mientras que otros, pueden tener muchas. No es difícil para la gente de conocimiento que sabe  reconocerlas; el rostro refleja el interior de la persona. La gente con rasgos positivos en su carácter y la gente con rasgos negativos viven juntos en éste mundo. Por analogía, podemos comparar esta situación a la de una oveja que es guardada en un establo donde hay muchos y fieros animales salvajes, y con los que tendrá que convivir. A veces el mezquino vive cerca del generoso; otras veces el imbécil vive junto al sabio y el compasivo con el de duro de corazón. Los mezquinos no tienen misericordia, son cobardes que se apartan de cualquier tarea que signifique servir a los demás. Los imbéciles no pueden entender al sabio; los crueles asumen que siempre actúan correctamente, pero no cesan, (en realidad), de abusar de su poder. Las personas angelicales viven a menudo junto a los malvados. Los primeros tratan de reconocer la verdad (haqq) y ser buenos siervos de Allah, mientras que los otros viven según sus instintos, pensando que la felicidad consiste en comer, beber, divertirse y alcanzar una alta posición social. Vivir en un mundo lleno de caracteres opuestos es una difícil prueba para el ser humano. Y sin embargo, se nos pide que pasemos esa prueba, no hay más remedio, ya que ese, de hecho, es el verdadero objetivo de esta existencia. Para lograr pasar éste examen, debemos desarrollar un buen comportamiento y eliminar los aspectos negativos que tiñen nuestra personalidad. Debemos, (en una palabra), alcanzar la virtud. El cuerpo humano proviene de la tierra y/a ella ha de volver. Dado que compartimos algunas cualidades con otras criaturas, debemos controlarnos con el tazkiyah y tarbiyah; de otra manera, no podremos escapar del mal del nafs en nuestro interior, ni de que éste debilite nuestro corazón. En el Corán, Allah ha dicho: “¡Por un alma y Quien la modeló! Y le insufló su rebeldía y su obediencia. Que habrá triunfado el que la purifique y habrá perdido quien la lleve al extravío". (Sura 91 (El sol), verso 7-10).. Rumī nos explica el concepto de correcto y erróneo en la siguiente exhortación: “¡Oh viajero de la verdad! ¿Quieres conocer algo sorprendente?.. Ni Musa (a.s.) ni el Faraón están muertos. Viven en ti. Están escondidos en tu interior. No dejan de luchar uno contra el otro. Así, pues, búscalos en tu interior.” Y de nuevo Rumī  dice: No alimentes a tu cuerpo en exceso, pues es una ofrenda que será devuelta a la tierra. Mejor alimenta tu espíritu. Él es el que irá a los cielos donde será honrado. Da a tu cuerpo pequeños trozos de sabrosa comida, pues quien le da demasiado se vuelve esclavo de su nafs, y le espera al final un desafortunado futuro. Da a tu espíritu, comida espiritual; dale pensamientos maduros y una clara comprensión y una consciencia despierta, de forma que, vaya a donde se supone que tiene que ir, que vaya preparado de la mejor forma posible. El nafs sin el entrenamiento espiritual (tarbiyah) se parece a un árbol de raíces podridas. Los signos de su decadencia pueden observarse en las ramas, en las hojas y en los frutos. De la misma forma, si el corazón padece una enfermedad, se refleja en todo el cuerpo en forma de rasgos negativos tales como el odio, la envidia y la arrogancia. Esos rasgos negativos están atados al nafs. La cura para ésta enfermedad es alojarse en la obediencia a Allah. Sin embargo, aquellos que se encuentran en diferentes niveles de comprensión y tienen caracteres diferentes, necesitan la guía de las personas modélicas. No olvidemos que la esencia fundamental de todo carácter es la imitación y seguir la simbiosis (del camino cor-recto) de quien nos ha precedido para mostrarnos la ruta más segura.

Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi. 

lunes, 15 de noviembre de 2021

LATAIF {Latifas} CÓDIGOS del SISTEMA OPERATIVO de la ENERGÍA.

LATAIF {Latifas} CÓDIGOS del SISTEMA OPERATIVO de la ENERGÍA

De la Luz proviene la vida.. y la Luz espiritual brilla en silencio
       (Shaykh Ahmad Salah As Sufi).

Ali ibn Abu Talib dijo: "De hecho, la fe aparecerá en el corazón como un punto blanco. Cada vez que la fe aumenta, el punto blanco también aumenta. Cuando la fe de un siervo es perfecta, todo su corazón se vuelve blanco".

Los Lataif Al-Sita (los puntos de Lataif) en el cuerpo tratan primero con el cuerpo y la psicología del hombre desde su alma y su función es abrir el corazón a mayores profundidades, es por esto que siempre que Allah concede la profecía a alguien. les dice: "Alam Nashrah Laka Sadrak" "expandimos tu pecho", es decir, la profundidad del corazón. En última instancia, el corazón se expande para que finalmente pueda percibir (la palabra aquí es sinónimo de sustento) desde el Arsh (trono) de Allah como lo hicieron los profetas (as), cuya función es permitir que el Universo conozca a Allah.

Como simil, el alma humana también posee "órganos vitales" como el cuerpo físico a través del cual adquiere su conocimiento, "alimento" y energía. En términos simples, el alma desempeña varios roles para el cuerpo humano, todos relacionados con la forma en que el hombre aprende y obtiene conocimientos de su entorno y experiencias en la vida, ayudándolo a crecer como persona. Allah dice: "Es cierto que lo hicimos descender en la noche del Decreto". (Corán, Sura 97:1). El alma y cómo la hizo (sawwaha). Allah hizo un juramento para el alma y dijo que se puede moldear y cambiar: "¿Pero quién sabe?, tal vez se purifique, o recuerde y le beneficie el Recuerdo". (Corán, Sura 80:3-4).. [Oh Muhammad], quizás crecerá en espíritu.

Según Allah en el Corán, el "alma" tiene dos dimensiones universales a las que puede recurrir. La primera dimensión se llama "fujoor" (rebeldía) y la segunda se llama "taqwa" (obediencia); La rebeldía es la realidad inferior del "Nafs" (yo).. "El hombre ha sido creado débil" (Sura 4:28). La obediencia es la realidad superior del "Alma", "Y cómo Él la inspiró (al alma) con su Fujoor (rebeldía) y su Taqwa (obediencia)" (Sura 91: 8).

En relación a esto, Allah dijo: "Que habrá triunfado el que la purifique y habrá perdido quien la lleve al extravío". (Sura 91:9-10). Ciertamente, el purificado alcanzará lo que hace que (el alma) crezca, y estará perdido el que la entierra [en la oscuridad del extravío].. la persona debe Permitir que el alma experimente el bien en la vida; el alma del hombre conoce el bien a través de Allah y conoce el mal a través del yo (nafs) y Allah dijo en la Sura al Shams.. que Él inspiró al alma a reconocer lo que es malo y bueno en la vida a través del ecosistema que existe en el espacio y en la tierra y los ciclos que crean.
Allah dice: "¡Por el *sol y su resplandor radiante, por la luna que refleja el sol! (Refleja la actividad solar del sol en la noche) y por el día que revela el (sol) al mundo, y por la noche cuando (el ciclo de día y noche es el período de aumento y disminución de la actividad solar).. Por el cielo y su maravillosa creación (la atmósfera se crea debido al campo magnético de la tierra que la protege del sol y el espacio, creando sus propios ciclos independientes. que nos afectan), ¡Por la tierra y toda su extensión! (La extensión de la tierra es afectada por la gravedad, crea la atmósfera y los diferentes patrones climáticos que existen alrededor del mundo).. Por el Alma (que está hecha de partículas subatómicas, como son todas las cosas), y cómo se forma (a partir de estas partículas) de acuerdo con lo que debe ser (está sujeto a las Leyes de la física porque es subatómico.. y Allah vinculó éste tema al proceso vicioso.. que se ve afectado por el ecosistema y los campos en el espacio y en tierra), y lo inspiró (a través del universo cuántico, las partículas y fuerzas que existen allí, todas las cuales son el contexto de esta Sura) con lo que está mal para él (alma) y lo que es correcto para él. A un estado feliz ciertamente alcanzará el que hace que éste [yo] crezca en pureza, (el florecimiento humano y la creatividad son parte de éste proceso), y verdaderamente perdido está el que lo entierra [en la oscuridad].
*Recordar: que sol deriva de solaris (σολάρι) y que solaris significa: con-solar.

A [Esta] verdad, (que las civilizaciones anteriores ya sabían), dio la mentira, en su arrogancia desmesurada, [la tribu de Zamud].. (Corán, Sura 91: 1-11).

"Una gran variedad de animales poseen un sentido magnético. Las aves migratorias usan pistas magnéticas (además de la polarización de la luz, los signos de las estrellas y la posición del sol) para encontrar su camino hacia el sur en otoño y hacia el norte en primavera. Las salamandras y las ranas usan el campo cinético para la orientación cuando tienen que buscar rápidamente la dirección de la costa más cercana, por ejemplo, cuando detectan peligro". Muchas criaturas como los tiburones, los murciélagos, serpientes, etc. son autoguiados, ya que tienen órganos dedicados a sentir y, en realidad, ver con el campo electromagnético.

Si uno piensa en cómo se pueden percibir los campos magnéticos en principio, inmediatamente vienen a la mente tres mecanismos: Recepción mecánica: este es el principio detrás de la aguja de una brújula. Un campo magnético ejerce una atracción sobre un material ferromagnético. Inducción eléctrica: el movimiento en un campo magnético (esto puede ocurrir debido al sol) y dará como resultado un campo eléctrico inducido. Muchas criaturas pueden sentir y percibir campos eléctricos y magnéticos con gran precisión. El cuerpo del hombre es similar en este sentido, porque tanto el corazón como el cerebro, producen un campo eléctrico y magnético, llamado campo electromagnético, y estos órganos son los centros de la percepción sensorial del hombre.

Recepción química: las reacciones químicas que involucran transiciones entre diferentes estados pueden verse influenciadas por campos magnéticos, de modo que uno de los posibles productos (resultados) en una reacción química y se ve favorecido debido a la influencia del campo magnético. En otras palabras, el campo magnético puede influir en las reacciones químicas del cuerpo, o más bien, el cuerpo producirá reacciones químicas según el campo, y los científicos creen que existe una brújula química en muchos animales.

Cuando consideramos la Mecánica Cuántica, que es la física de partículas más pequeñas que un átomo, se pueden encontrar otros mecanismos basados ​​en las leyes de la física que son medidos como la coherencia de las ondas, cuando las ondas están sincronizadas y se pasan información de una a otra, y el entrelazamiento cuántico, (debido a esta ley), las partículas pueden afectarse entre sí a grandes distancias. En el cuerpo humano, nuestro campo electromagnético interactuará con otros campos que lo rodean y nuestros órganos perceptivos se verán influenciados al sentir el mundo que nos rodea. Los científicos están comenzando a darse cuenta de que la conciencia humana (el yo o nafs) es un estado de la materia, está hecha de materia como un Líquido, Sólido o Gas, pero a partir de partículas subatómicas y, como ellas, está sujeta a las mismas leyes de la física que gobierna al resto del universo.

