viernes, 17 de marzo de 2017

CONSIDERA: (Reflexiones humanas)

"El ser humano es uno  de  los factores por medio de los que El Creador también se pone de manifiesto".
               (Ahmad Salah As Sufi)

Ninguno de nosotros fue llamado a la existencia para nada, y aunque es demasiada la frecuencia con la que las miradas no traspasan el velo de las apariencias, todo lo que no hagamos durante el periodo de nuestra oportunidad, será registrado, y quedará  definitivamente como tal, en la existencia de un acontecimiento único en la historia del Universo. Reflexionemos cada día durante algunos momentos elegidos, con cierta agudeza, en un intento por penetrar la aparente monotonía «vulgar» de lo cotidiano. Situémonos frente a la puerta de la reconciliación que nunca ha estado cerrada. Hagámonos una revisión conciencial desde la inocencia, para que podamos introducirnos a la relación con el Creador por la permanente oración y humilde servidumbre, que está llamada a ser nuestra vida.
Ocupamos un lugar precioso en el marco de la acción dinámica de la Creación. Nuestra existencia no es tanto casual como causal.
Considera lo que se obtiene de las cosas naturales y lo que se puede obtener de las sobrenaturales que pertenecen al orden de la Gracia de Allah SWT y que las otorga como virtudes para perfección, donde saca a las criaturas de las imperfecciones que comprende lo material.
Considera el Don del amor que nos manda Allah SWT para el fulgor interior y por las obras en el exterior, dónde se dignifican los hombres espirituales, cuando con la caridad, el alma de otros muchos se dignifica, y así mismos con la misericordia, cuya grandeza no tiene límite ni término.
Aumenta Allah SWT todas las esencias y en todas las cosas que pueden ser para vivificar el espíritu y darle facilidad para que retorne al cuidado.
Considera de aprovechar los ejercicios espirituales, antes de otras cosas que absorben el tiempo, y no ofrecen ningún conocimiento en que crezca la luz del fundamento a conocer. Pues es el propio conocimiento una aniquilación a las demás consideraciones. Y ha de venir el hombre buscando a Allah SWT, pero primero es necesario que se conozca a sí mismo. Y para conocerse bien, el hombre debe considerar las dos partes de que está compuesto, que son el cuerpo y el alma, y lo que son cada una de ellas, y lo que serán después de muerto. Es la hora, de que la nobleza más ilustre, os saque de la miseria material y de la flaqueza y done crecimiento al hombre sin inmundicias negativas y oscuras manchas que ocultan la luz espiritual.
Considera que era el alma antes de ser creada por Allah SWT y la condición y calidad que tenía.
Considera que es el alma mientras vive en el cuerpo mortal y terreno, que está como encarcelada entre grandes males.
Considera la brevedad de ésta vida, aunque dure cien años, y que al final perece.
Considera que frágil y quebradiza es la vida sujeta a dolores y enfermedades; en donde un simple frío pone peligros si no se cubre; donde una simple picadura le puede matar por fuerte que sea el hombre.
Considera a cuantas miserias, trabajos y calamidades está el hombre expuesto.
Y ahora, considera que así como el hombre es un ser natural, (en sí mismo es nada) porqué todo el ser que tiene, es recibido de Allah SWT, el Creador increado.
¿Acaso no podéis ver los beneficios del ser espiritual?
¿No consideran ponerlo más en actividad y que se alimente de la Luz vivificante?.
Examinar bien ésto con afecto del corazón, para obtener el tesoro singular del encuentro..
Servir y amar a Allah SWT como si le vieses.

aa/fdo

jueves, 16 de marzo de 2017

DISCERNIR LA GUÍA DEL ERROR

DISCERNIR LA GUÍA DEL ERROR 

Decía un Maestro ancestral que hay tres  clases de discípulos; el primero es como la leña seca, que al contacto con el fuego arde rápidamente, el segundo es como la leña algo verde, que primero crepita aunque después se enciende. Y el tercero es como la leña que ha estado a la intemperie en contacto con la tierra y la humedad, sisea, echa humo, y hay que  animarle de continuo, pero al final arde.
Si se muestran reacios al aprendizaje,  puede que el Shaykh no insista más, al menos, hasta que no estén dispuestos con más seriedad, ductilidad y constancia. Él no puede hacer en nuestro lugar, lo que sólo a nosotros nos debe de corresponder.
La esencia del Camino no puede ser comprendida por la lectura de libros o con escritos en hojas de oro.. aunque hayan sido consagrados. Ésta es una constatación, que nos ha llevado de  manera natural, para conceder la palabra a los propios Maestros sufíes;  ¿no son éstos los más aptos para presentar su disciplina?.
El Sufismo, es inaccesible para las descripciones analíticas, pero cualquiera  se puede presentar y atravesar la puerta con sinceridad para adquirir sus conocimientos. Sin embargo, en éste mundo inmenso, hay mucha gente que forman ciertos grupos culturales con personas interesadas en el Sufismo, pero que sólo reciben una práctica pseudo-budista con cierta respiración-meditación transcendental o una autoayuda, pero que nunca es Sufismo. El estudio del Sufismo no es un libro, ni es un lider-gurú carismático que realice algún milagro y les ponga en sus manos ciertas herramientas, que ni él mismo sabe utilizar. Limitarse al uso de esas actividades, va en detrimento del propio conocimiento y no suplantaran nunca la calidad y cualidades de un  auténtico Maestro rodeado de sus (murides) discípulos. Es por eso, que el estudio del Sufismo tiene que ser una experiencia vivencial y de aproximación a un Maestro y/a sus enseñanzas, que son como relámpagos de luz antes de ser chorros de tinta.. podremos así hablar, de  lo que es 'Comprender el Sufismo' y las  enseñanzas de un selecto Shaykh vivo.

aa/fdo

lunes, 6 de marzo de 2017

La SHARIA

SHARIA.

Por principio Sharia es la «ley»,  la normativa. Es el método que, como en cualquier otro proceso de aprendizaje, equivale a los «ejercicios» que mantienen el propósito e inducen la modificación, en este caso, hacia el  estado  de Islam, concebido (siempre) como  estado de Paz ó Armonía. Es la primera etapa, el primero de los periodos en el desarrollo, el que comienza con la aplicación de las normas y con la sencilla comprensión de los primeros niveles de la Revelación horizontal y el respeto por su ley, ley de la Naturaleza. Percibida la Revelación del Principio Creador en todo cuanto existe, Sharia nos invita a la correcta práctica cotidiana de las enseñanzas y preceptos  de la Revelación vertical, en la convicción de que, si primero no nos dejamos enseñar por la norma (el método), difícilmente podemos ser liberados de la ceguera y de los condicionamientos por la acción del modelo al que supuestamente estamos recurriendo. No obstante, hemos de asumir las reticencias y dificultades que probablemente habremos de oponer. El ego jugará un importante papel. Este método ha de ser aceptado en su totalidad y no puede ser modificado ni cuestionado, porque pretenderlo es tanto como  oponer  el  personal  criterio al de las enseñanzas contenidas en la Antigua Sabiduría. Y la Sabiduría es la combinación del resultado de nuestro esfuerzo con la intervención de la dinámica creadora en la historia de la humanidad, donde descubrimos el signo de la Revelación. Para entender esto recordemos los conceptos de lo que es la Revelación. En éste primer periodo, la lectura de los Textos de la Revelación, así como otros vinculados a la Tradición, es de una  importancia probada, ¡sin lugar a duda!.. Pero como ya hemos dicho varias veces, cuidémonos de la avaricia intelectual, que no nos conduzca a una erudición banal en la que algunas personas se pierden;  para buenos archivos ya están las bibliotecas. Los textos, que nunca deben de ser renunciables, son una guía, pero no guardan lo que solo puede ser encontrado en «el corazón» del ser humano. Una sabia combinación de «otras fuentes de inspiración» sería lo correcto.
Sharia es un primer periodo de «limpieza y puesta a punto», es una primera etapa de estricta ortodoxia en ruta hacia la remodelación, ¡pero primero la buena observancia de la norma! El concepto de Sharia es mas extenso en el marco de la «religión estructural», pero es la primera idea que acabamos de comentar brevemente, la que nos interesa en éste contesto de trabajo. Desde la concepción sencilla y sobre la práctica de la norma y Revelación, el iniciado irá pasando a una segunda percepción sobre ambas más sutil, que no invalida la primera comprensión, sino que la amplia y perfecciona. Esta otra percepción, sin inculcar la ortodoxia, habrá de ir sustituyendo a la rigidez de la literalidad  para ir gozando cada vez más de la flexibilidad capaz de percibir la heterodoxia «necesaria» que se guarda discretamente tras la cuadriculatura de la letra. Normalmente, durante éste primer periodo, el Salat, suele ser poco más que un ejercicio devocional con la intervención de algunas emociones, pero el «estado de Salat» no es todavía accesible. Durante éste tiempo, será la constancia diaria en los ejercicios de Dhirk, una herramienta inestimable, que prepara a la mente y el espíritu para la entrada en aquel otro estado más sutil. Otro ejercicio fundamental durante éste periódo,  es dedicar una parte del esfuerzo a la eliminación activa de los defectos dominantes que tan bien conocemos y que con tanto cariño tratamos, pues éstos son la primera línea defensiva del ego. Al mismo tiempo que tales deficiencias se van desplazando del lugar que antes ocupaban, las cualidades contrarias que debemos de ejercitar van remodelando nuestra personalidad en sustitución de aquellas. Esta modificación progresiva como resultado de nuestra labor sobre las deficiencias, más la fidelidad a las practicas de la Îbadat, anuncian el final del primer periodo, marcado por un proceso de ruptura con los viejos hábitos y la adquisición de los nuevos. Este primer «estado» del Tasawwuf recién adquirido durante el periodo de Sharia es el que llamamos Tawba, cuyo significado es el de asentar la corrección de los defectos. Preparados para entrar en la segunda etapa, Tariqa, donde se comienzan a difuminar la palabra y la imagen, el sonido del discurso que quedando como una coletilla que mantiene la mente consciente en un estado libre de la interrupción de otras distracciones y la atención fija ante La Presencia. Ahora estamos dispuestos para el inicio del siguiente proceso que nos introduce a un nuevo cambio de «estado»; es un viaje que se inicia con la muerte del ser viejo que éramos y nos lleva hasta el nacimiento del ser nuevo al que aspiramos.

FDO

La HAQIQA

HAQIQA.

Sólo mediante el amor pleno nacido de una completa docilidad, como Baraka del Altísimo, se puede acceder a ésta etapa, que nos introduce en la percepción de la  Verdad  Esencial que propicia la ruptura de todos los velos. Éstos son los últimos momentos de cualquier «noche» antes del Alba del Faná como la total y absoluta disponibilidad, la plena fusión en Allah (SWT) en la que no hay forma que no se encuentre integrada en Él y donde todas las apariencias quedan aniquiladas ante la percepción de los sentidos sutiles del espíritu. No significa esto, que todo desaparezca o que deje de existir como Manifestación en la diversidad, sino que la percepción es integradora, que nada con naturaleza transitoria es percibido como tal realidad, sino que es captado por la visión que ahonda en cualquier apariencia, como quien observa un holograma. Por esto se dice, alegóricamente, que todo es aniquilado ante la percepción de Allah (SWT), porque pierde su densidad y su  separatividad  para  quedar engarzado en la Unidad, a semejanza de la luz blanca que se descompone en siete colores y cada uno de ellos es la luz.  No obstante, la posibilidad de transcribir ésta experiencia conlleva una dificultad casi insalvable. Éste es un punto del Tasawwuf, el estado de Faná, un proceso operativo de la Haqiqa como Verdad Esencial, por el que se produce el Ser Deiforme. Sharia, Tariqa  y  Haqiqa son los vórtices del Tasawwuf que forman un todo indisoluble y en cuyo centro se guarda el tesoro inestimable de la Sabiduría, el Faná, la mejor Baraka de Allah (SWT).

sábado, 4 de marzo de 2017

La TARIQA

TARIQA.