Lo que conocemos como conciencia es el resultado de la interacción de los cuerpos con el universo que lo rodea en todos los niveles, desde el mundo subatómico al físico, porque el cerebro y nuestro sistema nervioso son un sistema de procesamiento paralelo distribuido (como una computadora con múltiples bases), y puede calcular múltiples cosas al mismo tiempo y actuar en cada una de ellas simultáneamente, por lo que la conciencia (el yo o nafs) nace de la suma de esas interacciones en el cuerpo, incluido lo que puede sentir a nivel cuántico.

Quiénes somos.. es lo que nuestro cuerpo ha registrado a partir de los resultados y efectos de nuestras acciones en la vida, el Profeta (s.a.w.s.) dijo: "Tu cuerpo tiene derecho sobre ti" (Bukhari), y Allah dijo en el día del juicio: "Hoy les sellaremos la boca y serán sus manos las que nos hablen y serán sus pies los que den testimonio de lo que se ganaron". (Corán, Sura 36:65).. lo que significa que seremos juzgados de acuerdo con las diferentes partes de nuestro cuerpo.., Allah ta'ala descompone el cuerpo humano en varias partes y nos juzgará por ellas porque nuestro "yo" es el resultado de las diversas partes de nuestro cuerpo. El término ganar es único porque es similar al término "registrado" en éste contexto, la forma en que usamos nuestro cuerpo es cómo se moldeará y se le dará forma a medida que envejecemos.

Es muy significativo que fue en la Sura al- Shams (El Sol) donde Allah hizo uno de los juramentos más importantes del Corán, solo que menos importante que el juramento que hizo por los profetas (r.a.) del alma. La intención de los versículos es considerar las cosas por las que se ha jurado con mayor detalle y cómo se relacionan entre sí en el contexto del alma y el "yo"; Allah luego menciona en esta relación a la Tribu de Zamud (7:73) que Salih (r.a.) fue enviado para guiar, y que ignoraron la realidad de entre los signos, por las que Allah juró, en consecuencia, y fueron destruidos debido a su maldad.

Su profundo conocimiento con respecto a los cuerpos celestes y su efecto en los humanos no debería sorprendernos, ya que casi todas las culturas antiguas alrededor del mundo tenían una comprensión avanzada de estos cuerpos celestes y sus efectos en el ser humano, esto se refleja en su religión y en el mundo con las elaboradas estructuras que construyeron y dejaron en perfecta alineación con los cuerpos celestes que marcaban sus elaborados movimientos a través del cielo, lo que significa que entendieron cómo el movimiento de las estrellas, el sol y la luna afectaba a los humanos en la tierra y lo que significaba. Allah ta'ala en la Sura al Rahman (55) afirma la influencia de las estrellas en los humanos; debemos tener en cuenta que cuando se trata de partículas subatómicas, la distancia no es un obstáculo ni es relevante, las partículas pueden influirse entre ellas a grandes distancias en el espacio.
Pero algunos comenzaron a adorar estos objetos del espacio en lugar de adorar a Allah porque los veían como la fuente de inspiración, poder e influencia en la vida humana, lo que Allah condenó, porque Él era su creador y dijo que a través de ellos Él inspiró el alma (con conciencia) de lo que está mal y (lo que es) correcto para él (91: 8).

El trabajo, en el desarrollo de las lataif continúa, entendiendo los sectores de personalidad que surgen cuando se activan. A cada uno de los lataif se adjunta con un sector de la personalidad, que actúa como su sustituto y conserva el recuerdo de cómo fue enterrado. Para que los centros permanezcan siempre activos, todos los fenómenos asociados a ellos deben ser comprendidos con precisión y exactitud. Luego viene el turno de las formas sutiles de conciencia, ya que todas deben ser experimentadas, entendidas y absorbidas. Los efectos de las lataif en la conciencia del individuo deben ser entendidos e integrados. Esto produce una transformación permanente en la personalidad que, (de hecho), se transforma gracias a que tiene que adaptarse a los efectos que las lataif tienen en su estructura. Recuerden lo que han leído anteriormente. 
Más allá de éste punto, los lataifs funcionan, por así decirlo, como puertas de entrada a universos enteros, a varias dimensiones de la esencia. Cada uno de ellos le permite entrar en un dominio de estar caracterizado por muchos aspectos esenciales. Por ejemplo: la latifa amarilla conduce a los aspectos esenciales de placer, satisfacción, realización y diversas formas de amor. Pueden adoptarse dos perspectivas diferentes, pero idénticas desde el punto de vista de la vista experiencial. Se puede pensar en las Lataif como centros en desarrollo, extensiones a dimensiones cada vez más profundas de la existencia y que hay que visualizarlas como puertas que se abren a diferentes dominios de la esencia. Como hemos dicho, existe la misma relación entre lataif y esencia que entre una esencia perfumada y su aroma. Siguiendo el perfume, puedes llegar a la sustancia que produce la esencia, siempre que tengas un buen olfato, (es decir), una capacidad perceptiva bien desarrollada.

El proceso es similar al descrito en el proceso de fusión. Se presentan diversas constelaciones psicológicas, tanto internamente en forma de conflictos emocionales y tensiones musculares como externamente en forma de dificultades, conflictos, problemas, frustraciones, incomprensión de los hechos y de las personas. Dado que, en esta etapa, el alumno ya no tiene dificultades para lidiar con el super-ego y puede acceder fácilmente a una gran cantidad de material inconsciente. El docente podrá entonces observar cómo determinadas constelaciones psicológicas influyen en sectores enteros de la personalidad, vinculados a su vez a diversos aspectos de la esencia. Gracias a ésto, el trabajo del alumno estará más enfocado y sus observaciones serán más precisas.

La constelación psicológica, (si se comprende correctamente), conducirá automáticamente al agujero relativo de la personalidad, que el individuo experimentará como una deficiencia, que todavía estará bien protegido por los antiguos mecanismos de defensa. La aceptación de este agujero conduce a la experiencia de la personalidad como vacío. Este vacío, (para la personalidad), equivale a la muerte. En realidad, representa solo la muerte de un sector específico de la personalidad, pero éste lo vive como una muerte total.
Cuando esta 'muerte' es totalmente aceptada y entendida, el aspecto correspondiente de la esencia emerge y llena el vacío dejado por la personalidad. Este aspecto esencial es exactamente lo que faltaba y lo que el individuo buscaba obtener externamente a través del esfuerzo de su personalidad. La correspondencia suele ser tan precisa que cuesta creerlo. El individuo se dará cuenta de que siempre (inconscientemente) ha sabido lo que se estaba perdiendo, y que sus pensamientos, emociones y comportamientos, sin que él lo sospechara, siempre habían estado motivados por ese conocimiento inconsciente. Esta experiencia, que con razón puede definirse como perturbadora, se produce generalmente de forma tranquila, poco enfática, y puede pasar completamente desapercibida para un observador externo. Su precisión y la profundidad de su significado son, sin embargo, sorprendentes.

Esta emergencia de esencia es lo que generalmente se denomina en la literatura sobre el ejercicio como el término del renacimiento. La esencia sale a la luz después de estar enterrada durante años. Este nacimiento marca el final de un ciclo antiguo y el comienzo de uno nuevo. Todo el proceso se repite nuevamente: la comprensión de un nuevo sector de constelación psicológica de la personalidad conduce a la conciencia del agujero relativo (deficiencia), y la aceptación de éste último conduce finalmente a la aparición del aspecto correspondiente de la esencia. El triple proceso de despertar, muerte y renacimiento debe repetirse para cada aspecto de la esencia: al despertar de un determinado sector de la personalidad le sigue la muerte de este sector en la experiencia de la vacuidad, y éste, a su vez, es seguido por el renacimiento del aspecto relativo de la esencia. Este ciclo se repite tantas veces como huecos tenga en la personalidad.

Vemos, por tanto, que no hay una sola muerte y no hay un solo renacimiento, a menos que confundamos la primera aparición de la esencia con la experiencia total. La personalidad muere gradualmente, sector por sector. Ahora entendemos cuál es el verdadero significado de la naturaleza cíclica del proceso de muerte y renacimiento. Esta secuencia del despertar, muerte y renacimiento siempre se ha conocido, desde la antigüedad, pero aquí la vemos con la claridad del diamante. 

"Cuando un hombre despierta, puede morir; y cuando muere, puede renacer".

Necesitamos descubrir el significado de esta declaración. "Despertar", "muerte", "renacimiento". Son tres etapas sucesivas. Si alguno ha estudiado Al- Inyil (los Evangelios) con detenimiento, se dará cuenta de que en ellos hay muchas referencias a la posibilidad de "nacer", muchas a la necesidad de "morir" y aún más a la necesidad del "despertar". "Ten cuidado, porque no sabes el día, ni la hora ..." y así sucesivamente.

El proceso de renacimiento a menudo crean más confusión que claridad. Las formulaciones metafóricas y poéticas pueden ser estéticamente atractivas, o incluso una fuente de gran inspiración, "ser como niños ".. etc. pero para una persona que se está muriendo de sed, una descripción clara y sucinta del camino hacia la fuente es preferible a una hermosa panoplia vaga y detallada. Además, la precisión también posee sus cualidades estéticas: una belleza clara y luminosa como la de un precioso diamante. Las lataif son más importantes y hermosas que esos diamantes. 

Aquéllos que escuchan la Palabra y siguen lo mejor de ella, ésos son los que Allah ha guiado y ésos son los que saben reconocer lo esencial. (Corán, Sura 39 [Los Grupos], verso 18).

Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi. 
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NOTA: Pueden consultar otros artículos en éste blog sobre las Lataif o Latifas. 

viernes, 12 de noviembre de 2021

LA ESENCIA ILUSTRA. (Reflexiones).

   LA ESENCIA ILUSTRA. (Reflexiones).
Aunque debería decir, la esencia es ilustrada, por aquello de la iluminación, ya que toda luz muestra su rango lux/ lumen.

Hemos dicho en otro artículo, que los lataifs funcionan, (por así decirlo), como puertas de entrada a universos enteros, a varias dimensiones de la esencia. Cada uno de ellos le permite entrar en un dominio que está caracterizado por muchos aspectos esenciales. Por ejemplo: la latifa amarilla conduce a los aspectos esenciales de placer, satisfacción, realización y diversas formas de amor.. fíjate así, como la esencia tiene varios aspectos, y todos son diferentes entre sí.. pero todos son esencia, todos son sustanciales, pero difieren en sus funciones, en sus efectos sobre la personalidad y en cómo los experimenta cada individuo. Es como si fueran órganos diferentes de un mismo organismo, y éste organismo es el propio ser. Todos son necesarios (y el ser) estaría incompleto si faltase uno de ellos.
Además, estos aspectos son absolutos. Lo son en el sentido en que no pueden rastrearse hasta otra cosa o analizarse en componentes más simples. El amor es amor y solamente amor. No es voluntad. La voluntad es sólo voluntad, aunque sea esencia de la misma manera que lo es el amor. Estos aspectos absolutos de la esencia nos recuerdan las formas de antiguas ideas. Sócrates, por ejemplo, sabía que estas formas absolutas de la esencia humana se encuentran dentro de nosotros. Pensó que estas formas pueden recordarse pero no entenderse a través de la inferencia o de la experiencia. Es una idea profunda que Sócrates conocía, aunque no poseía toda la información sobre la personalidad que tenemos hoy.
Ahora podemos entender dinámicamente y psicológicamente su idea sobre los estados esenciales.

Os sonará, (de otro artículo), de que un hueco es llenado por el sector de la personalidad asociado con su aspecto esencial. Observamos también que, en esta área de la personalidad se registran recuerdos inconscientes de experiencias y situaciones que llevaron a la pérdida de la esencia, así como los de las emociones asociadas con ellos. De hecho, éste sector de la personalidad también conserva el recuerdo del mismo aspecto esencial perdido y, por tanto, está íntimamente ligado a él. Precisamente porque el recuerdo de la esencia perdida se encuentra en las mismas raíces de la personalidad, y es objeto de una intensa represión. Hacerlo consciente sería tener que afrontar las dolorosas situaciones que provocaron su represión.

Es posible conocer los aspectos esenciales, o las formas absolutas y experimentarlos conscientemente. Sin embargo, hemos demostrado que tienen que ser dos.. "preceptor y educandus" para llegar a su conocimiento; aprendiéndolos de esa persona, como puedes aprender matemáticas yendo a la escuela. Los límites de éste estudio-ejercicio-trabajo.. para nuestros propósitos, son que necesitamos mencionar que la esencia no es una experiencia accesible para la mente lógica. Es una experiencia que no se puede transmitir a través de la mente. La mayoría de los maestros, de hecho, argumentan enfáticamente que la esencia está dentro del individuo, y que el maestro solo puede señalarla o que, en el mejor de los casos, solo puede encender la llama interior del alumno con la suya propia.. vela enciende vela. Pero la llama es nuestra, y solo podemos conocerla por la experiencia directa, cuando tenemos el contacto (nexo) dentro de nosotros.

Que el recuerdo de la esencia perdida se encuentra en algún lugar del inconsciente de la personalidad.. es evidente por los comportamientos, sueños y esperanzas de esta. En cuanto a la esencia fusionada, ya lo hemos visto en el artículo correspondiente, en que el deseo de la personalidad era ver disolverse sus límites y fusionarse totalmente. Y también reconocemos éste movimiento hacia la esencia fusional en el deseo de intimidad, y el deseo de comunicarse, sólo por mencionar alguno.
Un teórico podría objetar esta afirmación, diciendo que lo que el individuo recuerda no es el amor fusional de la esencia, sinó una relación simbiótica con la madre. Cierto es, que la persona recuerda la relación simbiótica, la unidad, pero esto no explica todos los hechos. No explica las expresiones y fantasías, muchas de las cuales no conciernen a la madre, que a menudo se asocian con la experiencia profunda de éste deseo. No explica por qué muchos piensan que este contacto deseado es dulce, y que tiene la capacidad de derretirse y que emite una luz dorada, y todas las características de la esencia fusional. No explica por qué, cuando experimentan este deseo simbiótico, algunos tienen la fantasía de entrar en un vientre dorado, mezquita dorada, campo floreciente o ahogarse en un lago dorado.
Por el momento, basta con dejar claro que la personalidad conserva, aunque sea inconscientemente, la memoria de la esencia y sus aspectos.

La personalidad no solo retiene la memoria de los aspectos esenciales, sinó que de hecho, utiliza estos recuerdos inconscientes para intentar llenar sus huecos, utilizando o recurriendo a la fantasía de llenarlos desde el exterior. El resultado final es que los distintos sectores de la personalidad acaban sustituyendo los aspectos esenciales y
actuando en su lugar. Los empleados de la fábrica después de un tiempo terminan por comportarse como si fueran ellos los dueños. Todos los sectores de la personalidad, todas sus características, son reemplazados por aspectos esenciales. La personalidad, de hecho, es casi exacta a la esencia, pero es una falsa ilusión. Está construido, es una reacción, es un resultado, no tiene la realidad de la esencia. Carece de la vitalidad, frescura, brillo y realidad de lo original.

Esta es una situación difícil y dolorosa, pero es precisamente en ella donde está la solución. Dado que todas las áreas de la personalidad son imitaciones de aspectos de la esencia, (también son), en realidad, indicadores fidedignos de esta última. Al comprenderlos, podemos recuperar los aspectos correspondientes de la esencia. En lugar de condenar la personalidad, como hacen muchos sistemas de desarrollo interno, podemos usarla como un guía fiel. La personalidad tiene la clave para resolver sus propios acertijos. Algunas de las escuelas antiguas se dieron cuenta de éste hecho y lo utilizaron en sus trabajos.
Este conocimiento es de gran ayuda para el viajero. La personalidad se ve no solo como un obstáculo, sinó también como parte de la solución. Esto provoca en el alumno una actitud de aceptación compasiva y un deseo genuino de comprender su personalidad. Y eso es exactamente lo que se necesita en el trabajo del desarrollo espiritual interior. Tomemos un ejemplo sencillo para ilustrar este punto. Consideremos una de las características arraigadas en la personalidad: la avaricia. Esta tendencia al querer más y más, sólo por el placer de atesorar sin compartir con nadie y nunca estar satisfecho, siempre ha sido reconocida y juzgada por la mayoría de los sistemas de enseñanza como uno de los peores rasgos de la personalidad. En general, la avaricia se ha considerado sólo desde un punto de vista de mezquindad, y se han hecho pocos intentos para comprenderla. Apliquemos a éste ejemplo el principio, enunciado anteriormente, según el cual cada rasgo es una característica de su personalidad, hasta que ve el hueco relacionado con ella y se dan cuenta de que desconocen la cualidad esencial del infinito. En éste punto, percibirán y se darán cuenta de la infinita riqueza que es la esencia, y la avaricia desaparecerá. Cuando decimos que la esencia tiene aspectos diferentes, no queremos decir simplemente que podemos observarla desde diferentes puntos de vista. No significa que miremos lo mismo desde diferentes ángulos y que le demos diferentes nombres a lo que vemos. En cambio, significa que la esencia se compone de diferentes aspectos, que poseen cualidades y características distintas. Entre la esencia y sus aspectos existe la misma relación que existe entre el cuerpo y sus órganos. Todos los órganos son parte del cuerpo, pero cada uno de ellos es diferente de los demás. El corazón y el cerebro no son lo mismo, y ambos son diferentes a un brazo, aunque todos ellos son parte de un mismo organismo.

Considerar la esencia en sus diversos aspectos, y ver estos aspectos como diferentes y distintos; pueden crear algunas dificultades para el alumno. Distinguir entre aspectos, darles un nombre, de alguna manera se hacen precisos. Esta especificidad puede conducir a una cierta forma de apego; la personalidad puede verse tentada a aferrarse a cualquiera de estos aspectos. El individuo puede terminar deseando seguir experimentando el mismo aspecto una y otra vez, por temor a perderlo. Puede comenzar a acumular la sustancia de los aspectos esenciales, como si fuera cualquiera de sus posesiones materiales. En otras palabras, la objetivación de aspectos puede conducir y conduce al materialismo espiritual. Este materialismo puede entonces hacerse fuerte, en lugar de débil, por el rígido control de la personalidad. Esto es lo contrario de lo que se necesita para el trabajo interior, que requiere que la personalidad aprenda el arte de la renuncia, la humildad y especialmente con respecto a sus propios apegos. De hecho, una característica fundamental de la personalidad es el apego, que es la principal causa de todo sufrimiento.

Los sistemas que son conscientes de éste peligro son generalmente muy cautelosos - de hecho, priorizan - sobre la posibilidad del materialismo espiritual. Hablan de la esencia como algo vago. Los aspectos no se mencionan y tan siquiera consideran su eventual existencia. Toda la pregunta se deja vacía, incluso se hace incognoscible.

Pero la idea de que experimentar los diferentes aspectos de la esencia e identificarlos con un nombre debe conducir necesariamente al materialismo espiritual no es del todo correcta. Es el reflejo de una cierta falta de confianza en la esencia. La afirmación de que éste es el agente de transformación, la piedra filosofal, debe entenderse en un sentido literal. La esencia es el garante catalizador del proceso de transformación interior. Es cierto que los aspectos objetivantes pueden llevar al apego y al materialismo espiritual, pero esto no es necesariamente negativo y, de hecho, también podemos verlo de forma positiva. Mientras el individuo continúe necesitando sus apegos, nada puede evitar que los tenga. Pídele que te abandone, como algunos sistemas de enseñanza hacen, sólo tendrás el resultado de reprimirlos y empujarlos aún más hacia el inconsciente, donde seguirán sobreviviendo. La personalidad, mientras la necesite, siempre seguirá encontrando objetos a los que adherirse. El mejor enfoque, es querer perseguir la verdad hasta el final, y sacar a relucir los apegos a la superficie, para que puedan ser observados, comprendidos y resueltos. Esto anima a emerger a la luz de la conciencia. Los "métodos" no evitan el materialismo espiritual. Por tanto, los apegos pueden estudiarse y entenderse como cualquier otro rasgo de la propia personalidad.
De hecho, es la esencia misma la que hace que esto suceda. Los apegos a la esencia o/a algunos de sus aspectos no pueden ignorarse, especialmente en el ámbito que nos motiva. Automáticamente se manifiestan externamente como restricciones o contracciones. La pureza de la esencia y su expansión los exponen en esta naturaleza suya. La experiencia,  libre de la esencia, es simplemente incompatible con cualquier apego que, al ser una manifestación de la personalidad, solo puede producir conflicto y sufrimiento. De hecho, cuanto más se manifiesta la esencia, más evidente es éste conflicto.

La esencia revela apegos. Surgen aspectos esenciales específicos cuyo efecto sobre el individuo es exponer estos apegos; así como otros aspectos esenciales que brindan la comprensión necesaria para renunciar a los apegos y alcanzar la libertad. En realidad, no es posible darse cuenta de los aspectos más profundos de la esencia si no se aborda y resuelve el tema del materialismo espiritual.