Es el Sirata l´Mustaqim, el Recto Sendero. Por extensión también se llama Tariqa a una Orden Sufi, y en otro sentido constituye el segundo de los periodos del desarrollo espiritual. Durante éste periodo se alcanza el estado de "Safa," desprendimiento de las ataduras y condicionamientos, y el estado de "Wilaya," docilidad ante la Acción Creadora. Es la puerta que nos conduce hacia el estado de Simplicidad Esencial por el que permitimos que, Allah (SWT), «ocupe Su lugar de trabajo» en la criatura. Al inicio de éste periodo mantenemos el esfuerzo en acoplar definitivamente nuestras vidas a las normas de modificación en nuestra conducta. Por ello nos esforzamos en perfeccionar su aplicación según lo hemos aceptado en el periodo de aprendizaje. Al unísono ejercitamos una mejor comprensión de las enseñanzas guardadas en La Revelación, y surge la «intuición» de que en Ella se guarda «algo» más. Es una base de sustentación para la etapa siguiente. Esta intuición más aguda sobre la Revelación irá dejando paso a aquel otro entendimiento más profundo del contenido sabiamente oculto en ella.
Simplificando: en primer lugar el periodo Tariqa está dedicado, ya sin las anteriores reticencias, a la mejor comprensión, práctica y perfeccionamiento de la norma, (Sharia,) a la que entenderemos, no ya como una piedra, sino como una buena aliada. Es en éste delicado momento más avanzado en el que la Sharia, como Ley, deja de ser una piedra sujeta a cada pie y tiende a transformarse en unas alas para poder volar y romper otras barreras. Debido a ésto, y algo más tarde en éste periodo, el concepto de Sharia se comprende como Revelación que no sólo viene desde fuera, sino que se percibe en el interior  mostrando el Principio de Simplicidad, el inicio a la Ma´arifa, (la Gnosis), y la persona que lo experimenta inicia su transformación progresiva hacia la naturaleza del ´Ârif. Empiezan a desaparecer los «velos».
En segundo lugar está dedicado éste periodo a un proceso de transformación en que las habilidades de la percepción y entendimiento  se generalizan–nuevo enfoque de la Creación como Revelación– y por medio de éste nuevo enfoque al descubrimiento de lo oculto en la Revelación horizontal y vertical. En los comienzos de éste periodo –Tariqa– se inicia en la entrada al segundo estado del Tasawwuf, el que llamamos Safa. Es el estado durante el que la persona, que va siendo libre de sus ataduras y condicionamientos, ha realizado el asentamiento definitivo de los nuevos hábitos, la nueva conducta adquirida interiormente ya es como una costumbre. En Safa el iniciando va a ir asentando las bases del estado de sencillez por el que recuperamos la Fitra, libres de la inocente ignorancia primitiva. Poco a poco la persona va siendo revestida de la Luz del Conocimiento, aquel otro estado por el que desde la consciencia de lo que somos nos habremos de situar dóciles ante el Creador (estado de Wilaya). Aquí la presencia del maestro (Shaykh) se hace enormemente apreciable como ayuda para eliminar ciertas dudas y algún que otro escrúpulo que fácilmente pueda surgir. Durante éste periodo, (el murid), iniciado en el Sufismo, puede verse necesitado de compartir prudentemente algunas de sus experiencias con sus compañeros de la Tariqa y recurrir con cierta frecuencia a pedir la asistencia de su maestro-Shaykh, del que recibirá las indicaciones que éste considere necesarias. Es un periodo más o menos intenso de prácticas espirituales que el Shaykh supervisa, al igual que cualquier otro maestro, de no importa qué disciplina, pues su aguda mirada penetra más allá de las simples apariencias. Como en cualquier otro método de enseñanza, es el murid por medio de su respuesta ante el método, quien determina el tiempo de duración de cada periodo durante el desarrollo de su proceso de modificación. No obstante, consideremos que el desarrollo espiritual no es una «ciencia precisa», y aunque las etapas por las que se pasa y los estados que se alcanzan están sabiamente descritos sobre la experiencia de los siglos, cada persona es todo un universo de posibilidades. Conociendo ésta circunstancia, el Sufismo, aún en su ortodoxia, se ha mantenido flexible en toda su historia, con el objeto de poder ser comprendido y practicado en cada diferente época y por  diferentes personas, sin necesidad de violentar sus principios fundamentales. Por lo tanto, la capacidad para aprender en cada discípulo se mide por el nivel de su docilidad a las enseñanzas que recibe. «Cuanto más vacía está la vasija, más facilidad se tendrá para llenarla».
Es la propia persona la que decide el grado de llenado para "ser".

FDO

viernes, 3 de marzo de 2017

ANOTACIONES

EL ISLAM ES COMPARTIR TODO.

Murid:
Ser de ayuda (unos a otros) en las mejores palabras y cortesía, pero también, en el proceso de sanación del ser espiritual interior de uno mismo y de los demás, pues es un don de ciencia, no ya actuando en uno mismo, sino a través de otras personas que por medio de este don, pueden “percibir” nuestra realidad espiritual y las raíces y causas de los recuerdos dolorosos, por lo que en clima de oración, pueden orientarnos y ayudarnos en la sanación espiritual interior.
Pedir siempre muchos duas y plegarias para todos.. pues la oración, es muy poderosa, cuando se hace con pureza de corazón y ferviente amor en clamor a Allah SWT.

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VINO, COPA y BEBIDA.

Dijo Ibn ‘Aŷība:
«Por el vino, los sufíes designan la Esencia suprema (al-ḏāt al-‘uliya) antes de la teofanía (al-taŷallī) y los secretos (al-asrār) inherentes a las cosas después de la manifestación.  Lo han denominado (“vino”) porque cuando se manifiesta a los corazones, éstos, se van ausentando del mundo sensorial, al igual que sucede con el vino físico. También puede aplicarse a la ebriedad y así mismo al éxtasis (al-waŷd) y al encuentro extático (al-wiŷdān).  Referente a las copas, de las cuales se bebe éste ("vino"), es una metáfora por la aparición de las luces de la manifestación (anwār al-taŷallī) en los corazones y que los llena de fervor amoroso (hayāŷān al-maḥabba), y entra en los corazones la dulzura de la pasión extática hasta perder el sentido; esto puede ocurrir en una sesión de recuerdo (dikr) o durante una conferencia entusiasta (muḏākara).  En cuanto a la bebida, es la presencia del corazón (ḥuḍūr al-qalb) y el manejo de la reflexión (al-fikra) y meditación (al-naẓra) hasta que quedes ausente de tu ser en Su ser (wuŷūd), ésta es la ebriedad (al-sakr). El acto de beber y la ebriedad van unidos en un sólo tiempo con este "vino", así al contrario que con el vino líquido material».

FDO.

viernes, 24 de febrero de 2017

LAS CUATRO SEÑALES

PRIMERA SENTENCIA

El Tasawwuf es el resultado de la acción correcta y el fruto de los estados espirituales más puros: "Quién actúe de acuerdo a lo que sabe, es recompensado por Allah con un conocimiento que aún ignora" (hadiz).
Min 'alämati l-itimädi 'alà l-ámal
Nuqsänu r-raÿäi 'inda wuyudi ç-çálal.
"Signo de que se depende de la acción es la disminución de la esperanza cuando tiene lugar un error".

*La acción , es todo movimiento del cuerpo o el corazón , es decir, es todo cambio tanto interior como exterior.

Cuando esa acción o 'ámal es conforme a la Ley Revelada (Sharî'a), es llamada tä'a, y cuando es contraria a la Sharî'a , se la llama má'sia.

*El 'ámal o acción tiene tres ámbitos:

1. Existe un 'ámal exterior que es toda acción física. Es el ámbito gobernado por la Sharî'a.
2. Existe un 'ámal interior que consiste en orientar el corazón hacia Allah con absoluto desapego. Es una acción regida por la Tariqa o método.
3. Existe un 'ámal esencial que se desarrolla ante Allah y que es la Contemplación (Shuhud). Su ámbito es la Verdad o Haqiqa.

*Para que lo comprendas mejor, puede ser dicho de este otro modo:

1./ 'Amal al- 'Ibada, que consiste en la sujeción estricta a las enseñanzas del Islam, cumpliéndolas con perfección y respetando estrictamente todas sus formalidades. Es el ámbito de las prácticas que debe realizar todo musulmán.
2./ 'Amal al-'Ubudiya, o acción por la que el ser humano se sujeta internamente a su Señor convirtiéndose en lo que es, en Nada en manos de Allah.
3./ 'Amal al-'Ubüda o acción propia de la libertad que resulta del agigantamiento de tu naturaleza en Allah. En esta fase tu percepción es absoluta.

*Lo mismo también puede ser dicho de esta manera:

1./ 'Amal al-Islam, la acción en el seno del Islam, es decir, ajustándose rigurosamente a sus enseñanzas haciendo de la Sharî'a un modelo. Significa que se abandona la volubilidad y la ilusión orientando todo el esfuerzo hacia la realización del ánimo en la sinceridad para con Allah.
2./ 'Amal al-Imän, o acción de la apertura con la que se está exclusivamente pendiente de Allah.
3./ 'Amal al-Ihsan, o acción de la excelencia, con la cual se está en presencia de Allah.

*También puede ser dicho así:

1./ 'Amal Ahl al-Bidaya o acción de la Gente del Principio, que es la acción de todos los musulmanes.
2./ 'Amal Ahl al-Wásat, la acción de la Gente del Centro, que son aquellos que han emprendido el camino del desapego.
3./ 'Amal Ahl an-Nihaya, o acción de la Gente del Final, que son aquellos que han llegado al término de su viaje espiritual.

*En resumen:

1. Con la Sharî'a lo distingues.
2. Con la Tarîqa lo enfocas.
3. Con la Haqiqa lo contemplas.

• ¿Para qué sirve el cumplimiento de todo lo que estipula la Sharî'a?. Sirve para corregir tu mundo exterior (sus apariencias o Dawáhir), es decir, la Sharî'a hace correctas todas tus intervenciones en el mundo, depurando tu acción de todo lo censurable. La Sharî'a prepara tu mundo para Allah.
• ¿Para qué sirve el seguimiento de la Tariqa?. El seguimiento de la Tariqa sirve para corregir tu mundo interior (depura tu conciencia y sus movimientos, los Damäir) de modo que tu intimidad es iluminada por la luz de Allah preparando tú corazón para el encuentro con el Uno.
• ¿Para qué sirve la observación de la Haqiqa?. Sirve para corregir las tendencias del espíritu (orientando tus secretos, o Saräir, hacia Allah-Uno). Es decir, prepara lo más íntimo de ti para Allah.

Hemos dicho:
La sabiduría es el resultado de la acción correcta y el fruto de los estados interiores más puros. Todo tu ser, (y no sólo una parcela de ti,) debe estar despejada para la irrupción de la Verdad.

¿Cuáles son los fundamentos de la corrección de los aspectos físicos (ÿawarih)?.. Tiene tres fundamentos:
1./ Tawba u orientación sincera hacia Allah, de modo que todo tu ser se vuelva hacia El dejando atrás cuanto no sea El.
2./ Taqwa o prudencia ante Allah, de modo que siempre se estará alerta , distinguiéndolo con claridad de todo lo que no es Allah y así el Camino hacia El estará siempre depurado.
3./ Istiqama o rectitud. La rectitud en todo es el sendero más corto hacia la Verdad.

¿Cuáles son los fundamentos de la corrección de los corazones?..
Tiene tres fundamentos:

1./ Ijlas o liberación. La voluntad no debe ser guiada por otra cosa que no sea el anhelo por Allah.
2./ Sidq o sinceridad. Nada debe interponerse entre Allah y tú.
3./ Túmanina o calma. Tu corazón debe relajarse ante Allah: la crispación o los reparos son tus enemigos ante Allah.

¿Cuáles son los fundamentos de la corrección de los mundos interiores (sarair)?.. Tiene tres fundamentos:
1./ Muraqaba o vigilancia. Deberás vigilarte constantemente, evitando las negligencias o los desánimos y modelando tu ánimo en el temple del acero.
2./ Mushahada o contemplación. Estará tu espíritu en Presencia constante de Allah.
3./ Má'arifa o conocimiento superior. La sabiduría se apoderará de ti.

*Todo lo anterior puedes resumirlo de modo más práctico:

1./ Se corrige el mundo exterior apartándose de todo lo que desaconseja el Islam y adoptando todo lo que enseña.
2./ Se corrige el mundo interior deshaciéndose de las cualidades innobles (Tájlia) y revistiéndose con las cualidades de la nobleza (Táhlia).
3./ Se corrige al espíritu rompiéndolo ante Allah . Éste es el Elixir (Iksir).

*Con todo lo anterior, estamos hablando de la acción que debe realizar el sufi en su orientación hacia Allah. Su camino en ese sentido es el de la depuración de los miembros físicos (yawarih), del corazón y el espíritu . Los conocimientos superiores brotan entonces desde su Fuente original, pues el Yo se ha preparado para recibirlos sin limitaciones.

*Ahora bien, debe recordarse siempre que no es correcto dar pasos en falso ni tampoco precipitarse.
Primero, es necesario corregir lo más fácil que es el mundo exterior. No se debe acceder al segundo estadio hasta que no se haya realizado el Islam en todo lo que significa ésta palabra: "incondicional rendición a Allah en todo".
Segundo, es necesario, una vez que el mundo exterior está en calma, asomarse al mundo del corazón, modelándolo para Allah y persiguiendo darle la forma más bella y perfecta. No se debe pretender el último grado antes de haber realizado todas las condiciones que exige la plenitud del corazón, deshaciendo su agitación y sosegándolo.
Tercero, y último lugar, se pasa entonces a la Presencia directa de Allah. Ha sido dicho: "Quién es resplandeciente en sus principios es resplandeciente en sus finales". Éste es el orden justo.

*En todos sus pasos seguirá el ejemplo irreprochable del Profeta. Se trata de la Mutaba'a o seguimiento riguroso del Maestro Ideal (Rasulullah o Nabíullah, el Mensajero) del que el maestro humano (shaykh) sólo es una sombra. La Mutaba'a es el signo más claro de sinceridad y encaminamiento correcto pues implica que se ha dejado atrás al peor de los enemigos, el Nafs o ego, que sólo pretende amoldar la Verdad a sus gustos e inclinaciones.
En sus palabras , actos y estados espirituales el sufi sigue el ejemplo de Rasulullah Sidna Muhammad, sálla llahu 'alaihi wa sállam. Ése es su Camino despejado. El Corán y la Sunna serán sus guías en todo.