Vemos, por tanto, que la esencia contiene todas las medidas de protección necesarias para alcanzar la libertad interior. Es el verdadero y genuino agente de transformación. La confianza en la esencia debe ser completa. Si esta confianza total está presente, no hay experiencia de la que deba escapar. Tener esta confianza significa saber que la esencia siempre actuará de la manera más justa, inteligente y compasiva. La esencia fortalece partes de la personalidad solo para que puedan ser expuestas y comprendidas. El resultado es una libertad genuina, porque se basa en la verdad y no en el control.

Este aspecto corrige la distorsión de la imagen corporal, que es una distorsión del espacio. El vacío es la experiencia de uno mismo, de la propia esencia, en forma de espacio vacío. Es una experiencia de expansión, amplitud, apertura y ausencia de fronteras. La mente ya no está cerrada en los rígidos confines de la imagen que la personalidad tiene de sí misma. El efecto que tiene el vacío sobre la percepción es mostrar las cosas como son, sin ninguna distorsión. La experiencia de la piedra negra de la Meca, es una alusión, no es una distorsión de la realidad, porque el hueco genital no existe. Pero da una sensación--aparición del espacio que anula la posible distorsión. Algunos alumnos cibernautas entienden éste concepto. 
El vacío, en realidad, no es otra cosa que la ausencia de la personalidad y sus diversas distorsiones. La mente, entonces, está completamente vacía porque ya no contiene personalidad. Es como si el espacio interior hubiera sido vaciado, limpiado, por la personalidad y sus patrones, físicos y mentales. El individuo se siente libre, ligero, regenerado, abierto. Ve la mente tal como es, como un vacío inmaculado. Ahora ya hay espacio para algo más que el mundo de la personalidad. Antes de esta realización, la personalidad lo llenaba todo, no había lugar para la esencia.
Esta es la experiencia a la que muchos llaman la muerte del "yo".
Si el individuo se compromete a estar del lado de la verdad, éste proceso procede casi automáticamente. La esencia continúa extendiendo su territorio, reemplazando gradualmente a la personalidad, hasta recuperar todo el cuerpo. Luego llena todo el organismo. Cada célula estará impregnada y vivificada por su presencia. El organismo finalmente alcanza la plena integración. El individuo descubre lo que significa estar de verdad integrado, y no solo a un nivel físico, pero también y sobretodo al nivel de su ser interior. Se percibe a sí mismo como una presencia única, homogénea e integrada. Descubre que dentro de sí mismo no hay más barreras, que ya no está dividido internamente. La integración no es, como se cree generalmente, la armonización de las distintas partes de uno mismo. Esencialmente, debe entenderse en un sentido literal. El individuo se experimenta a sí mismo como una sola entidad homogénea, compuesta de una sola sustancia, que es la sustancia misma de la esencia. Y sabe que es Uno.
Muchos piensan que lograr la unidad, o integración, significa llegar al punto en el que las distintas partes del propio ser pueden trabajar juntas de manera armoniosa. Pero, desde el punto de vista de la esencia, tal experiencia seguiría siendo mecánica. Cuando un aspecto esencial se integra completamente y se convierte en una estación, se experimenta como una sustancia homogénea sin separaciones internas, como un líquido que todo lo impregna, no como un conjunto de partes bien integradas. El individuo se percibe a sí mismo como totalmente indiviso, sabe que es pura esencia.

A medida que nuestro compromiso con el camino del avance se fortalece, vamos comprendiendo cada vez mejor que practicar es un estilo de vida, una forma de ser. Este compromiso, esta orientación, requiere una motivación independiente de los eventos externos, que surge del deseo de la iluminación, de la acción de lo Verdadero que se manifiesta a través de nosotros como una fuerza dinámica capaz de revelarse. En algún momento, llegamos a entender que nuestra motivación debe originarse y arraigarse más allá del alma y del "yo" individual. Esto es lo que hace que nuestra motivación sea real, auténtica, cuando se expresa con interés, amor, compasión, servicio, devoción, respeto y aprecio por la verdad de la Realidad.

Hemos visto que el deseo de iluminación puede manifestarse en los centros llamados latifas o Latif, específicamente en el punto de Ibrahim, en lo que a la práctica se refiere. El impulso por la iluminación no es solo una cuestión de experiencia, sinó también de acción. Esto se manifiesta en nosotros en forma de un profundo compromiso con el camino y una actitud correcta hacia la práctica espiritual, sea cual sea. En nuestro caso el Islam. 

Desear la iluminación y tomar conciencia del dinamismo del Ser no significa automáticamente que esté practicando o que lo esté haciendo correctamente. La práctica requiere del ejercicio de todas nuestras facultades: el discernimiento, la capacidad de distinguir, la comprensión, el amor y la inteligencia, que no nacen de la nada. Deben desarrollarse, de lo contrario el impulso de la iluminación no tendrá un vehículo adecuado para su expresión. Debemos madurar, no solo porque a medida que maduramos puede despertar el deseo de iluminación, sino también, porque desarrollamos las facultades sin las cuales la práctica correcta sería imposible.
Lo mismo ocurre con la experiencia de cualquier estado. Muchos pueden experimentar la capacidad de discriminación de la guía interior como objetividad y claridad en el punto de la cabeza, pero eso no significa que siempre actúen con inteligencia o que siempre utilicen la inteligencia en su práctica. Una experiencia o un estado, no es la práctica, se vuelven así cuando se manifiestan y se expresan. La práctica requiere que se desarrollen nuestras diversas facultades, y esta es una de las razones por las que hacemos varios ejercicios con el propósito de desarrollar la conciencia, la concentración para liberar la energía, aislar la voz interna de la biblioteca parlante, liberar la iluminación de la represión, etc. Y debemos preguntarnos ¿cuál es la motivación detrás de nuestra práctica?. Entonces podemos ver ese impulso como la fuente de nuestra motivación para practicar, aprender y crecer; podemos sentirlo como la fuente de nuestro amor y deseo de liberación; podemos verlo como la fuente de nuestro compromiso y actitud hacia la práctica. Podemos atribuir al impulso de la iluminación a nuestra motivación para practicar, recorrer el camino, aspirar a la Unidad y/a la libertad.. Pero, desde la perspectiva de la realización, esta forma no puede dificultar la práctica ni impedir que el impulso de la iluminación ejerza su dinamismo.
Así, muchos se involucran, por ejemplo, en ejercicios y prácticas para liberarse del sufrimiento, el dolor y mejorar la calidad de su vida, pero ver el camino espiritual de éstas maneras traiciona la presencia del "yo". La motivación para liberarse del sufrimiento está, de hecho, centrada en el ego. Si bien es natural no querer sufrir, esta motivación interpreta el impulso a la iluminación a través del filtro del "yo" individual, y tiende a restringir la apertura a la verdad y limita la práctica. No hay nada de malo en esto si el ego persigue la verdad y la satisfacción que desea y es para sí significativa. Sin embargo, debe entenderse que la satisfacción del "yo" individual es, (en cualquier caso), una expresión limitada y optimizada por la verdad.
Mientras la motivación para practicar se centre en el ego, no puede funcionar todo de la mejor manera; por lo tanto, muchas enseñanzas sugieren las prácticas por esas razones lejos del egoísmo. Ya sea por el buen desarrollo del ideal o por el compromiso con la liberación, y no solamente de uno mismo, sino de todos los seres humanos. 

Esta escuela enseña y predica a tener compasión por los demás, aliviar los sufrimientos y llevarlos a la liberación. Dado que el deseo de ayudar a los demás no es egoísta, esta actitud refleja mejor la verdad de la realidad y el hacer que practiquen de manera más efectiva, y no solo para ellos mismos. Muchas tradiciones abrazan el servicio ofrecido a Allah o para reducir el riesgo de prácticas basadas en uno mismo que llevarían hasta la idolatría narcisista más aberrante por el posible egocentrismo de la práctica a través del amor a la verdad como tal. Para nosotros, la "verdad como tal" es muy importante, porque es una forma de evitar enfatizar demasiado en el "yo". No somos nosotros los que nos beneficiamos de la práctica, sino la verdad. Hay muchas otras motivaciones ajenas al "yo" con las que podemos acercarnos a la Realidad, pero siguen siendo aproximaciones. La práctica será limitada y el deseo de iluminación no prosperará lo suficientemente libre como para ejercer todo su poder, si andamos con remilgos sobre el ayuno o sobre las oraciones diarias, etc.

Lo que quiero decir, es que incluso los motivos no egoístas, como el amor y la compasión, están sutilmente coloreados por el "yo". El egoísmo ya no se expresa explícitamente a través de afirmaciones como "yo quiero para mí", porque ya no nos preocupamos exclusivamente por nuestro propio bienestar, sinó que también nos preocupamos por el de los demás. Pensamos: "La iluminación no es solo para mí: es para los demás también, es todo para Allah, para la Verdad". Pero el egocentrismo persiste de otras formas: "Mi motivación altruista es altruista". "He desarrollado esta motivación altruista". "Quiero liberar a todos los sensibles". "Amo la verdad por sí misma". "No trabajo para mí, sinó para los demás". "Estoy dispuesto a sacrificar todo lo que tengo en honor a la verdad", etc. etc.. ¿Quién es el que habla aquí?..

Y así empezamos a ver que cualquier motivación contiene una forma sutil e implícita de egoísmo. Mientras estemos convencidos de que la práctica necesita de una motivación, todavía no nos habremos dado cuenta por completo del impulso hacia la iluminación. Cuando tomemos conciencia de la presencia del egocentrismo, comenzamos a desarrollar una motivación no egoísta, que es mejor que la anterior, pero sigue siendo una aproximación. Esta motivación no egoísta, al ser solo una aproximación a la verdad, puede servir para mejorar la práctica, pero no para liberar completamente el poder del deseo de la iluminación.

¿Cómo se manifiesta éste deseo cuando es completamente libre?, ¿Qué tipo de motivación sentiré?, ¿Cómo experimentar la práctica?.. Todas estas preguntas las podemos comenzar a responder adoptando la perspectiva de realización, que informa no sólo de la práctica, sinó también de la motivación para hacerlo. Así, reconocemos que lo que se puede decir sobre la motivación es una aproximación a la realidad. No lo practicamos para que los demás nos vean con mucho amor por ellos: solo lo practicamos.. es suficiente. Practicamos porque ya no podemos dejar de practicar, vamos en dirección a la Realidad porque la realidad es lo que son las cosas. Compasión--Piedad: Antes de darnos cuenta, podemos practicar por amor, con Piedad por Compasión o por deseo de servicio, todos los cuales son atributos del deseo de iluminación. Intentamos seguir éste deseo, hacerlo parte de nosotros. El deseo de iluminación se libera cuando la práctica ya no depende de ninguna motivación especial: se practica sin que haya ninguna razón para hacerlo. Llamarte musulmán (hombre piadoso, entregado) o mumin.. en el Corán, se utilizan dos términos para referirse a aquellos en el camino recto (sirat al-mustaqim)  musulmán y mumin. Se dice que los Mumins son los que serán rescatados.  Mumin proviene de la raíz árabe "١ من", que significa "seguridad".

Comprender que la motivación para practicar no proviene de nuestro ego, sinó del deseo de iluminación y, por lo tanto, está libre de motivos egoístas, nos acerca a la verdad, pero aún no la comprende completamente. De hecho, es considerado desde la perspectiva de la realización, y el deseo de practicar pierde su carácter de motivación; no solo no es lo que nos motiva, sinó que es una motivación pequeña, diminuta. El deseo de iluminación, debe ser una manifestación filtrada a través del alma individual, es decir, de nuestra conciencia, lo interpretamos así, como el motivo que nos impulsa a practicar. ¿Es suficiente motivación?.
El deseo de iluminación expresa la espiritualidad en sí misma, y el Verdadero, (en toda su plenitud, claridad y libertad), es una fuerza intrínseca que se manifiesta en el alma, con tal dinamismo, que la empuja a sentirse motivada para practicar los ejercicios, estudiar y reflexionar.. profundizando aún más. Esto produce una imprimación en el alma que la lleva a la práctica dinámica, aunque no tenga ninguna estructura motivadora; o, mejor aún: el dinamismo de la Naturaleza se expresa en la forma de nuestra práctica. Desde la perspectiva de la realización, (cuando contemplemos), no sentiremos que estamos practicando por alguna razón en particular, no practicamos para el beneficio de nosotros mismos o de los demás, no lo hacemos por ninguna razón en particular. Simplemente estamos practicando, amamos la Realidad de forma natural y espontánea. Amamos la verdad y vamos hacia ella porque es la Realidad misma la que nos mueve naturalmente hacia una Verdad mayor, hacia una revelación más amplia de los secretos de Su propia esencia.

En cierto momento, la madurez del alma aparecerá como el despertar del deseo de iluminación. Lo interpretamos como un interés, un amor y las ganas que obtenemos que te empujan a caminar por un camino espiritual, pero en realidad, es la Verdadera Naturaleza la que hace que se despliegue dentro de la conciencia del alma para revelarse. Es como el "ana" (yo) que dijo: "¡Aquí estoy! ¿Dónde estás mirando? Estás mirando en el lugar equivocado. Está aquí lo que tienes que mirar, aunque ¿eres capaz de reconocer su verdadera fuente?, o ¿solo pensamos en que interés y entusiasmo podremos disfrutar con ese amor, ese anhelo y las aspiraciones que alberga mostrar que esos factores nos pertenecen?. Inepto.. nada te pertenece si no es por la Gracia Suprema. 

¿Experimentamos este tipo de insatisfacción, sufrimiento y angustia existencial.. o lo estamos provocando? 

Queremos a Allah, queremos la iluminación, anhelamos la verdad y, básicamente, estamos llenos de ilusiones. Al mismo tiempo pensamos que estamos despertando. En cierto sentido, esto es cierto, pero a medida que nos despertamos, seguimos mintiéndonos a Nosotros mismos. Seguramente estamos malinterpretando la situación y cayendo en la monotonía que encapsula completamente los elementos.

La ilusión de que existe la necesidad de una razón para practicar la búsqueda de la verdad es producto del hecho de que la realidad está despertando dentro de nosotros. Es una ilusión mejorable, menos peligrosa y paralizante que las del "yo" convencional, pero sigue siendo una ilusión. Eso simplemente no es verdad. Si tenemos algún contacto con la Verdadera Naturaleza, alguna comparación de su inmensidad, amplitud, luminosidad y comprensión, amor, experimentamos nuestra realización, que se expresa naturalmente como práctica, como nuestra participación en la vida desde el punto de vista de la realidad.. Es la realización que se expresa en la vida. No estoy diciendo que no haya amor y compasión, o que el amor, la compasión y el servicio no sean verdaderos. Son reales, pero no nos pertenecen. No somos nosotros los que hemos desarrollado el amor, la compasión y el servicio; no somos su fuente. Debemos mirar el contexto para ver si el significado deseado es el primero (por ser seguidores de la religión traída por el profeta) o si es el segundo (la característica interna de una persona en relación con la voluntad de Allah).. ¿Quién es la fuente?.

Así comenzaremos a comprender la paradoja de la práctica y la realización espontánea. Reconocemos que el interés por la realización se configura también como la realización real que se está practicando y que a través de la práctica se realiza. Podríamos decir que la verdadera naturaleza nos empuja y motiva, y en cierto sentido es verdad, pero es verdad sólo desde la perspectiva limitada del alma individual. Desde un punto de vista más amplio, la Naturaleza Verdadera simplemente está manifestando su potencial, de manera espontánea y natural, a través del alma individual.

Reconocer que sentirnos motivados es nuestra forma de interpretar algo mucho más profundo y natural, libera el deseo de iluminación, permitiéndole operar pura e inocentemente, sin vestirlo con las cualidades del amor, la compasión y el servicio. El deseo de iluminación se libera cuando entendemos las formas en las que nos apropiamos de su dinamismo, interpretándolo en términos de motivación personal. El deseo de iluminación proviene de la tendencia de la conciencia iluminada al tomar conciencia de sí misma, al manifestarse y/al realizarse. En otras palabras, el deseo de iluminación no es nuestro amor por la verdad, aunque sea un amor no egoísta, sinó la realidad viva que ama su propia verdad y ama revelarla.

El reconocimiento de la naturaleza del deseo de iluminación pasa típicamente por tres etapas, cada una de las cuales revela más sobre por qué practicamos. Al principio, las razones por las que queremos practicar, comprometernos con el camino, mejorar al máximo nuestra experiencia de vida, siguen basándose en el ego. Luego, en algún momento, el alma comienza a imbuirse de las cualidades de lo Verdadero, como el amor, la compasión y la generosidad, que percibimos como motivaciones no egoístas. La última etapa es la de la realización misma, y ​​aquí vemos como la práctica manifiesta su brillo, amor e inteligencia natural abriéndose espontáneamente, sin motivación y sin premeditación, a iluminaciones cada vez mayores.

Nadie es capaz de pasar de la ilusión y la confusión al estado realizado en un solo salto, porque no podría comprender la naturaleza del proceso en el que está involucrado. Para comprender es necesario pasar por varias etapas de desarrollo, el alma individual debe evolucionar y madurar para hacer las realizaciones que alcanza. La motivación no egoísta es un paso evolutivo útil y necesario del alma humana, pero si bien en esta etapa de desarrollo es auténtica, si la miramos desde la perspectiva de la realización vemos que todavía está aproximada.

Entenderlo desde el punto de vista de la realización facilita que la práctica evolucione hacia una práctica continua, porque ya no depende de nuestra posición, nuestra actitud o nuestro interés personal. Ver las formas en que nos apropiamos del impulso de la iluminación lo libera, permitiéndole actuar plenamente en forma de práctica continua, una práctica que expresa la realización y que produce más realizaciones.

No es fácil liberarnos de las limitaciones del "yo", que tiene innumerables ramificaciones y está activo en tantas áreas de la vida. Algunos aspectos son muy sutiles, como hemos visto para la motivación no egoísta. La ausencia de egoísmo es algo muy bueno e indica que nos estamos moviendo hacia la realidad, pero cualquier idea o concepto de motivación contiene en sí misma una cierta voluntad de apropiación, que revela que el ego está en acción y está tratando de afirmarse de un forma sutil. Descubrir que una cierta presencia del ego permanece en el altruismo, es un gran desafío, inesperado, lo que podría resultar confuso. La sorpresa podría ser grande: "No sabía que el "yo" todavía estaba aquí. "Pensé que había superado por completo el egoísmo porque me había puesto al servicio de los demás, y estaba seguro de que el servicio era puro altruismo".
Incluso si no nos gusta admitirlo, la noción de servicio todavía está impregnada de la idea del "mí". El servicio es útil y bueno, pero solo se acerca a la realidad, y la realización debe ir más allá de las aproximaciones para hacerse aún más profunda. Vivir la realización, que es nuestro trabajo, significa transferirla a la vida. Como podemos ver, incluso el lenguaje solo puede ser aproximado porque es un producto del ego. Si digo "transferir la realización a la vida", ¿quién lo hace y en beneficio de quién?. Debemos tener mucho cuidado: las descripciones que se hacen usando el lenguaje son útiles, pero si las tomamos literalmente, volveremos a tener problemas, creamos otros obstáculos para la plena expresión del deseo de iluminación.

Como dije, comprender que la verdadera motivación es la falta de motivación es todo un desafío. Es difícil ver que la fuerza real que hace posible la práctica, que nos hace embarcarnos en el camino y la enseñanza, y utilizar las diferentes técnicas, no es nuestra motivación, ni siquiera la más sincera. Nuestra motivación, incluso la más sincera, independientemente de lo profundo que la sintamos, no es una expresión de la verdad. Si pensamos: "Tengo una profunda compasión por los demás y estoy profundamente motivado para ayudarlos", nos engañamos. Es una compasión adulterada, porque está mezclada con ilusión.

Cuando amamos la verdad por sí misma, es la verdad la que se ama a sí misma. Es la verdad que se manifiesta en nuestra conciencia, manifiesta amor por la expresión de la propia realidad; pero lo experimentamos a través de los lentes del "yo" individual y decimos: "Amo la verdad como tal". Aunque este es innegable.. el progreso sobre no amarla o amarla para nuestro propio beneficio, todavía carece de plenitud. El amor a la verdad no nos pertenece, es nuestro "sólo por poder". Entonces, el punto importante que estamos examinando es la apropiación, las formas en que actuamos al tomar posesión de cosas que no nos pertenecen. Nunca imaginamos que el amor no era "nuestro", no sabíamos que lo estábamos tomando. Pensamos que era la realidad y estábamos seguros de que lo sabíamos.

Quizás muchos se sentirán confundidos y privados de algo: "¿Pero entonces debo renunciar a mi amor por la verdad?, ¿Debo desechar la compasión y el servicio?, ¿Qué significa que el amor no es mío?". Hasta ahora siempre hemos creído que somos nosotros los que debemos actuar, que tenemos nuestras razones personales y que hacemos lo que hacemos precisamente en virtud de estas razones. Cuando empezamos a trabajar en la naturaleza ilusoria de cualquier motivación, podemos asustarnos y pensar: "Si el amor no es mío, entonces no haré nada más". Este miedo expresa la misma ilusión que la apropiación, porque presupone que somos el centro de toda acción, tanto de hacer como de no hacer. Es cierto que el amor no es nuestro, pero ni siquiera podemos negarlo, solo podemos regarlo para que fructifique y se expanda.