*Cuando tu cuerpo sea el de un musulmán y tu corazón el de un sufi, sólo entonces pasarás a la plenitud del sabio ('arif) que recoge su grandeza del Inmensamente Grande, el Dador de Vida. Sólo entonces tanto tu cuerpo como tu corazón resplandecerán con la Luz del que está en lo más profundo, Aquél que a la vez es el Evidente, pues nada existe sin ser sostenido inmediatamente por Él.
Allah es la Verdad, y no hay otra Verdad. En realidad, con cada una de sus acciones el aspirante pretende aprender a reconocer la Verdad tal como se le muestre, pues ha sido defraudado por las apariencias . Sabe que él mismo es el generador de las apariencias: tus miedos y tus ilusiones han creado velos que esconden al Verdadero, y se tienen que descorrer esos velos. Se ha estado (el hombre) entregando a ídolos que lo han defraudado y ahora se ha convertido en pescador de perlas. Para ello debe sumergirse en el óceano que no tiene fondo, el óceano de la Verdad Creadora; y lo hace movido por muchas cosas: por un amor ardiente, por una inclinación natural, por la necesidad de saber, por certezas primitivas en él. Quiere deshacerse de todo lo que le estorba. Y lo que le estorba son los Awsaf al-Basharía, (las Cualidades Superficiales,) las que lo han aislado, y ganar para sí la inmensidad de los Awsaf ar-Ruhanía, (las Cualidades del Ruh,) la profundidad de su Ser. Es decir, desea hacer emerger lo que es más hondo en él para que adorne su existencia exterior.

*La condición, (sin la cual no es posible nada de lo anterior) es el Adab.
El Adab es la cortesía. Sólo la cortesía ante Allah (manifiesta la cortesía hacia todo lo que existe) pues es la llave que abre su Puerta. Del mismo modo que no se accede al corazón de otro ser humano más que a través de la cortesía ( las malas formas hacen que se cierre), por analogía debemos saber que ésa es también la clave para llegar a Allah. A semejanza del amante, sólo la espera respetuosa a las puertas del Amado conduce hasta su Presencia. He aquí que el sufi aprende de sus experiencias el camino por el que llegar a la meta de su aspiración. Su Adab es la reducción de todo a Allah.

*Volviendo al tema, diremos:
El Islam obliga a la acción. El Islam es acción. Quién reconoce la esencia del Islam no dejará jamás de actuar.
El Iman, (fe) es la apertura del corazón hacia Allah, y es contemplación. Quien comprenda lo que significa esencialmente el Iman no dependerá en ningún momento de sus acciones, pues sabe que en el fondo, todo es realizado por Allah.
El Ihsan, (la excelencia,) es estar en contínua presencia de Allah. Quién comprende lo que significa en su esencia el Ihsan no podrá prestar su atención a nada que no sea Allah-Uno.

*El aspirante (murid) no deberá apoyarse en su Nafs o Ego a lo largo de su Peregrinación espiritual (suluk).

Las acciones sirven para doblegar al Nafs, pero el Nafs puede acabar complaciéndose en ellas. Sólo si desvía su atención constantemente hacia Allah, sus acciones serán efectivas. El murid, (en todo momento,) deberá saber que "No hay fuerza ni poder más que en Allah", tal y como enseña el Corán. Por tanto, sus acciones deberán ir dirigidas a perfeccionar su mundo, y jamás deberá convertirlas en metas en sí mismas, pues entonces lo único que está haciendo es crear un nuevo ídolo.

*Se aprende a no depender de las propias acciones cuando se recuerda constantemente que "No hay fuerza ni poder más que en Allah". Es decir, si hace algo correcto, será agradecido (no se mostrará arrogante) y si hace algo mal no se desesperará, (pues sabe que,) en cualquier caso , todo está en manos de Allah, y Él es su meta. Ni tan siquiera es su meta la propia perfección. Su única meta es Allah. Y Allah es el que genera todos los movimientos, Él es el origen de todas las acciones.
El murid deberá descansar contínuamente en Allah. Es de Allah de quién deberá aprender a depender, y no de sus acciones. El Corán dice: "Allah hace lo que quiere. Es Él el que escoge. La elección no pertenece, (en realidad,) al ser humano". Allah es la Verdad, Él es el Verdadero. Todo lo demás no son sino apariencias. Las Palabras sabias del Corán sirven para descorrer los velos. Hay en el Destino consuelo, pero no hay en él justificaciones: el Islam exige el esfuerzo.

*Pero el esfuerzo se torna fácil cuando lo que guía la conciencia es la certeza de que todo está en manos de Allah. Esta certeza libra al hombre del sufrimiento inútil, lo libra de su propio carácter insuficiente, (de su desesperación,) permitiéndole volver a alzarse. Es como si el Corán, (con una de cal y otra de arena,) no pretendiese otra cosa que motivar al ser humano: le exige la acción, pero le dice que es Allah el motor verdadero de todas las acciones.
Si fracasa no es su culpa, si tiene éxito no debe vanagloriarse. Debe fijarse simplemente una meta clara que sólo puede ser la Verdad y poner en ella toda su aspiración.

*Creer en las propias facultades es dar fuerzas al Nafs, al Ego destructor. Es signo de desgracia y miseria. Significa que no se recuerda una certeza esencial: se ha olvidado que todo está condenado a desaparecer .
Del mismo modo, confiar en los prodigios y carismas, (que el desapego hará aparecer,) es signo de que no se ha acompañado a los verdaderos maestros .
Confiarse exclusivamente a Allah es signo de realización del verdadero conocimiento .
Signo de que se confía en Allah, es que la esperanza (raya) que no disminuye por culpa de una insuficiencia en la acción. A la inversa, su esperanza no aumenta por la apariencia perfecta de su acción.

*Puedes decirlo de otro modo:
Su temor no es mayor cuando incurra en una negligencia. Tampoco su esperanza es mayor porque esté en contínua vela (yaqada). Es decir, su temor y esperanza están nivelados de modo perfecto. Su "Jawf" nace de la contemplación permanente de la Majestad de Allah. Su "Raya" nace de la contemplación permanente de la belleza de Allah.
Ni la Majestad ni la Belleza de Allah sufren cambio alguno. Del mismo modo, el "Jawf" y el "Raya" del inteligente no sufren alteración alguna.
*Lo contrario sucede al que está atento en exceso a su acción. La dota de efectividad, y por lo tanto está erigiendo un ídolo. Está cometiendo Shirk, (asociación).
Sólo Allah es efectivo.
Se dice que está sumido en la ignorancia quién se doblega a su Nafs, y descansa en el Nafs, (el ego,) que es la causa de todas las tensiones. El conocimiento de Allah libera de la presión del Nafs. Conocer a Allah es identificar al Verdadero. Cuando el Verdadero es identificado, todo lo falso se disipa.

*El aspirante o murid necesita un maestro que lo libere de las causas de todas sus desesperaciones y angustias.
El Shaykh verdadero es el que te relaja, no el que te agobia. El Shaykh verdadero es el que mata la serpiente que hay en ti.
Quién te recuerde constantemente al mundo inmediato (dunia) te está engañando. Quién te sumerja en Allah, te está aconsejando bien.
El que te guía hasta Allah es el que te hace olvidar al Nafs.
En el Corán está escrito: "Recuerda a tu Señor cuando olvides", (es decir,) recordarás a Allah cuando te olvides por un momento de ti mismo.