Podríamos pensar con tristeza: "Si no vivo en el amor y la compasión, seré una persona sin corazón, ni siquiera seré un ser humano". Pero pensemos detenidamente: si amamos la verdad por sí misma, que es la que experimenta su amor a través de nosotros. Es la realidad que expresa su compasión a través de nuestra alma individual particular. Nosotros y lo que pensamos que somos (nuestra conciencia individual) somos la herramienta a través de la cual trabaja el Verdadero, mientras pensamos erróneamente que lo estábamos haciendo. Solo queremos corregir nuestro punto de vista; no perderemos nada de lo que tenemos, pero al apropiarnos del deseo de iluminación, estamos negando la acción de lo divino, de lo Verdadero.. Sin reconocer de dónde viene la verdad, y pensando que viene de nosotros, nos comportamos como "infieles". Usando el lenguaje del politeísmo, "apropiación" significa creer que hay más de un dios, que alguien más está haciendo lo que Allah hace; apropiación significa no reconocer la acción divina o la Verdadera Naturaleza. Mientras se expresa a través de almas individuales particulares, es la Verdadera Naturaleza la que nos despierta y nos hace actuar. Si no lo reconocemos, estamos negando la actividad y el papel de la Gracia. Queremos comprender la relación que existe entre el papel de la Gracia y el nuestro, entre la realización y la práctica, sin negar a ninguno de ellos. Queremos ver la realidad como realmente es. Entonces, ¿cuál es el papel del individuo y cuál es el de la Verdadera Naturaleza de lo divino?, ¿Cómo se relacionan?, ¿Cómo se desarrolla la práctica que lo pone en movimiento?.. Y dijo: "Y no he creado al hombre y/a los jinns sinó para que Me adoren.."

Es importante entender que no estamos negando ni rechazando la importancia de la aspiración a la libertad, el amor a la verdad y el deseo de ayudar.
Simplemente queremos entender estos impulsos con mayor objetividad, desde la perspectiva de la realización misma. Hasta ahora tenemos desarrollado sólo una comprensión parcial, pero ahora queremos que sea lo más completa como sea posible.

A medida que continuamos con nuestra investigación, entenderemos que la paradoja de la práctica y la realización parece compleja porque la Verdadera Naturaleza expresa su amor y compasión a través de nosotros. No lo hace a través de una piedra, ni sin ningún instrumento: lo hace a través de nuestro corazón. Por lo tanto, es fácil el deseo de iluminación. No hay por qué culparnos: es un error fácil de cometer. De hecho, ni siquiera es un error: es simplemente una de las formas en que la realidad se expresa, aunque no sea una de las formas más transparentes e ilustradas.

Esta enseñanza es muy sutil. Su sutileza y profundidad pueden satisfacer pero también desestabilizar, porque de una manera profunda y subterránea estamos iluminando algunas estructuras básicas del "yo", las estamos descubriendo y desafiando, y ésto puede ser motivo de perturbación. Es posible que tengamos reacciones absolutamente inesperadas. Pero está bien: nos estamos volviendo más conscientes, más despiertos. Comenzamos a comprender que el deseo de iluminación es Verdadero y que trabaja de forma natural y espontánea para manifestar su esencia, su verdad fundamental. La Gracia ya está en su lugar, incluso cuando simplemente aspiramos a la liberación, cuando deseamos la unión o pensamos en la iluminación.

Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi. 
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Allah (Azzawayal) dice:

- Sigue Mi camino, te facilitaré todos los caminos.
- Gasta tu riqueza en Mi caudal, te daré oceanos de tesoros.
- Abandona tus deseos por Mi, haré tu destino deseable para ti.
- Soporta el dolor por Mi causa, te abriré puertas de Mi cuidado.
- Cree en Mi, te daré amigos sinceros.
- Sé Mio, haré que todo sea tuyo.

I ♥ Allah "Subhan-Allah"
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Aprovechar para desear que Allah nos bendiga a todos. 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

EL SILENCIO MÍSTICO NO ES MUTISMO. (Segunda parte).


 (Desde la actividad crítica del mutismo). 

Sólo como tal actividad vamos a analizar el silencio, es decir, confrontando el contrapunto del silencio - racionalidad (ideología). No hablaremos de lo positivo del silencio, es decir, su hermandad con lo místico, respecto a lo cual existen muchos y bellos estudios. Voy a hablaros del silencio relativo (del que tiene lengua precisamente) y sólo la utiliza para criticar y (silenciar) su lenguaje; y no del silencio absoluto y extático del místico: no hablo de esa liberación total del mundo y del lenguaje que puede suponer la "énosis" de Plotino, "la fuga del solo hacia el solo". Naturalmente tampoco me refiero al silencio de aquel que no tiene nada que decir y pinta su estulticia (ignorancia) con la aparente majestad de su mudez, sinó a la charlatanería que evidencia, denuncia y disuelve el lenguaje clerical que aturde la cabeza hasta que sale huyendo del lugar perseguido por el silencio aplastante que produce la ironía de su escucha y su conciudadano. 
El escepticismo, sabe de saber primero todo lo que se puede saber, y luego sabe que ese saber es saber para nada; donde el saber del saber es todo un lenguaje, la racionalidad (ideología), y el saber del saber en nada es justamente el mutismo, que no es escepticismo ni pesimismo sinó una actividad crítica, como hemos dicho anteriormente.. pero no se trata del propio silencio. 

Fuera de los límites del lenguaje aparece también la actividad analítica: la filosofía y/o el silencio.
El silencio es la convergencia de la descripción (lenguaje) de un término: 
1) Que la hace absolutamente posible (o que la hace posible a priori).. es decir, que la disuelve; 
2) Que la hace imposible.

El silencio místico, es el que surge en la contemplación y ante el sentimiento de todo en el mundo. Pero éste silencio, decimos, es el tema del primer artículo.
Veamos. Sí. Consideremos el silencio en el lenguaje. El silencio es la entraña más lúcida de los procedimientos decisorios para establecer una fórmula, porque demuestra que no hay un mundo en el que se habla, ni un lenguaje del mundo a modo exclusivo, sinó un mundo del lenguaje, (es decir), hay un lenguaje que construye un mundo: Describir es construir, y el silencio, sigue ese viejo principio que parece haber vivido a veces un impetuoso sentimiento y asombro ante el simple hecho de que exista algo. Vivencias que son impulsadas a manifestarlas en admiraciones como: ¡Qué sorprendente es que tan siquiera exista algo! o ¡Qué sorprendente que exista el mundo!.. Del que sólo se conoce lo que se construye. No estamos en un grotesco idealismo: hay un mundo, un universo, pero es lo místico, (lo fenoménico, el mundo del silencio;  aunque les pese a otros). Hay algo de lo que no se puede hablar, porque si hablamos de ello ya no es lo mismo, es lo figurado de nuestro lenguaje. Hablar (pensar), repito, es perder inevitablemente lo real. Es como en el laberinto de Dédalo, que el lenguaje del lenguaje no sale al mundo, sino al mundo en-totalidad-de-hechos-en el-espacio-lógico-(lingüístico), que es la definición del "mundo"; y esto no es más que corretear por los signos lingüísticos indefinidamente. La salida del laberinto es el silencio; éste silencio del que estamos hablando, es decir, aquella disolución del lenguaje en la absoluta posibilidad de describir al mundo aprióricamente, por el que le hemos definido en primer lugar. El mutismo (actividad crítica) es disolver el lenguaje hablando, o hablándole. El silencio es, la propia búsqueda del silencio, hablando claro: una virtud. La salida del laberinto es la progresiva destrucción de sus pasillos por la huella de los pies perdidos que lo recorren. 
Veamos esos pasos laberínticos y silenciosos hacia la disolución lingüística, es decir, como ya sabemos, hacia esa absoluta posibilidad lógico-descriptiva.

La forma general de la proposición (la esencia del lenguaje y esencia del mundo) y/o hacia el sujeto metafísico. Ambos, (que no son sinó lo mismo), considerando el nivel de lenguaje o/a nivel del pensamiento, respectivamente, son el recinto definitivo del apriori, el recinto supremo de la generalidad, donde se subsuma todo el hecho lingüístico o mundano en la inefable vacuidad de una lógica variable. Esta es la esencia de todo-data, porque por su aplicación apriórica se genera cualquiera de los que forman las totalidades de ellos y que son el mundo y el lenguaje.
El camino lógico lleva siempre éste "vector direccional": elemento, signo, símbolo, o, constante función variable. Seguir éste "vector" es el mejor modo de penetrar estructuralmente en el aparente discurrir del lenguaje entre las proposiciones citadas. A continuación, vamos a verlo únicamente en el aspecto preciso que suscita hoy nuestro interés. Pero tenerlo en cuenta para otras lecturas. 

Él es Quien os toma en la noche y sabe lo que habéis adquirido durante el día; luego, en él, os devuelve a la vida para que se cumpla un plazo fijado.
Y a Él volveréis para que os haga saber lo que hacíais. [
Corán, Sura 6 (De los Rebaños) verso 60].

Efectivamente, vemos quien disuelve el poder lingüístico, o lo que es lo mismo, denuncia y disuelve, (esencialmente) y (lógicamente).. ¿Podéis observar el silencio en el lenguaje y como lo disuelve?.

Hemos visto hasta ahora qué representa concretamente un mundo y un lenguaje determinado, esa lógica escondida tras los signos, de la cual, sin embargo, recibe todo ello su sentido, es decir, su condición de tales.
Nos, (la espiritualidad que opera en nos-otros), hemos soñado el mundo. Lo hemos soñado resistente, misterioso, visible, oblicuo en el espacio y firme en el tiempo, ¿pero nos es consentido criticar su arquitectura y eternos intersticios para saber que es una ilusión?. Son palabras que deponen fronteras al mundo y al lenguaje desde la generalidad lógica, y muestran que cualquier mundo o lenguaje son parciales, puesto que dicen sólo los intereses (la lógica) de quienes los usan de ese modo. El mundo de cualquier casta ideológica es la "propia fantasmagoría", de hecho: el único bueno aquí sería un místico espiritual. 

La objetividad para cualquier paradigma lingüístico/ideológico, no significa, (como muchos creen), un dogmatismo positivista respecto a la afirmación de objetividad sólo para la ciencia. Ni mucho menos. La objetividad de los datos no es más que la construcción apriórica de ellos. La objetividad del conocimiento no es más que inter-subjetividad. Y la subjetividad no es sinó la circularidad de cualquier paradigma, grupo, casta ideológica, expresada, (además), inevitablemente, en un lenguaje dogmático. Toda casta, como la casta reproduce eternamente sus tipos, sus héroes y sus ideales. Frente a todo ello, el silencio es como una refracción permanente de cualquier lenguaje, no de su maravillosa estética, sinó de sus pretensiones de objetividad. El silencio, como salida o intento de salida, es como una (disolución) de un lenguaje circular cualquiera. El silencio es el disolvente de las ideologías, puesto que toda ideología es un lenguaje (un mundo). Pero no es por pesimismo. 
Históricamente, es como una exigencia de alejarnos de los hechos del mundo y volvernos al sentido de la realidad del cual él, (mundo), como parece, no consiguió hablar, y del cual, sin embargo, tampoco pudo callar, ya que toda su vida se esforzó por servirle. 
Cuando se habla de la solución de los problemas de la vida (y por tanto de cualquier ideología) no se puede comunicar. No es nada trágico, ni más ni menos, lógico: esos temas no pertenecen al mundo construible, dominante, malversado por el hombre, (es decir), al campo del que se puede hablar, sinó al mundo de la "sinrazón", al mundo no trascendental por ninguna racionalidad. Querer hacer "razón" (grupo, casta, ideología), eso es, naturalmente, lo contrario a la "sinrazón": no parece que resulte en pesimismo, sinó, por el contrario, es esencial (lógico) de cualquier ideología en libertad (de silencio): de una voluntad de independencia, de no vivir enajenados o, al menos, no estar más enajenados que lo esencialmente inevitable, dadas nuestras características mentales.

Así, el silencio que hemos descrito aquí, supone ciertamente un desenmascarar ideológico de todo lenguaje de casta como lenguaje de los universales, es decir, como el lenguaje de categorías y de  ciencias estrictas y pretendidamente realistas. Si no existen constantes lógicas, no existen tampoco conceptos de referencia para el sentido de estos lenguajes que no son figura (o reflejo), que no hablan, sino de universales ideológicos, al pretender hablar de las cosas. No hacen sino normativizar la acción y el mundo, y no son sino justificaciones o unas descripciones de lo real, (queridas), pero hechas en un lenguaje, no en el silencio. Pero las castas se revuelven en contra con su pretensión de cientifismo. Todas hacen análisis científicos y objetivos de la realidad, porque poseen un método y un instrumental de análisis, objetivos y científicos también ellos. Tienen ciencia para decir, manejar, construir y trasformar las cosas. El moderno fetichismo por la ciencia, y la adoración por su ideología. Sólo entre los límites del mundo y su lenguaje construido tiene validez esa su ciencia, y ésto es así, porque también el lenguaje científico adquiere un sentido por la lógica: la descripción (nunca forma una explicación) del mundo que realiza una cosmovisión científica determinada, que viene apoyada y posibilitada siempre por una serie de priorismos lingüísticos, que son las leyes naturales que admite; esas leyes naturales son más bien formas de leyes -que leyes-, es decir, posibilidades de una forma lógica para un lenguaje determinado de esta ciencia u de otra.

Realmente nos resulta difícil hablar sin coaccionar inevitablemente a las cosas. ¿Por qué hablamos, entonces?, ¿porque no hay cosas ni hombre fuera del lenguaje?..  Además, ¿de que es muy lícito hablar para después poder guardar silencio?, (sin lenguaje el silencio no existiría), o lo que es parecido, hablar para mostrar el silencio disolviendo el lenguaje. Los hombres, no tienen sobre ninguna cosa menos poder que sobre su lengua. ¿Por qué?.. Hablar parece responder en el hombre a un desesperado afán de huida hacia la individualidad metafísica formal (la constructora) donde se pierda el "yo" empírico y concreto: en las castas se pierde el "yo" entre la materia o entre el espíritu, pero se pierde, (ellos dicen "se gana", pero el "yo" es lo único con lo que cuentan, (y no lo pueden ganar, en tal caso perder). Se habla (es lo mismo que antes) por un desesperado afán de cotidianidad y familiaridad: que hay que definir y limitar el mundo y hacer de él un paisaje amable, para huir del miedo a lo desconocido, para huir de la angustia del "yo" asumido. Hablar ha sido siempre una añoranza religiosa, un consuelo que produce su poder para evitar el dolor de la decisión incierta. Hablar es un afán por salir de la trampa que se vive en esa tierra de nadie entre el sujeto y el mundo: hablar es querer dar ese "salto vertiginoso" al vacío del mundo que es, a lo místico, (es decir), a lo real. 
Querían construir una torre muy, muy alta, y Allah les cambió el lenguaje.. Es el inevitable destino de ser hombres, de humanizarse, de convertirse en humanos (pecadores), como Adán, precisamente por haber querido ser dioses.

Lo que se plantea como problemático en el punto de ruptura de la interpretación, en esta convergencia de la interpretación es hacia un término que la hace imposible. Podría muy bien ser algo parecido a la experiencia. Esta experiencia no es la sanción para un movimiento de interpretación, sinó que se aproxima al infinito de su centro. Sea lo que sea, la proporción es valiosa por la diversidad. Y hablar, (naturalmente), es un deseo muy humano, ya muy "humano", de manejar las cosas. Efectivamente, hablar es útil, a causa también de la imposibilidad del absoluto silencio. De esta actitud, en los hombres aptos para ella, surgirán nuevas formas de sociedades. Estas no necesitarán comunicación alguna a través de las palabras, sino que serán vividas y, por ello, mostradas por esos hombres. Y es que lo útil es relevante siempre y cuando se refieran a las condiciones de un mundo "ordenado". El silencio es un tesoro que aún no está del todo descubierto. 

Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi. 

domingo, 7 de noviembre de 2021

EL SILENCIO MÍSTICO NO ES MUTISMO. (Primera parte).


La experiencia, más allá del espacio-tiempo, de la razón, de los sentidos y del lenguaje, traduce los símbolos más  representativos en lo vivido de manera inextricable: el símbolo, ya se sabe, suele ser intrínseco a la experiencia misma que tiene que traducir. El dinamismo, fue de gran ayuda para los antiguos precursores. Como observará el lector, para comunicar aquellas verdades reveladas, infusas, abisales e infinitas, que lograron dar a entender que todo en el universo está interrelacionado, sustentado y redimido en la Unicidad última del Amor.. La vivencia extática vivida, como toda experiencia mística auténtica, no estuvo sujeta al discurrir racional: del razonamiento analítico que no es permisible durante la iluminación, y de ahí que se alcance la cúspide de la razón pura y neutral. 
Ninguna imagen o palabra alcanzaría a suscitar una idea ni siquiera aproximada de lo allí acontecido. ¿Cómo se podría entonces entender la paradoja de una conciencia transitoria inmersa en el Uno?..

La Belleza que no se experimenta con dinamismo es un enigma indecible

Ya lo dijo el célebre místico Ibn Arabi: "Que las correspondencias subliminales se registran en el orden del espíritu". 
Ciertamente, la propia configuración y desarrollo espiritual, (de cada cual), intentan controlar esas correspondencias. Admito que los escritos del Shaykh al-Akbar detonaron reminiscencias secretas, (de tal magnitud), que solo décadas después están muchos preparados para comprender la profundidad abismal de sus enseñanzas místicas: que se intuyen con fuerza, se dejan comprender a fondo, pero es menester estar preparados para la inmersión a las misteriosas afinidades, que nos convierten en aparentes tránsfugas de otras expresiones que constituyen un fenómeno usual en la vida del alma. No se trata tan solo de un temperamento estético de otra cultura, etc. sinó que es un vínculo sobrenatural que opera en niveles espirituales más elevados. Una dimensión de la realidad que trasciende al conocimiento que podemos adquirir a través de la mente y los sentidos.
Algunos gravitamos hacia formas contemplativas.. de la misma manera que un girasol gira buscando instintivamente la luz del sol, dondequiera que éste se encuentre. Las afinidades culturales tardarían décadas en dar frutos semejantes. Aquí hablamos de adoración con conexión. 

Todos los místicos [de todas las épocas y culturas] son motivo de inclusión en las charlas con los universitarios y son de la más alta admiración. Siempre se deben tener en cuenta. 
Sospecho, que esa admiración es particularmente intensa porque podría guardar relación con el pudor que he sentido siempre ante el despliegue público de mi propia espiritualidad. 
Reconozco instintivamente la oración contemplativa, simplemente recogida en el silencio, sin mediar una palabra ante Su presencia.  
Recuerdo vívazmente la rapidez de mi organismo por el encuentro con el mendigo para escuchar aquellas palabras y parábolas abstractas.. y la incomodidad de las prisas que marcaban el tiempo de exposición. Veinte minutos, que eran largos como un fin de semana. 
El curso de la vida me ayudó a superar ese pudor, (ya percibirá el lector), el esfuerzo que constituye extenderse en intimidades sobre las experiencias místicas personales, en la vida adulta, a tenor de que los demás te puedan poner en el catálogo de su desconocimiento con una etiqueta adversa y perversa.  
Varios maestros espirituales fueron dando orientación a lo largo del camino espiritual y me ayudaron a comprender sus secretos y sus frutos. Ya hemos hablado suficiente acerca de ellos en éste blog. 

El origen y el progreso de la quietud.  Otórgase de ordinario la quietud a las almas que ya se ejercitaron por cierto tiempo en la contemplación, y que han pasado por las noches de los *sentidos. 
Sin embargo, suele preceder a esta última, sobre todo a las almas inocentes que están en [fitrah] -purificación especial-.
Al principio no se da sino de vez en cuando, de un modo débil e inconsciente; dura poco tiempo. Cuando el ejercicio es más frecuente se va alargando más, hasta una media hora. Pero, como no se presenta de repente, ni se marcha en un suspiro, puede llegar, la aurora y su ocaso, hasta una hora y aún más. Algunas veces, en *khalwa (Jalwa) puede alargarse a uno o dos días, sin estorbar por eso en la sequedad devota del ayuno-purificación.
Llega el tiempo en que la quietud se convierte en habitual: apenas el alma se pone en oración; a veces es de improviso, incluso en medio de las ocupaciones más corrientes. Siempre tiende a hacerse más fuerte y consciente, y, si el alma corresponde a la gracia, puede llegar hasta el éxtasis (nexo) unificador. Mas, si la atención no le es fiel, puede ir decayendo y venir a dar de nuevo con la oración discursiva.. por eso se dice, "corresponde" y no se dice, "desearlo".

La soledad y el silencio enseñan el espacio que ocupan.

Formas o variedades de la quietud
Se distinguen tres principales: la quietud silenciosa, la esencial y la operativa. 

1/ En la quietud silenciosa, el alma contempla en un silencio amoroso; porque la admiración sustrae, digámoslo así, la palabra; la voluntad abismada es en Allah, encendida en amor, y descansa absorto deliciosamente en él (amor) con una unión sosegada, tranquila y sabrosa.