*El origen de todo esfuerzo y cansancio es el Nafs. Es el ego el que te fatiga. Si desatiendes a tu Nafs, todo te resultará liviano.
Lo que parece pesado al hombre normal, es ligero para el sabio. El sufi parece que se ha sometido a una intensa disciplina, pero el que es sincero en sus adentros, no está haciendo nada relevante. Está en contínua presencia de la Paz. Su mundo exterior es agitado, pero su mundo interior no sufre los excesos de esa acción intensa. Cumple con rigor lo que le ordena el Islam, pero ya ha llegado a la Fuente de la Revelación y reposa en ella.
Se ha dicho: "El verdadero descanso no se logra sino tras el cansancio". Para que se llegue a la verdadera Paz, el sufi se ha ejercitado con fuerza en todas las acciones loables:
"El camino hacia el Jardín está sembrado de obstáculos".
(Hadiz)

*¡Oh, tú que estás enamorado de lo que significa Mi Belleza!
Mi dote es cara para quién pida Mi Mano;
Un cuerpo agotado,
un espíritu sin aliento,
Pestañas que no prueben el sueño,
Un corazón en el que sólo esté Yo.
Cuando quieras, ¡paga éste precio!
¡Muere! Y que tu muerte sea eterna..
Es esa muerte la que te traerá a Mi vedado.
Quítate las sandalias, si deseas acercarte a mi.
Los dos mundos, ¡déjalos atrás!
Vente así a Mi Presencia Absoluta.
Despeja todo lo que nos separa,
aparta lo que se interpone.
Y cuando se te pregunte: "¿A quién amas?", responde:
"Yo es a quién amo y a quién amo es Yo".

*Es de éste modo como el aspirante debe emprender su Suluk, (su viaje espiritual). Debe despellejarse, y ello es doloroso. Pero la piel que deje por el camino, es (precisamente,) lo que le estorbaba, y lo que no le dejaba descansar en realidad.

*El sufi debe subir seis cuestas:
1./ La primera cuesta es la del destete (fatm o fitam) de los sentidos físicos. Debe abandonar la pereza, y en ello lo adiestrará la Shari'a. Es así como su cuerpo se hará fresco y ligero.
2./ La segunda cuesta es la del destete del Ego (Nafs): consiste en abandonar las rutinas y todas la comodidades en las que se complace la pereza del Ego.
3./ La tercera cuesta es la del destete del corazón. Consiste en desapegarse de las necesidades superficiales.
4./ La cuarta cuesta es otro destete del corazón, que se independiza de toda naturaleza creada para sumergirse en el océano de la Identidad (Dzat).
5./ La quinta cuesta es la del destete del espíritu, que se emancipará entonces de todos los vapores que provienen del mundo formal.
6./ La sexta cuesta es el destete de la razón, que se liberará sólo entonces de todas las imaginaciones ilusorias.
*En la cima de cada una de estas cuestas descubrirá un horizonte nuevo:

1./ En la cima de la primera cuesta descubrirá la sabiduría que proporciona el corazón, sobre los saberes antiguos depositados en el ser humano.
2./ En la cima de la segunda cuesta, descubrirá que se le muestran los secretos que le impedían conocer la profundidad de la existencia.
3./ En la cima de la tercera cuesta, descubrirá las voces que rigen el devenir en el universo creado.
4./ En la cima de la cuarta cuesta, descubrirá las luces descendentes que recogen los espíritus de los hombres y los que alzan a la Presencia suprema.
5./ En la cima de la quinta cuesta, encontrará las intimidades del amor y contemplará sus efectos inmediatos.
6./ En la cima de la sexta cuesta, descubrirá los Jardines prometidos. Aquí será arrebatado a todos los sentidos, y todo lo anterior se disipará ante él y permanecerá su corazón por siempre en la sutileza original. Y se te dará de beber de un licor único, y cada sorbo te hará tener más sed. Cada vez que lo pruebes aumentará tu anhelo y con la ebriedad crecerá tu ansiedad.
(Ayub deTariqa Sufitum Spain)

SEGUNDA SENTENCIA

Capítulo que trata acerca de la "Tajlía" y la "Tahlía"..
-Tasháwwufuka ilá mâ bátana fika min al-'uyûb ..
Tu atención a los defectos que hay ocultos en ti..
Jáirun min tasháwwufika ilá mâ hayaba 'anka min al-ghuyûb..
Es mejor, que tu interés por los secretos que no se te muestran.

La atención o expectativa es interés por algo, un insistente asomo con el que se quiere acceder a algo difícil de obtener en principio.

Tu interés en descubrir los defectos que hay ocultos en ti, como son la envidia, la arrogancia, el amor a la gloria, o al poder, la preocupación obsesiva por la subsistencia, el temor a la pobreza, el ansia de notoriedad, y demás insuficiencias, tu interés por descubrir tales defectos y analizarlos, tu esfuerzo por librarte de ellos, es mucho mejor que el interés que sientes por asomarte a los secretos de la existencia, a los que se llama: ghawâmid at-tawhid, o Vaguezas de la Unidad; pues a ese universo unitario no puede uno asomarse hasta no haberse hecho merecedor y ser facultado por su propia habilidad que lo hace capaz de asimilar correctamente esos saberes sutiles y difíciles.

Y es porque tu asomo a tus defectos ocultos vuelve a dar vida al corazón y te asegura un rango alzado junto a Allah y un placer permanente, mientras que, a éste nivel, tu interés por los secretos del Tawhid no es más que curiosidad, un interés que podría incluso ocasionarte la ruina de tu universo interior al orientarte hacia la arrogancia en lugar de hacerte humilde, haciéndote creer que eres distinto de la gente. Más adelante, el Shaykh hablará de los peligros de éstas ciencias que pueden convertirse en causa de una discordia (fitna) indeseable, (que arrastra al mar de la desgracia).

Has de saber que los defectos o insuficiencias son de tres tipos. En primer lugar están los defectos del ego. En segundo lugar están los defectos del corazón. Y por último, están los defectos del espíritu. Los defectos del ego nacen de la dependencia respecto a las inclinaciones del cuerpo, como el afán obsesivo por procurarse buena y abundante comida, bebida, vestimentas, riqueza, coches, casas y satisfacciones sexuales, y otros semejantes. Estas dependencias obsesivas, esclavizan al ser humano impidiéndole pensar en otras cosas, al ocupar todo su tiempo y agotar sus esfuerzos. Los defectos del corazón nacen de su dependencia de los apetitos cordiales (ash-shahwât al-qalbía), como el amor a la gloria, el amor al poder y la notoriedad, la arrogancia, la envidia, el rencor, etc., todos los cuales producen satisfacciones que complacen al corazón, no al cuerpo. En tercer lugar, los defectos del espíritu son los relacionados con desviaciones que acompañan a los acontecimientos interiores, como el buscar los carismas, y preocuparse por el rango que se tiene ante Allah ansiando uno más elevado (maqam), desviar el deseo hacia los alcázares y las húries del Yannah..
Todos éstos apetitos destruyen la posibilidad de realizarse en lo esencial que es la absoluta dependencia y sujeción a Allah ('ubudía). Esto es lo único que debe mover al aspirante (murid). Lo único que debe preocuparle es satisfacer los derechos de su Señor (huquq ar-rubûbia). Ocuparse en corregir sus defectos, que lo apartan de esa realización, descubrir los intereses que lo apartan de Allah, como sus insuficiencias al nivel del ego, el corazón y el espíritu, y purificarse para servir sinceramente a Su Señor, es mucho mejor para él que los conocimientos ocultos ('ilm al-ghuyûb) que son los secretos de la unidad de la existencia.
A este proceso se le denomina "Tajlía", que significa: (desnudamiento). Sólo una vez completamente desnudo ante Su Señor, puede empezar a revestirse de las cualidades nobles, que son las opuestas a los defectos anteriores.
Ayub.

TERCERA SENTENCIA

A continuación, el autor de las sabidurías nos explica la causa por la que las ciencias son amplias para los llegados y no para los caminantes, y es porque los primeros no se detienen en la contemplación de las luces sino que han rasgado el velo hasta alcanzar la luz de las luces. Lo contrario ocurre con los caminantes que son paralizados por las luces, las necesitan y están poseídos por ellas.

Recordemos que llamamos llegados a los que parten de Allah. Por su lado, los caminantes o viajeros son los que dirigen hacia Él. Y recordemos también, que llamamos luces a lo que genera el conocimiento, para los primeros es Allah mismo, la luz de las luces, mientras que para los segundos la luz es todavía el mundo creado y sus signos.

-Ihtada r-râhiluna iláihi bi-anwari t-tawáÿÿuhi..
Los viajeros se guían hacia El por las luces del enfocamiento..
-Wa l-wasiluna láhum anwâru l-muwwaÿaha..
Mientras que los llegados poseen las luces del cara a cara..
-fal-áwwaluna lil-anwari..
Por lo tanto, los primeros son para las luces..
-Wa há-ulâi l-anwaru láhum..
Y éstos, las luces son para ellos..
-li-ánnahum lillâhi la li-sháy-in dûnahu..
porque ellos son para Allah y no para otra cosa a parte de Él:
-qúli llâhu zúmma dzárhum fi jáudihim yál'abûn..
"Dí : Allah, y después déjalos jugar con sus polémicas".

Las luces del enfocamiento son las luces de la obediencia exterior e interior, mientras que las luces del cara a cara son las luces de la reflexión y la mirada. O bien puedes decir: las luces del enfocamiento son las del Islam (la Rendición) y el Iman (la Apertura), mientras que las luces del cara a cara son las del Ihsan (la Excelencia).
O bien: las luces del enfocamiento son las de la Shari'a (la Ley) y la Tariqa (el Método), mientras que las luces del cara a cara son las de la Haqiqa (La Esencia Unitaria.).  O bien: el primer caso es el de los que realizan esfuerzo y sufren estrechamiento, y el de los segundos es el de los que encuentran contemplación y palabra directa .

La explicación de lo anterior es la que sigue: "Cuando Allah quiere hacer llegar hasta Él a alguien, primero se dirige a esa persona y deposita en ella la luz de la dulzura de la acción exterior que es el Grado de la Rendición. Esa persona comienza a afanarse en actos -con los que busca complacer a Allah- hasta extinguirse en ellos y saborea entonces su dulzura. A continuación, Allah se dirige hacia esa persona inspirándole la luz de la dulzura de la acción interior, que es el Grado de la Apertura, y así, esa persona se esfuerza por alcanzar la pureza de intención, la sinceridad, la calma , la intimidad con Allah y la soledad espiritual aún en la compañía".  Esa persona comienza a afanarse en la depuración de su mundo interior hasta que se extingue en ella y saborea su dulzura hasta el afianzamiento en la vigilancia -estando completamente pendiente de Allah en todo momento-. Esta luz es mucho más grande que la anterior.

A continuación, Allah se dirige a esa persona iluminándola con la luz de la dulzura de la contemplación, y esa persona, empieza a realizar la acción del Espíritu, y ésta es ya la primera de las luces del cara a cara: esa persona es arrebatada por la estupefacción, la perplejidad y la ebriedad. Cuando despierta de su ebriedad y su arrebato y se afianza en la atestiguación (que es más profunda que la contemplación,) existiendo ésta gradación: -shahada, mushahada, shuhud- y reconoce al Rey Enfocado desde el principio, volviendo a la permanencia tras la extinción, a partir de ese momento esa persona es para Allah y sostenida por Allah, y prescinde de la luz en la contemplación, de la luz de las luces. Es más, se ha convertido en pura luz y las luces son suyas - pasando a ser por tanto, maestro - Y es que antes de su llegada.. (cuando necesitaba de guías para su caminar,) pero ahora es libre porque ha alcanzado el grado de la máxima sujeción a Allah y es un 'abdullah. Su apariencia es la sujeción pero su estado interno es el de libertad.
En resumen, el aspirante, mientras camine hacia Allah, se guía por las luces del enfocamiento (él enfoca a Allah y Allah lo enfoca a él), y necesita de esas pistas a las que llamamos luces. Cuando alcanza el grado de la contemplación es iluminado por las luces del cara a cara, y ya no necesita de nada, porque él ya es para Allah y no está para ninguna otra cosa. Los viajeros de la sentencia son los caminantes, los que se inician en la senda, mientras que los llegados son los que están de vuelta y no necesitan de nada.

Al final de la sentencia, el Shaykh anota una aya cuyo comentario es el que sigue: Di: Allah.. con el corazón y el espíritu, y auséntate de todo lo que no sea Él y deja al resto de la gente que jueguen con sus polémicas... es decir, abandónalos a su afirmación de ídolos: pues tú, debes destruir los tuyos.
Ayub.

CUARTA SENTENCIA

Lo más grande de cuanto ha sido depositado en lo más recóndito de los corazones (gháib as-sarâir) -que es el lugar donde está guardado el secreto (sirr) de los seres humanos- es el conocimiento (ma'arifa) de Allah.
Este conocimiento tiene dos partes el conocimiento a través de argumentos (má'arifat al-burhân), y el conocimiento a través de la visión directa (má'arifat al-'iyân), y ahora el autor señala la diferencia existente entre ambos:

-shattaâna báina man yastadillu bíhi aw yastadillu 'aláyhi..
Gran distancia hay entre quien lo toma por prueba y quien busca probarlo..
-al-mustadillu bíhi 'arrafa l-háqqa li-áhlihi..
El que lo toma por prueba da a conocer la Verdad a su gente..
-wa ázbata l-ámra min wuÿûdi áslihi..
y afirma el Orden a partir del ser de su raíz..
-wa l-istidlâlu 'aláihi min 'ádami l-wusûli iláyhi..
La búsqueda de pruebas para demostrarlo se debe a la ausencia de llegada a Él..
-wa íllâ fa-matà ghâba hattà yústadalla 'aláyhi..
De lo contrario, ¿cuándo se ha ausentado como para tener que buscar pruebas que concluyan en Él?
-wa matà bá'uda hattà takûna l-âzâru hiya l-latî tûsilu iláyhi..
y, ¿cuándo se ha alejado como para tener que hacer de los vestigios algo que permita llegar a Él?.