2/ La esencial.
No se trata de restar importancia a las actividades de la vida. Sin comer no se puede vivir, tampoco sin sentir, sin amar. Hablamos antes de la dimensión de la realidad que trasciende al conocimiento que podemos adquirir a través de la mente y los sentidos. Sin un silencio y quietud de los sentidos y de la mente esta facultad permanecerá atrofiada y entonces la Vida, la experiencia de la Vida, prescindiendo de sus manifestaciones en diferentes actividades, la Vida en su profundidad se nos escapará. El vínculo con el mundo latente se nos oculta, y la participación en la plenitud cósmica pasará inadvertida. Entonces nuestras vidas, privadas de su fuente, se tornan pobres, tristes, mediocres. Para dominar esta miseria recurrimos a una multitud de cosas que la endulzan, que la enriquecen, que le dan sentido, valor, dignidad. Nos identificamos con esa multitud de cosas; nos agotamos en esas actividades incesantes. Pero nos olvidamos de Allah, que da mayor gloria,  que todos nuestros afanes, prisas y peripecias mundanas. Suspiramos por la otra vida, pero esencialmente, no vivimos esta vida. 

En la casa de Marruecos sabíamos los unos de los otros aunque no habláramos ni una palabra. Había una forma de mirar.
El silencio es una gran dimensión espiritual.  (Shaykh Ahmad Salah As Sufi).

3/ Elementos constitutivos de la quietud y experiencia operativa. 
La experiencia comprende cuatro momentos distinguibles, aunque no separables: 
A) La experiencia pura, momento vivido, experiencial, inmediato.
B) La memoria de ese momento, que nos permite hablar de él, pero que ya no es experiencia pura, ya que está mediada por el recuerdo. La memoria no puede separarse de la experiencia, pero tampoco debe ser confundida por ella. 
C) La interpretación que hacemos de esta experiencia, que nos lleva a describirla como dolorosa, sensible, espiritual, amorosa, del Ser, de Allah, de la Belleza, etc. La interpretación que se da a la experiencia está íntimamente ligada a la experiencia misma, a la memoria y, evidentemente, a nuestro lenguaje.
D) Su recepción, (es en un mundo cultural que no hemos fabricado), sinó que nos ha sido dado y que confiere a la experiencia de una resonancia particular. 
Toda experiencia está inscrita en un ámbito cultural, fuera del cual no tiene necesariamente validez.

El hombre debe aprender sobre el primer tono del universoel poder del silencioque es una fortaleza para el gnóstico. 

Estos puntos tetra-dimensionales de la experiencia, son siempre personales, y pueden comunicarse mediante la resonancia, amor, asimilación, educación y otros medios que incluyan la participación subjetiva, pero nunca mediante una mera extrapolación de los conceptos objetivos como si se tratase de una entidad formal. Esta es la razón de que no puede haber un conocimiento universal sobre todas las experiencias humanas y, por lo tanto, sobre la interculturalidad.

Han sido, en efecto, las grandes experiencias las que han plasmado las diversas culturas y la historia de la humanidad. Es indiscutible, que la recepción de una experiencia, (en el marco de una determinada tradición), condiciona la interpretación que de ella se hace. Las grandes tradiciones surgen, (generalmente), a partir de las experiencias extraordinarias que a menudo se acogen como Revelaciones. La memoria permite que la interpretación de esta experiencia perdure y se transmita; se trata de una interpretación que a su vez está condicionada por la cultura en la que ha sido recibida. Pongamos como ejemplo la experiencia de Ibrahim (P). Del impacto que esa experiencia causó en sus contemporáneos, y que ha quedado registrada en algunos documentos, lo que dio lugar a la interpretación sobre la recepción espiritual, y todo eso construye una tradición. Esta tradición recibida, transmitida, sin deformación acrecentada da forma a la religión y explica la riqueza de una experiencia que ha creado toda una cultura. La cuestión es muy compleja, puesto que no se trata solo de esa experiencia, sino también de otras abundantes experiencias. Esta es la razón de que la tradición viva sea más que una pura y simple exégesis de una experiencia pasada,-cosa que cierta teología secular parece haber olvidado-. La teología no es arqueología. No hay ninguna religión sin lenguaje y el lenguaje ya es una cultura. Por lo tanto, la relación que existe entre religión y cultura es constitutiva para ambas y, en consecuencia, tenemos que reconocer: 
--Que no hay religión sin cultura ni cultura sin religión.
--Que la experiencia con Allah no puede ser el monopolio de ningún sistema religioso (con éste u otro nombre), ni de ninguna Asociación, Sinagoga, Mezquita, Iglesia, Sala de culto, etc. Ni de ninguna cultura..
--Que necesitamos un lenguaje y el lenguaje es ya un fenómeno cultural.
Por lo tanto, todas nuestras concepciones acerca de Allah, así como nuestra memoria, nuestra interpretación y la recepción que hacemos de la experiencia, están mediadas por una concepción, una creencia o una -energía, fuerza, masa, número- que son tan misteriosos como pueda serlo la palabra "Allah". Pero, aunque puedan desconocer claramente en qué puede consistir -hoy- disponemos o podemos disponer de parámetros que nos permiten medir regularidades o formular posibles leyes sobre el funcionamiento de la realidad física, con Allah esta operación no es posible. No disponemos realmente de parámetros adecuados que nos permitan hablar sobre el "funcionamiento" de esta realidad que llamamos Allah. El discurso sobre Allah es único y, por lo tanto, no es comparable con ninguno de los demás lenguajes humanos.

De la Luz proviene la vida.. y la Luz espiritual brilla en silencio

Con la razón, del cuerpo físico, con la ciencia, con la sociología, ni siquiera con la filosofía o con la teología académica.. Allah no es localizable con ningún tipo de instrumento. El discurso sobre Allah no es una especialidad elitista de ningún tipo.
No necesitamos meditaciones para abrirnos al misterio de Allah, sinó contemplaciones. Ciertamente, para hablar, sentir, ser conscientes de Allah, necesitamos el lenguaje del sentimiento y de la consciencia vacía. Pero esto no significa que necesitemos un lenguaje particular, un determinado sentimiento, un contenido especial de consciencia. La existencia viene desnuda, así también nuestra misma entidad entre Allah y la nada.
La experiencia humana de todos los tiempos ha intentado siempre expresar el "misterio" que está al principio y al final de todo cuanto somos, sin excluir nada. Allah, "Es" y no puede estar por debajo de los conceptos físico-humanos.. Pretender situar a Allah y Sus atributos a ese nivel es sencillamente una blasfemia asociativa.

Silencio interior inicial.  
Toda disciplina parte de unos conceptos epistemológicos que le permiten acercarse al campo que le es propio. Al igual que para detectar un electrón se requieren sofisticados laboratorios y complejas matemáticas, así también para hablar de Allah se requiere, como método adecuado, la pureza del corazón que sabe escuchar la voz de la trascendencia (divina) desde la inmanencia (humana).

El silencio es una melodía de gratitud sobrenatural. ¿Lo comprenden?..

Sin la pureza del corazón no solo no es posible "ver", sinó que tampoco es posible darse cuenta de qué se está tratando. Sin el silencio del intelecto y de la voluntad, sin el silencio de los sentidos, sin la apertura.. no es posible acercarse al ámbito en que la palabra "Allah" pueda tener sentido. La facultad que nos distingue de los demás seres vivos, [porque nos permite acceder a una dimensión de la realidad sin negarlo], lo que captan el intelecto y los sentidos es la experiencia suprema de la realidad, y lo segundo es la espiritualidad, vista sobre todo como camino para alcanzar esa experiencia. Los caminos son distintos porque no solo se vinculan a las tradiciones y al culto, sinó también a las diferentes sensibilidades de los hombres y del período histórico o época.

De poco sirven las disciplinas y ayunos si la realidad circundante (la consciencia) no alcanza la recomendable virtud del silencio.

¿Qué tipo de espiritualidad es propio de nuestro tiempo?.. Intentar definir cómo ha de ser la espiritualidad de nuestro tiempo es ya una paradoja: la solución no está en la respuesta, sinó que está en la pregunta; es decir, en la misma formulación de la pregunta y en el hecho de sentir la necesidad de esta espiritualidad, aunque no podamos dar la respuesta. No obstante, un esbozo de esta respuesta, de esta espiritualidad debe ser integral: esto significa que debe involucrar al hombre en su totalidad. Y entonces hay que preguntarse: ¿Qué es, pues, el hombre cuando nace?.., y ¿tendremos que apelar a la antropología para que nos señale el camino?. Pero además hay que seguir una disciplina.. Debemos esforzarnos por conseguir la totalidad de esta espiritualidad, (sin olvidarnos), como sucede a menudo, de cuidar la vasija envolvente.

No se puede fragmentar la realidad al gusto débil del pensamiento occidental. Cuando dicen "hombre" hablan del cuerpo y poco del "individuo" y es preciso hablar del "cuerpo y alma". O bien, si se quiere especificar más, se habla de una entidad en conjunto que es el hombre, cuerpo, alma y espíritu.
El cuerpo es la vasija del alma.
El alma pertenece a la experiencia humana y saberse limitada, no solo linealmente -por causa del futuro- sino también constitutivamente por causa de su propio fundamento, que le es dado-. 
Nosotros somos la existencia de una Existencia que nos permite desplegarnos (en el tiempo) y extendernos (en el espacio), en conformidad con todo el universo, del que nuestra vida forma parte.
El aliento divino Espiritual es el misterio al que muchos no se atreven ni de nombrar. 

El silencio es la matriz de toda palabra auténtica. Y del silencio primordial surgió todo. 

El misterio divino es inefable y ningún discurso humano es capaz de describirlo.
La razón de esto es que en el silencio y el sosiego habla Allah mejor al corazón, y su palabra, mejor escuchada, ilumina el entendimiento, enciende el corazón y calma la voluntad egoísta. ¿Ya saben reconocer el idioma celestial?.
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Estás en todos los universos, 
invisible, cercano y elocuente;
el silencio espera ser voz;
Algunos hombres viven de luz..

Otros hombres son esclavos de la carne, 
de la tierra, piedra y sangre, 
crecidos y amalgamados por el fuego,  
en inagotables hornos de perdición;

Sus pueblos y ciudades están aquí, 
en la tierra.. y no piensan más lejos. 

Agradecemos tú presencia, 
oculta y venerable, fiel y afectiva. 
Creemos en ella y vivimos para servir, como comemos de nuestro esfuerzo, 
como anhelamos la paz que ensalza el
corazón y alimenta al espíritu. 
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Y del silencio surgió la Palabra didacta. 
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Assalamo aleikum. 

Shaykh Ahmad Salah As Sufi.