Shattâna (significa: ¿cuán gran diferencia hay entre..?) es alejarse y diferenciarse, y sólo se aplica a la distancia entre ideas (ma'ânî) y no entre objetos sensibles (hissiyât).

Has de saber que cuando la Verdad (al-Haqq) quiso mostrarse acompañada de los secretos de su Identidad y las luces de sus Cualidades, exteriorizó con la capacidad de su fuerza un puñado (qabda) de su luz atemporal (nûr açali).
El poder (qudra) exigió que se manifestaran sus vestigios (âzâr) -es decir, los objetos sensibles sobre los que se ejerce el poder- y que fueran contempladas sus luces (anwâr), mientras que, por otro lado, la sabiduría (hikma) impuso que fuera corrido su velo (hiÿâb) y aparecieran sus cortinas protectoras (astâr).

Cuando el poder ultimó su luz, con la emergencia del universo (káwn), la sabiduría lo cubrió entonces con el manto de la preservación (ridâ assáwn). Los universos (akwân) son luz oculta bajo un velo corrido (nûr fî hiÿâb mastûr).

Allah dividió a las criaturas (jalq) en dos grupos diferenciados. Uno de esos grupos fue consagrado a su amor (Mahabba) haciéndolos gentes de su intimidad (wilâya): y les abrió la puerta y retiró para ellos el velo haciéndoles contemplar los secretos de su Identidad (asrâr adz-Dzât). Los vestigios de su poder no les ocultan a Su Señor.

Al otro grupo lo señaló como gentes para su servicio (jidma) y los asentó en el espacio de la sabiduría (hikma) dejando corrido para ellos el velo de la ilusión (hiÿâb al-wahm) -para que de este modo realizaran su cometido que es manifestar los potenciales que hay en Allah-. Mantuvo ocultas ante ellos la luz de la ciencia (nûr al-'ilm) y la del entendimiento (fahm). Están dedicados a las apariencias de las costras (mazâhir al-qushûr) y no ven las interioridades de la luz (bawâtin an-nûr) a pesar de la intensidad con la que se muestra.

Es absolutamente impensable el que ha escondido su secreto bajo su sabiduría y ha mostrado la luz con su poder.

En cuanto a las gentes del amor (ahl al-mahabba), que son las gentes de la intimidad y el gran conocimiento (ahl al-wilâya wa l-'irfân), que pertenecen al número de las gentes de la contemplación y la visión (ahl ashshuhûd wa l-'iyân), tienen como prueba la luz para llegar a la conclusión de que existen los velos: sólo ven la luz y la Verdad, y a través de ellos intentan llegar al ser (wuÿûd) de las criaturas, pero sólo ven la Verdad, y a partir del poder intentan comprender la sabiduría, pero descubren que el poder es lo mismo que la sabiduría y que la sabiduría es lo mismo que el poder, y en su contemplación de la Verdad dejan de distinguir a las criaturas y se ausentan de la creación, pues es imposible ver a Allah y a la vez algo más.

En cuanto a las gentes del servicio (ahl al-jidma), que se cuentan entre las gentes de la sabiduría (ahl al.hikma), toman como principio para su conocimiento la existencia de las cortinas (sutûr) para intentar llegar al ser de la luz (nûr), toman a las criaturas (al-jalq) como indicios para alcanzar la Verdad (al-Haqq). Están ellos ausentes en la misma presencia (hudûr) de Allah, y es la intensidad de su manifestación la que los priva de vista.

Uno de los sabios, Sh Muhammad al Ghalli "el veraz" dijo: "Allah ha afirmado a la criatura para el común de la gente y por ella afirman al Creador, y se ha afirmado a Sí mismo ante la élite y por Él han afirmado a la criatura".

Enorme es la distancia que separa a quien parte de Él para demostrar la aparición (zuhûr) de su vestigio (ázar) y quien empieza por la superficie del vestigio para demostrar su existencia (wuÿûd).

Quien tiene en Él su prueba da a conocer la Verdad, que es el Ser Original (al-wuÿûd al-aslí), a su gente (ahl), es decir, a quien está preparado para ello (li-man húwa ´hlun lahu) y lo merece.
Ese Ser Original es Allah el de existencia necesaria (wâÿib al-wuÿûd), el Rey (mâlik), el que es meta de la intención humana (ma'bûd). Es así como afirma y da consistencia al Orden (amr), que es el No-Principio del Ser Verdadero (qídam al-quÿud al-haqîqî), a partir de su raíz (asl), que es el Yabarût original sin principio ni final (al-ÿabarût al-aslí al-qadîm al.açalí). Es decir, quien conoce a Allah hasta que Éste se convierte para él en imprescindible (darûrí) y sabe entonces que el Kser (wuÿûd) es Allah sólo, desapareciendo ante él la existencia de todo lo demás y afirma el No-Principio (qídam) a su comienzo y a su final.

O bien puedes decirlo de este otro modo: el sabio da a conocer la Verdad, que es el Ser Original, a su gente, que es Allah. Afirma entonces el Orden, que es la existencia derivada (al-wuÿûd al-far'í) a partir de la existencia de su raíz, es decir, la hace remontar a su origen. Cuando la rama (far') es adherida a su raíz el todo se convierte en Yabarût Original.

En cuanto a quien busca probarlo -para llegar a Él-, lo mueve a ello su distanciamiento (bu'ud) de Allah a pesar de la proximidad (qurb) de su Señor, dándose la circunstancia de su presencia (hukûr) ante Él. Su lejanía es ilusión (wahun) y su ausencia (ghaíb) es falta de entendimiento ('ádam al-fanm).

Si no fuera así, ¿cuándo se ha ausentado Él como para tener que buscarlo a base de indicios?.. Él está más cerca del ser humano que su propia vena yugular (habl al-warîd). ¿Cuándo se ha alejado como para que los vestigios ilusorios (al-âzâr al-wahmía) sean los que conduzcan a Él?.. El Corán dice: "Él está con vosotros donde estéis".

Y es así porque la influencia del poder es la base del vestigio, y el adjetivo (sifa) no se despega del objeto al que describe (mawsûf): el adjetivo calificador -la existencia formal e ilusoria- no tiene más asidero (qiyâm) que su base (el poder) ni tiene manifestación (zuhûr) fuera de él.

El autor dirá más adelante en su Munâÿa: "¿Cómo habría de conducir hasta ti lo que para ser se necesita?..¿Lo que no eres tú podría contar con algo que te mostrara?..¿Cuándo te has ausentado, como para que haya necesidad de algo que indique dónde estás?.¿Cuándo te has alejado como para que los vestigios sean los que conduzcan hasta Ti?".